El clan de los Maya asalta el hotel okupa de San Blas: «Os vamos a cortar el cuello»

El conocido como hotel okupa de San Blas, en la calle de Lola Flores, no deja de ser un foco de delincuencia de lo más variopinta. El último capítulo lo han firmado once integrantes del clan de los Maya, algunos de cuyos miembros son famosos por su actividad criminal. No en vano, ellos mismos se presentaron como «parientes del Gordo Maya», en referencia al delincuente encarcelado por presunto intento de homicidio, robos y secuestros. Una tía de este sujeto murió tiroteada hace año y medio en la puerta de su casa, en Puente de Vallecas. Están también emparentados con los Silva, unos de los señores de la droga de la Cañada Real y de la red de narcopisos de Nueva Numancia.
El tira y afloja entre las mafias de okupas en lo que iba a ser un enorme apartahotel en el número 7 de Lola Flores, junto a la A-2, en el barrio de Rejas, desencadenó estos hechos, ocurridos el 25 de junio. La Policía Municipal recibió el aviso, en torno a las siete menos diez de la tarde, de dos varones que viven ilegalmente en uno de los pisos. Alertaban de que una turba de personas amenazaban con matarlos y tirarles la puerta abajo. Llevaban, dijeron, catanas y cuchillos.
Hasta el lugar se trasladaron numerosas patrullas de la Policía Nacional y de la Municipal. Al llegar al recinto, en el que se han producido varios asesinatos, secuestros y muertes por monóxido de carbono en apenas unos meses, los agentes vieron cómo una docena de personas corría, para intentar eludir la acción de la justicia. Subieron en dos coches, un Seat y un Peugeot oscuros, para escapar.
Pero no les dio tiempo. Uno de los vehículos fue interceptado de manera casi inmediata y los funcionarios establecieron un cordón perimetral de seguridad. Los policías se entrevistaron con el conductor del turismo que habían parado. Manifestó lo siguiente: «Hoy han okupado el piso de una amiga y hemos venido a recuperarla».
En la requisa al coche, hallaron junto al asiento del copiloto un cuchillo de cocina muy grande y en el sillón trasero izquierdo una navaja. En el otro vehículo, durante el registro se encontraron con otros dos cuchillos grandes, un martillo, un destornillador y una barra metálica de casi un metro de largo. La llamada de auxilio no iba muy desencaminada.
Los investigadores fueron entonces a hablar con los denunciantes. Los dos hombres que estaban okupando el apartamento, de nacionalidad española, estaban muertos de miedo. «Han estado a punto de matarnos –declararon–. Han intentado tirar la puerta y la hemos tenido que asegurar para que no entraran. Llegamos a esta vivienda hace diez días, tras pagar 2.000 euros a otro tipo que nos dio las llaves. Los gitanos han empezado a aporrear la puerta amenazando con cortarnos el cuello, hemos observado por la mirilla y había un montón de gente con barras de hierro y cuchillos».
Una vecina del rellano confirmó la violencia con la que habían llegado los Maya, todos varones y entre los que había padres, hijos, hermanos, primos... Explicó que había visto desde su ventana «cómo llegaban dos coches oscuros y se bajaban diez gitanos con palos y cuchillos». «Entraron en el portal y comenzaron a golpear la puerta de los vecinos», resumió.
Con semejante despliegue policial, pudieron detener a todos los asaltantes, acusados de tenencia ilícita de armas y amenazas graves. Además, la Policía Municipal levantó actas por las armas, para que también constara este hecho a nivel administrativo, además del penal. Los encartados tienen entre 47 y 19 años. Los dos turismos fueron trasladados a dependencias policiales.
Francisco Maya Silva, conocido como el 'Gordo Maya', es el más mediático de los integrantes de esta amplia familia. Secuaz del Samuelillo, está siendo juzgado este mes de julio y, entre otros asuntos, se encuentra en la cárcel por un tiroteo en el que dejó con una lesión medular a su víctima. Su tía Natalia fue asesinada en Vallecas durante un ajuste de cuentas por drogas.
En cuanto al llamado hotel okupa de San Blas, originalmente Aragon Suites (por su cercanía a la avenida del mismo nombre) lleva unos tres años usurpado por multitud de familias. Hasta 200 personas en una mastodóntica urbanización abandonada tras sufrir una crisis la promotora. Uno de los asesinos de Sandra Palo y su banda mantuvieron secuestrado a dos hombres del clan de los Gayarre allí; un colombiano murió asesinado en una disputa con otros compatriotas de un equipo de fútbol rival; los Trinitarios acuchillaron hasta casi matarlo a un joven que se negaba pagar a una mafia y un varón murió también acuchillado por otro impago.
ABC.es