Alirón o nervios

Lo interesante de los derbis Espanyol-Barça es que pasan cosas, no necesariamente saludables, pedagógicas o edificantes. El fútbol debería ir de eso, de que pasen cosas, aunque sean tan irritantes para algunos como el segundo gol de este miércoles por la noche del Real Madrid, la única nota épica del Bernabéu en lo que llevamos de temporada.
El derbi de esta noche es el auténtico proceso participativo de Barcelona, muy anterior a los que organiza desde arriba el ayuntamiento para que decidan los de abajo sobre el pavimento de una vía, las farolas del callejón o las tendencias en pipi-canes.
El derbi de Barcelona no será una gala del deporte: todo cabe salvo infringir el Código PenalLa evolución del fútbol ha descafeinado la pasión de los partidos de la máxima aunque se resolviesen por la mínima. ¿Es apropiado corear “¡Madrid, cabrón, saluda al campeón!” como hizo el domingo el barcelonismo en Montjuïc o se trata de un cántico que incita al odio y puede acarrear la obligación de asistir a un taller de civismo o sexualidades alternativas?
Salvo aquello tipificado por el Código Penal, el resto cabe en un derbi. La victoria del Real Madrid anoche abortó el debate teológico sobre si el RCD Espanyol debía hacer un pasillo de homenaje al FC Barcelona. Una pena porque el asunto hubiese dado mucho juego en las redes, los bares de barrio y las oficinas del BBVA y del Sabadell. En compensación, abre la puerta a que el FC Barcelona se adjudique el título y sus jugadores lo celebren in situ y, a su vez, los aficionados menos saludables se lo tomen a mal y ejerciten su supuesto derecho a perseguir a los futbolistas del Barça. Sería un detalle que no se repitiesen ciertas imágenes.
Despedida blanquiazul de Raúl Tamudo, especialista en derbis, en el 2010
Àlex Garcia¡Yo confío en Manolo!
Uno duda que existan obligaciones en esto del protocolo del fútbol, salvo las genuinas. ¿Qué a un equipo no le da la gana hacer el pasillo al campeón? Allá ellos. De la misma forma que no me parece grave que el público del Barça exija, al Real Madrid que salude al campeón, dando por descontado que la alusión al macho cabrío obedece a exigencias propias de las rimas.
Lee tambiénLa espontaneidad debería prevalecer. Y el fútbol aunque dos equipos se jueguen algo más que tres puntos –quien pierda esta noche saldrá de los nervios–. No seamos hipócritas: el principal interés del Barça no es fastidiar al Espanyol sino ganar la Liga y el del Espanyol es alejarse del descenso y, de paso, ahorrarse un alirón en tus narices. Lo que no apunta la noche es a una gala del deporte con fines benéficos y solidarios.
Hay formas y formas de celebrar un título en territorio comanche. Los jugadores saben cuando pueden calentar las graderías y cuando no. El derbi barcelonés promete. Ni Código Penal ni la ceremonia del té. Y si hay empate que sea con goles.
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