La selección alemana de fútbol quiere ganar la Liga de Naciones, lo que debería darles confianza para la conquista del título mundial.


La Liga de Naciones tiene una reputación dudosa entre los aficionados al fútbol. Algunos la consideran superflua, síntoma de un sistema futbolístico cada vez más expansivo que no permite a los jugadores tiempo para relajarse.
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La Liga de Campeones apenas ha terminado y la Liga de Naciones ya está en marcha, con las cuatro mejores selecciones compitiendo en octavos de final, que este año se celebrarán en el sur de Alemania. Sin embargo, la competición también tiene adeptos: se argumenta que los enfrentamientos entre las selecciones más tradicionales del fútbol son mucho más atractivos que si se enfrentaran en partidos amistosos.
En primer lugar, debería ser un título pequeño.Alguien que comparte esta opinión es Julian Nagelsmann, seleccionador nacional alemán. Las semifinales son de suma importancia para él y está decidido a ganar la Liga de Naciones. Detrás de esto se esconde una ambición aún mayor: el título mundial del próximo año en Estados Unidos. En la Liga de Naciones, donde Portugal espera como su primer rival en Múnich el miércoles por la noche, el equipo debería tener una sensación de éxito que fortalezca sus propias habilidades para el próximo año. "Queremos fortalecer nuestra confianza en nosotros mismos. Queremos llegar al punto de poder ganar títulos, aunque sea un título pequeño", declaró Nagelsmann.
El seleccionador alemán tiene un modelo a seguir: la selección española, con su entrenador Luis de la Fuente. Tras su eliminación en cuartos de final del Mundial de Catar, adquirieron la confianza necesaria en la Liga de Naciones y se proclamaron campeones de Europa al año siguiente.
Nagelsmann experimentó lo que se siente enfrentarse a un equipo tan seguro de su propia victoria el año pasado, en la Eurocopa disputada en su propio país. Alemania fue eliminada por España tras una derrota por 2-1, con un cabezazo en el final justo antes del final de la prórroga que sentenció la derrota. Fue un partido intenso, ya un clásico de la competición: reñido, polémico y, además, de fútbol de primer nivel.
Quizás se decidiera por dos errores: uno fue una mano impune del español Marc Cucurella en el área. La otra, aunque admito que es una hipótesis, planteada por los críticos, es que si el entrenador hubiera convocado al defensa central Mats Hummels, el español Mikel Merino nunca habría marcado el gol de la victoria. Porque a estas alturas, rara vez se consigue un cabezazo tan libre.
El defensa central, que terminó su carrera al final de esta temporada, habló recientemente en una entrevista. En una conversación previa, Nagelsmann le había asegurado que quería que participara en la Eurocopa. En un documental de televisión, el exjugador del BVB, cuyo contrato más reciente era con la AS Roma, explicó: "Entonces Nagelsmann te dice en la concentración: 'Esto va a ser increíble; para culminar tu carrera internacional, jugarás un torneo en casa'. Y entonces te elige".
Mats Hummels se queja del estilo del seleccionador nacionalNo debería ser difícil medir cuánto le molestó la no convocatoria del defensa central. Se especulaba recurrentemente que Nagelsmann temía que Hummels no encajara en la jerarquía del equipo. En cambio, Nagelsmann confió a Antonio Rüdiger, del Real Madrid, el rol de organizador defensivo. Un jugador que ha generado controversia en repetidas ocasiones, ya que Rüdiger es un hombre que no siempre tiene el control.
A veces les indica a los aficionados rivales lo que piensa de ellos con un gesto de "cabezazo" ; otras veces insulta al árbitro o le lanza un objeto. El equipo recibía frecuentes peticiones para que lo retirara; hubo intensas discusiones con el defensa. Todo esto era conocido. Sin embargo, recientemente, Nagelsmann dijo algo nuevo en la reunión del equipo: la copa había terminado y Rüdiger no podía permitirse otro desliz. Y Nagelsmann probablemente también se refirió al rendimiento de Rüdiger con el club.
Rüdiger nunca había cometido un error semejante con la camiseta de la DFB: "Él sabe que, en mi opinión, no es bueno y que se ha llegado al límite. También sabe que esto no puede volver a ocurrir, de lo contrario habrá graves consecuencias. Somos muy transparentes".
Consecuencias prometedoras, no internas, sino públicas: Esto representa una auténtica nueva cualidad en el trato con el jugador problemático. Y Rüdiger no debería dudar de que Nagelsmann cumplirá con sus acciones. Nagelsmann ha demostrado en el caso Hummels que no tiene reparos cuando cree en algo. E independientemente de las contribuciones de Rüdiger al equipo hasta la fecha, Nagelsmann claramente valora el daño potencial que el defensa puede causar por encima de su valor deportivo.
Ter Stegen regresa a la porteríaSobre todo porque el defensa central, que presenta un problema de comportamiento, no es ni mucho menos el único problema de plantilla que podría causarle dolores de cabeza al seleccionador nacional. Otro es el del portero Marc-André ter Stegen. Nagelsmann le ha asegurado un puesto como titular para la Liga de Naciones, una decisión muy discutible. Debido a una rotura del tendón rotuliano, ter Stegen ha estado ausente no solo de la selección nacional, sino también de su club, el FC Barcelona, durante muchos meses. Su suplente, Wojciech Szczesny, completó las brillantes actuaciones del Barça en Liga, Copa del Rey y Champions League.
Ahora Manuel Neuer, quien se ha retirado del fútbol internacional, podría hablar de lo difícil que es volver a la normalidad tras una larga lesión. Además, el regreso de Ter Stegen también supone un revés para el portero Oliver Baumann, quien ha estado haciendo un excelente trabajo últimamente.
Sin embargo, a Nagelsmann no parecen preocuparle estas ideas: «Marc será el titular. Confío en que jugará dos partidos de élite». Dos partidos, no uno. Al menos el seleccionador alemán afronta la tarea con mucha confianza.
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