EXPLICADO BREVEMENTE - Tirar menos: cómo mantener la fruta y la verdura comestibles durante más tiempo
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Ilustración de Simon Tanner/NZZ
Pregunta del lector: ¿Cómo puedo conservar frutas y verduras durante el mayor tiempo posible? ¿Qué papel juega la elección de la variedad y el tipo de conservación?
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En el caso de las frambuesas, esto ocurre con especial rapidez: el moho se propaga. Pero ¿cómo podemos evitar que las frutas y verduras se estropeen rápidamente? Esto depende de si un alimento corre el riesgo de echarse a perder por razones físicas, químicas o microbiológicas. Si una manzana cae al suelo, se forma un hematoma que se torna marrón. Aquí entra en juego primero la física y luego la química. Lo único que ayuda es tener cuidado y evitar marcas de presión al almacenar frutas y verduras.
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Pero la causa más común es el deterioro microbiológico. “Las frutas y verduras siempre contienen bacterias y hongos”, afirma Giovanna Spielmann-Prada, del Grupo de Investigación de Microbiología de Alimentos de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich (ZHAW). La rapidez con la que esto ocurre depende de ciertas propiedades del alimento. Cuanto mayor sea el contenido de agua, más rápido se estropean.
El almacenamiento también es crucial. Cada alimento tiene su propio clima que nos hace sentir bien. Esto afecta principalmente a la temperatura, la humedad y el brillo. A muchos tipos de frutas y verduras les gusta conservarse frescas y protegidas de la luz, por eso el cajón de la parte inferior del frigorífico es el lugar adecuado para ellas. Por el contrario, los tomates, las cebollas y los plátanos deben conservarse a temperatura ambiente en la cocina. Las patatas y las manzanas se conservan mejor en el sótano, protegidas de la luz. Si no está seguro de cuál es la mejor manera de almacenar un alimento en particular, puede encontrar información útil en las agencias de protección al consumidor .
Bayas complicadasLos alimentos que se perecen más rápidamente incluyen las bayas y los cítricos. Son especialmente susceptibles al moho y además contienen mucha agua. La regla aquí es: consumir lo más rápido posible después de la compra. Alimentos como las manzanas, las calabazas y las patatas son mucho más fáciles de cuidar. Duran semanas. Cuanto más dura sea la carcasa de un producto, mayor será su vida útil.
En la agricultura ecológica apenas se utilizan pesticidas ni recubrimientos de cera. Sin embargo, según Claudio Beretta, del Grupo de Investigación en Tecnología Alimentaria de la ZHAW, existen pocos estudios científicos que determinen si los productos orgánicos tienen una vida útil más corta que los cultivados de manera convencional.
Lo que sí está claro es que la vida útil también depende de la variedad. Por ejemplo, Boskoop, Idared y Topaz son variedades típicas de almacenamiento con una larga vida útil. También existen variedades de patatas y zanahorias que se conservan durante más tiempo. En las últimas décadas, la investigación agrícola ha desarrollado específicamente variedades más resistentes al moho, a los hongos y a los daños mecánicos. Sin embargo, desde el punto de vista de Beretta, esto a veces se hacía a costa del sabor y del contenido nutricional, por ejemplo, de los tomates.
Aire para respirarEl embalaje también juega un papel importante. “Todo tiene sus ventajas y desventajas”, dice Giovanna Spielmann-Prada. La cubierta de plástico que rodea el brócoli en la vitrina de verduras lo protege de los gérmenes en las manos de los clientes. Al mismo tiempo, el plástico retiene la humedad, lo que favorece el crecimiento de moho. Lo mejor es sacar los alimentos del envase de plástico en el que fueron envasados en la tienda. Los envases inteligentes, que actualmente se encuentran en investigación, pretenden hacer que los alimentos duren más tiempo en el futuro. Esto se puede lograr, por ejemplo, permitiéndoles respirar o ralentizando la maduración.
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Para evitar que accidentalmente se estropeen los alimentos en tu plato, debes revisarlos periódicamente. Esto también puede evitar que el moho se extienda a otras frutas o verduras. Cuanto mayor sea el contenido de agua de un alimento, más cuidado debes tener y desecharlo si tiene un aspecto, un olor o un sabor sospechosos.
Y hay más que puedes hacer además de simplemente prestar atención al almacenamiento. Para Spielmann-Prada es importante comprar alimentos producidos regionalmente y que sean lo más estacionales posible. Cuanto más larga sea la ruta de transporte, más viejo será el alimento cuando llegue a nuestra cesta de la compra.
En casa, el lema debería ser “primero en entrar, primero en salir”: lo que primero entra en el frigorífico también debe usarse primero. «Lo mejor es hacer un plan de lo que quieres comer en los próximos días y comprar sólo los alimentos adecuados. También es importante prestar atención a su durabilidad”, dice Spielmann-Prada. Cuanto menos a menudo compres, más importante será la planificación. Si sólo haces esto una vez a la semana, no deberías planificar tu festín de bayas para el final de la semana de compras. Si compras suministros en la tienda todos los días, no tendrás que preocuparte tanto por su vida útil.
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