Merz y la guerra en Ucrania: el mundo no espera
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El mundo no espera a Alemania: ésta ha sido una de las declaraciones clave de Friedrich Merz (CDU) desde que ganó las elecciones federales. No es un mero cliché instar al probable socio de coalición, el SPD, a que se apresure. Es un hecho, Washington está creando hechos en la guerra de Ucrania y Europa tiene que resolver sus problemas mientras un canciller derrocado permanece en la Cancillería. Lo difícil que es esto lo demuestra el hecho de que el presidente francés y el primer ministro británico se reunirán esta semana en la Casa Blanca. No hay nadie de Alemania.
Por eso, la cuestión de cómo configurará el Gobierno la política exterior y de seguridad alemana durante la fase de transición es de suma importancia. El martes, Friedrich Merz acudió a la Cancillería de Olaf Scholz para discutir la transición. La CDU ya había enviado una carta explicando cómo lo planteaban. No se trata de cuestiones jurídicas que limiten a la Canciller: el período legislativo se prolonga hasta la constitución del nuevo Bundestag a finales de marzo, después de lo cual el Gobierno ejercerá sus funciones de forma interina hasta que Merz sea elegido Canciller.
En el caso de Ucrania, todavía no existen mandatos de la Bundeswehr ni medidas similares que deban ser decididas por el Bundestag. Sin embargo, en la Cancillería también está claro que no se puede mantener la misma política exterior que en política interior, donde se intenta mantener la agenda de las próximas semanas libre de decisiones con consecuencias a largo plazo. La agenda de política exterior la fijan otros: Donald Trump y Vladimir Putin, los presidentes de Estados Unidos y Rusia.
Por lo tanto, ahora se trata de coordinarse con el entorno que rodea al futuro Canciller sobre estos temas. Merz ya había dicho en la noche de las elecciones en la televisión que suponía que "en los próximos días encontraremos una manera razonable de trabajar juntos para llegar a acuerdos". Europa espera que Alemania asuma nuevamente un papel de liderazgo más fuerte. Scholz afirmó: "Seguramente encontraremos posibilidades de dialogar entre nosotros sobre la política que Alemania representa a nivel internacional". Así tiene que ser. “Y cualquier otra cosa sería bastante idiosincrásica”.
Tras ser elegido canciller en 2021, Scholz acompañó en viajes a su predecesora, Angela Merkel, aunque, como señaló el propio Scholz, en su calidad de ministro federal de Finanzas. No hay planes para que Scholz y Merz viajen juntos. Pero hay un intercambio de información sobre las discusiones en curso en Europa sobre Washington o Ucrania. Si las próximas reuniones de Scholz con los socios de la UE resultan en decisiones innovadoras, también será cuestión de obtener de antemano la posición de Merz, y la pregunta es hasta qué punto Merz ya representa su propio camino en el extranjero.
El intercambio de información ya está en marcha en materia de política exterior y de seguridad. Las figuras centrales a este respecto son Jens Plötner, asesor de política exterior de la Canciller, y Johann Wadephul (CDU), vicepresidente del grupo parlamentario de la CDU/CSU responsable de política exterior. Plötner ya le había informado periódicamente en el pasado y ahora ha ampliado también los canales de comunicación con el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ahora también se trata de informarse rápidamente sobre los detalles y conseguir puestos.
Por ejemplo, cuando, como ocurrió en la Conferencia de Seguridad de Munich, no sólo el vicepresidente norteamericano J. D. Vance sorprende a los aliados con un discurso, sino que también llega al gobierno alemán un cuestionario desde Washington preguntando cuánto estaría dispuesta a pagar Alemania a cambio de garantías de seguridad para Ucrania. La Cancillería decidió no responder a estas preguntas sola y no por escrito. Este curso fue apoyado por la Unión.
En cualquier caso, las diferencias de rumbo en lo que respecta a la guerra en Ucrania no parecen ser demasiado grandes. Lo que llamó la atención fue lo crítico que fue Merz sobre Estados Unidos en la noche de las elecciones. Su prioridad es “fortalecer Europa lo más rápidamente posible para que podamos lograr realmente la independencia de los EE.UU. paso a paso”. Está deseando que llegue la cumbre de la OTAN en junio y que se pregunte si entonces “seguiremos hablando de la OTAN en su forma actual” o si tendremos que “establecer capacidades de defensa europeas independientes mucho más rápidamente”.
La Cancillería confía en que la contribución europea a la seguridad de Ucrania sólo será posible con el apoyo estadounidense y se considera en sintonía con sus socios en Europa.
Pero Merz también mantiene conversaciones con muchos de estos socios europeos. Desde hace tiempo se le considera el futuro canciller: en la conferencia de seguridad, por ejemplo, mantuvo muchas conversaciones con jefes de Estado y de Gobierno, al igual que Wadephul mantuvo una cita tras otra con ministros de Asuntos Exteriores. Ahora también se está planeando una reunión con Macron en París. Pero aún queda una cosa pendiente, y sería el siguiente gran paso: una llamada telefónica con Trump. La Unión guarda silencio sobre este tema. Scholz no ha hablado con Trump por teléfono desde mediados de diciembre.
Frankfurter Allgemeine Zeitung