Documental de Netflix “Babo: La historia de la orden de arresto”: El colapso de un rey

Los retratos de músicos a menudo son solo bocetos fugaces, pero a veces brillan como pinturas expresionistas, revelando el alma del artista. Por ejemplo, en el documental de Netflix "Babo – The Haftbefehl Story", el rapero Haftbefehl ofrece una mirada a su ser más íntimo. "Nunca dijiste: 'No puedes mostrar eso'", se maravilla uno de los directores fuera de cámara al final. "¿Entonces mientes?", pregunta Aykut Anhan, el verdadero nombre de Haftbefehl. No quiere mentir.
Los excesos son comunes en la historia de la música pop. Anhan se deja fotografiar cayendo. «Si me sangra la nariz, díganmelo», pregunta a su séquito antes de su concierto de cumpleaños de 2024 en el Jahrhunderthalle de Fráncfort. «No me doy cuenta». El Süddeutsche Zeitung vio la «oscuridad total y envolvente que lo distingue con tanta vehemencia de sus colegas», pero también calificó el Haftbefehl de «importante para este país».
Quienes no sean muy aficionados al rap alemán quizá hayan escuchado la canción de Haftbefehl "Chabos wissen, wer der Babo ist", que hizo famoso al nativo de Offenbach en 2012. La palabra "Babo" (para jefe, jefe) fue elegida "Palabra Juvenil del Año 2013" al año siguiente. Y pronto, el hijo de padres turcos se convirtió en el rapero social más importante del país. Gramática callejera y jerga babo: un idioma salvaje y poderoso. Cantando desde la experiencia.
Aykut Anhan alias Haftbefehl en "Babo - La historia de Haftbefehl"
La misoginia es evidente en las letras de Haftbefehl. Su álbum de 2015, "Blockplatin", fue clasificado como "perjudicial para los jóvenes" en 2015. Su álbum de 2022, "Das Schwarze Album", producido por Benjamin Bazzazian, ganador del Premio Grimme, se considera una obra maestra del rap en alemán. "En términos de rap, el rey es intocable", dice su colega Jan Delay, ex miembro de los raperos alemanes de Hamburgo (Absolute) Beginner, en la película. "Tengo el aura", rapea Haftbefehl en "Haft betritt den Raum".
La imagen proyecta una sombra sobre la vida: "Amo a Aykut", dice su esposa Nina entre lágrimas, "pero no la orden de arresto". Y en cinco minutos de un prólogo trepidante, se aborda todo: la infancia en el barrio de los rascacielos de Mainpark, las vacaciones familiares en la playa, la intensidad de ser artista desde el principio. "Leyenda es lo que llaman los muertos", grita en el escenario. "Sigo vivo".

Y entonces casi muere. Una sobredosis de cocaína. "Un gramo sale, un gramo sale, cada 20 minutos. La bolsa estaba vacía", le dice a la cámara.
Aytac Anhem sobre su hermano Aykut alias Haftbefehl
El arte de la rima de Haftbefehl no es cuestionado por los cineastas Juan Moreno (quien destapó el caso Relotius en Der Spiegel) y Sinan Sevinç (ganador del Premio a la Joven Dirección en Cannes). No se abordan ni los versos criticados por antisemitas (que Anhan siguió con una declaración de respeto por todas las religiones y culturas) ni las representaciones del crimen y la violencia. La película, con la que el actor y fan de Haftbefehl Elyas M'Barek ("¡Fack ju, Göhte!") debuta como productor, no es una lección moralizante de estudios alemanes.
Pero aun así es una lección. La energía de Haftbefehl en el escenario (se puso ese nombre artístico tras la emisión de una orden de arresto por tráfico de drogas en 2006) resuena en el público. "Era un artista desde niño", recuerda su hermano mayor, Aytac.
Pero también fue adicto de niño. Aykut Anhan admite en la película (y en la canción "Offen/Geschlossen") que consume cocaína desde los 13 años. Y ya estaba traumatizado en la adolescencia. A los 14 años, una vez salvó la vida de su padre, un jugador, pero la siguiente vez fue demasiado tarde.
"Hafti", como lo llaman sus fans, es un rompedor de esquemas. Aparece en las sesiones cuando le viene en gana. Los promotores de conciertos se quejan de que nunca saben si aparecerá ni cuándo. Quien colabora con él lo hace bajo su propio riesgo. Pero lo que surge vale la pena.
Hasta que el rey se tambalea en el escenario del club "Hafen 49" de Mannheim en agosto de 2022, y el concierto tiene que ser interrumpido al cabo de un minuto. Las drogas quedan a la vista de todos. Y ya no está claro que, cuando Haftbefehl abandona el escenario, es Aykut quien llega a casa con su esposa e hijos.
Al final de esta película, donde Hafti también explica su situación a sus fans, conocidos como Azzlacks, la palabra "Babo" vuelve a aparecer en grandes letras en la pantalla, y debajo su significado original: "padre". Esto hace referencia a lo que él mismo considera más importante para él, además de la música: la familia.
¿Podrá salvarla? ¿Y su carrera? Sigue cantando sobre las drogas, pero también advierte contra ellas, se advierte de sí mismo como modelo a seguir. A finales de agosto, la fiscalía de Darmstadt lo denunció por un atropello con fuga ocurrido en enero de 2024. La película no tiene un final feliz.
Pero muestra a un hombre que dice de sí mismo: “Ya estaba muerto”. Y está vivo.
Y cuando canta "In meinen Garten" (En mi jardín) de Reinhard Mey, con los ojos protegidos por la capucha, parece cantar sobre sí mismo: "En mi jardín / el delphinium floreció azul, entre las malas hierbas de mi jardín, / entre los escombros de mi jardín / donde las otras flores se marchitan..."
“Babo – The Arrest Warrant Story, película de 92 minutos, dirigida por Juan Moreno y Sinan Sevinç, con Aykut Anhan, Nina Anhan, Cem Anhan, Aytac Anhan, Jan Delay, Marteria, Niko Backspin, Peter Fox (a partir del 28 de octubre en Netflix)
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