Césped de hierbas, césped ornamental o prado: ¿qué es lo que mejor se adapta al jardín?

Elegir el diseño de jardín adecuado no es solo cuestión de gustos, sino también de conciencia ecológica. Si bien el césped ornamental tradicional nos sirve principalmente a los humanos, las áreas casi naturales reducen el consumo de recursos y brindan hábitats valiosos para especies animales beneficiosas.
Sí, un césped bien cuidado transmite una impresión de distinción. La alfombra verde invita a jugar, relajarse o simplemente a contemplar. Su exuberante verdor irradia una agradable sensación de calma y promueve el bienestar.
Mantenimiento: Para mantenerlo exuberante, es necesario cortarlo, fertilizarlo y airearlo regularmente. Esto requiere tiempo, dinero y energía; según la temporada, solo se usa el cortacésped una o dos veces por semana. Además, según la Sociedad Alemana del Césped, un césped necesita hasta cinco milímetros de agua al día.
Impacto ecológico: Un césped sano puede ayudar a refrescar el ambiente, reducir los gases de efecto invernadero y producir oxígeno vital, pero solo si se riega adecuadamente. Sin embargo, en términos de biodiversidad, su contribución es menor: un césped ornamental suele estar compuesto por solo unas pocas especies de gramíneas, lo que tiene un impacto directo en la fauna silvestre: insectos, pequeños mamíferos y aves prácticamente no encuentran alimento ni refugio allí. Los polinizadores, como las abejas silvestres, esenciales para un ecosistema sano, se ven especialmente privados de la zona sin flores.
Conclusión: El césped clásico es bonito a la vista y tiene una amplia gama de usos, pero requiere mucho cuidado y recursos y su impacto ecológico es bastante limitado.

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El espacio verde natural rebosa de flores y hierbas autóctonas. Si bien es difícil jugar al fútbol en un prado de flores silvestres, fascina con un impresionante mar de flores en constante cambio. Las delicadas flores tempranas dan paso en verano a un verdadero espectáculo de color: amapolas rojas brillantes, campanillas azules moradas, margaritas blancas como la nieve y acianos de un azul brillante crean una obra de arte natural. Incluso en otoño e invierno, la rica variedad de hierbas y cabezas de semillas deleita la vista.
Mantenimiento: Crear un prado de flores silvestres requiere paciencia, pero con el tiempo se cuidará solo. A diferencia del césped, la tierra debe ser lo más ligera y suelta posible. Una mezcla de plantas anuales y perennes ahorra trabajo al garantizar una variedad de flores duradera. Una vez establecido, el prado prosperará por sí solo y requerirá poca intervención humana. Corte el césped una o dos veces al año y listo.
Impacto ecológico: Los prados de flores silvestres son un verdadero paraíso para la flora y la fauna. En tan solo unos metros cuadrados pueden crecer hasta 50 especies de plantas diferentes, lo que a su vez atrae a una multitud de insectos beneficiosos. Abejas, abejorros, mariposas y similares encuentran aquí un rico hábitat, además de oportunidades para anidar. Esto también atrae a aves y pequeños mamíferos como ratones de campo y erizos. Esto crea una compleja red trófica que multiplica la biodiversidad del jardín. Los prados de flores silvestres también tienen un efecto subterráneo: mejoran la estructura del suelo y ayudan a retener agua y nutrientes.
Conclusión: Una vez establecido, el prado de flores silvestres es un foco de biodiversidad de fácil cuidado y un verdadero festín para todos los sentidos.
Si desea promover una mayor biodiversidad en su jardín pero aún así desea utilizar su espacio verde, el césped de hierbas es el compromiso perfecto: la mezcla de hierbas y pastos silvestres de altura media es tan transitable como un césped y casi tan colorida y diversa como un prado de flores silvestres.
Mantenimiento: En comparación con un césped ornamental, un césped herbáceo requiere mucho menos mantenimiento y, a diferencia de un prado de flores silvestres, no requiere ninguna plantación especial. La BUND (Asociación Alemana de Jardinería) recomienda simplemente no hacer nada durante un tiempo —es decir, no cortar, fertilizar ni regar el césped existente— y pronto aparecerán las primeras hierbas como el trébol, la sagitaria, el tomillo silvestre y la prímula. De ahora en adelante, use el cortacésped solo con la potencia más alta posible y, sobre todo, corte el césped con poca frecuencia; de cuatro a ocho veces al año es suficiente.
Impacto ecológico: La combinación de gramíneas con flores y hierbas silvestres crea hábitats y fuentes de alimento muy necesarios para los insectos, especialmente los polinizadores. Las hierbas de raíces profundas también aflojan el suelo, promoviendo su aireación y estructura naturales. El resultado: retiene mucha más humedad y es significativamente más resistente a la sequía que el césped convencional.
Conclusión: El césped de hierbas es un punto intermedio, de fácil mantenimiento, para lograr una zona verde transitable y ecológicamente valiosa en el jardín.
Si no desea transformar todo su césped en un prado de flores silvestres o hierbas aromáticas, también puede sembrar o dejar áreas individuales de césped, cortar el césped alrededor y mantener su jardín como de costumbre. De esta manera, se conserva el aspecto cuidado del área y, al mismo tiempo, se beneficia el suelo, el microclima y la biodiversidad.
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