El conflicto entre Israel e Irán es una escalada de la ya dramática situación en Oriente Medio.

Lo que suceda en Oriente Medio depende principalmente de una persona: Donald Trump. El presidente estadounidense desempeña un papel clave en el conflicto entre Israel e Irán debido al poderío militar de Estados Unidos. Y eso es precisamente lo que el republicano está demostrando ante el mundo.
El presidente de 79 años abandona anticipadamente la cumbre del G7 en Canadá, dejando atrás a los demás jefes de Estado y de gobierno que esperaban encontrar una línea común con él sobre la nueva guerra en Oriente Medio. Trump, comandante en jefe de las fuerzas armadas estadounidenses, quien no cree en el multilateralismo y prefiere actuar en solitario, lo ha dejado claro: tomará en solitario sus decisiones clave sobre el futuro de Oriente Medio.
En estos momentos hay muchos indicios de que Trump quiere mantener a Estados Unidos fuera del conflicto militarmente, busca una solución negociada y considera posible un acuerdo nuclear con Irán.
Pero no está claro si podrá finalmente evitar un conflicto militar para Estados Unidos. El ejército estadounidense ha aumentado su presencia en Oriente Medio como medida de precaución. Y el presidente estadounidense está enviando advertencias crípticas a los iraníes: un llamado a todos los residentes de Teherán para que abandonen la ciudad. ¿Se trata de un presagio amenazante de un posible ataque estadounidense o de un engaño para presionar a Irán a negociar?
Dadas las políticas a menudo erráticas y volátiles de Trump, también es posible que aún no haya definido un rumbo. A continuación, un resumen de los distintos escenarios posibles:
Estados Unidos se ve arrastrado a la guerra contra su voluntad.Irán ya considera a Estados Unidos, principal aliado de Israel en el conflicto, como corresponsable. Si los líderes iraníes ordenaran ataques de represalia contra bases estadounidenses en Oriente Medio —o, en un momento de tensión, atacaran objetivos estadounidenses en la región sin una intención real—, sería impensable que Estados Unidos no tomara represalias.
Trump ha dejado claro en repetidas ocasiones que el ejército estadounidense respondería con la máxima severidad en tal caso, "a una escala sin precedentes". Esto representaría una escalada completamente nueva y dramática. Sin embargo, por el momento, no parece que un Irán debilitado quiera enfrentarse a Estados Unidos.
Estados Unidos decide por sí solo entrar en la guerra.El principal ataque de Israel contra Irán tiene como objetivo impedir que el país desarrolle armas nucleares. Sin embargo, los expertos afirman que ciertas instalaciones nucleares en Irán se encuentran a una profundidad tan profunda que atacarlas requeriría las llamadas bombas rompebúnkeres, que solo Estados Unidos posee. Su lanzamiento también requeriría equipo estadounidense, concretamente bombarderos B-2 y B-52. Por lo tanto, algunos expertos argumentan que Israel no puede lograr su objetivo bélico sin el apoyo militar activo de Estados Unidos.
Si Trump ordenara al ejército estadounidense participar ofensivamente en ataques contra instalaciones nucleares iraníes, eso también constituiría una escalada de un orden completamente nuevo. Sin embargo, eso no parece probable por el momento.
El gobierno estadounidense desestimó los informes sobre presuntos ataques estadounidenses contra Irán, calificándolos de "falsos", y enfatizó que sus propias tropas en Oriente Medio siguen comprometidas con simplemente defenderse si es necesario. Citando fuentes gubernamentales, el sitio de noticias Axios informó que el equipo de Trump había informado a varios socios en Oriente Medio que no tenían intención de intervenir activamente en la guerra mientras no se atacaran objetivos estadounidenses.
Estados Unidos se mantiene al margen del ámbito militarTrump ha dejado claro en repetidas ocasiones que no quiere llevar a Estados Unidos a nuevas guerras. Los conflictos militares en cualquier parte del mundo no encajan con su política de "Estados Unidos Primero". Si bien el republicano está comprometido con la retórica beligerante y el aumento de la presencia militar, afirma que su objetivo es más bien la disuasión. Poco antes de la cumbre del G7, Trump dijo, refiriéndose a Irán e Israel: "A veces tienen que luchar".
Sin embargo, a Trump no le interesa ver Oriente Medio en llamas, ser acusado de perder el control y que los precios de la energía se disparen en todo el mundo, lo que en última instancia afectaría a sus votantes locales. Por lo tanto, si bien la abstinencia militar es una opción, la inacción política no lo es.
Estados Unidos confía en las negociaciones con IránTodas las declaraciones previas de Trump apuntan en esta dirección. Desde el lanzamiento del gran ataque israelí contra Irán, Trump ha enfatizado que es posible un acuerdo de paz entre ambas partes y que, dada la creciente presión, Teherán podría estar ahora más dispuesto a negociar su programa nuclear. En el marco de la cumbre del G7, afirmó que los iraníes desean dialogar y llegar a un acuerdo. Teherán "prácticamente ya está en la mesa de negociaciones". Espera un acuerdo. "Quieren llegar a un acuerdo, y en cuanto me vaya, haremos algo".
El autoproclamado "negociador" Trump lleva meses intentando negociar un límite al programa nuclear iraní para impedir que Teherán construya armas nucleares, a cambio de una flexibilización de las drásticas sanciones contra el país. Se mantuvieron conversaciones directas entre Washington y Teherán, con la mediación de Omán, estado del Golfo. Tras la escalada militar entre Israel e Irán, se canceló inicialmente una nueva ronda de conversaciones prevista.
Ahora, según Trump, Irán quiere volver a la mesa de negociaciones. Teherán podría condicionarlo a que Estados Unidos se mantenga al margen militarmente del conflicto y a que Israel cese sus ataques.
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