Vera GRV: "Siento esa presión de que si eres artista parece que tienes que ser también creador de contenido y no es así"

¿Qué fue lo que le hizo adentrarse en la música?Desde muy pequeña sabía que me quería dedicar a esto. Fue cuestión de tiempo y de conocer a amigos que tenían estudios de música mientras estaba en el instituto. Cuando descubrí ese mundo dije 'vale, quiero solo esto' y hasta el día de hoy estamos en ello.

¿Escribir sobre temas tan profundos ayuda a desfogar?Mucho, sí. Creo que nos pasa a todos los artistas, no solo a mí, pero escribir es nuestra fuente de canalizar todo lo que nos ocurre. Este álbum lo hice sin darme cuenta de que estaba en haciéndolo, simplemente estaba creando música de lo que me estaba pasando.

¿De qué manera sus fans pueden conectar con sus letras?El álbum tiene muchos géneros y tiene estados de ánimo que he ido experimentando este año. Creo que se pueden quedar con el no tener miedo a vivir cosas, a romper con algo y volver a enamorarse, es decir, a la intensidad con la que yo vivo las cosas. Hemos venido al mundo para vivir de manera intensa, si la vas a vivir a medias, no lo hagas.

SERGIO GARCÍA CARRASCO

En el título del disco cita a su madre, ¿cómo de importante es para usted el valor de familia?Superimportante, es más, muchas veces la gente, sobre todo amigos que se han mudado a Madrid, me preguntan que cuando me voy a venir a vivir a la ciudad. Es algo que no entra en mis planes porque no puedo imaginarme el pasar tanto tiempo separada de mis padres. Al final ya lo estoy con esto de la música, pero si encima mi casa estuviese en Madrid, no lo llevaría bien. Dicen que Madrid es el foco, pero creo que ahora, con esta era tan digital, el foco está donde tú lo quieras poner y que no hace falta que te vengas a la capital.

¿Qué consejos le han dado?Al principio tenían miedo, pero creo que nunca me han dado un mal consejo ni me han dicho que tenga pájaros en la cabeza o han echado por tierra lo que yo sentía. Ellos siempre han confiado mucho en mi talento y, sobre todo, quieren que siempre haga lo que yo quiera por mí y no porque me lo implanten.

Entre las canciones del disco destaca La Tarara. ¿Qué le ha llevado a reinterpretarla?Realmente fue porque unos amigos de Almería querían que hiciera una versión. En el momento en el que me lo plantearon dije 'quiero hacer algo que nadie se espere', y de ahí nació ese techno house. También me gusta mucho porque mi abuela se la cantaba a mi madre cuando era niña antes de irse a dormir. Por ello, inconscientemente va acorde con lo que el mensaje del álbum.

Cura para mi alma es otra de las canciones que cuenta con un título muy significativo. ¿A dónde va Vera cuando necesita curarse?A mi madre. Da igual la tormenta que esté pasando, que ella me escucha con una calma y serenidad que nadie me da. Cualquier persona que la conoce se refugia en ella porque sabe quitarle peso a las cosas malas y eso es muy necesario y reconfortante.

Si tuvieras que definir este álbum con una sola palabra, ¿cuál sería y por qué?Por el título parece que le estoy dando un homenaje a mi madre, pero la realidad es otra. Es un recordatorio a mí misma de que en esta vida tan frenética que me ha tocado vivir con la música, tengo que aprender a pararme en seco, a ver con perspectiva lo que estoy viviendo y a llamar a mi madre y a la gente que más quiero. Entonces, si fuese una palabra yo creo que sería 'observar' o 'parar'.

SERGIO GARCÍA CARRASCO

Aunque sea su primer disco, lleva sacando música desde 2020. ¿Qué evolución de sonido hay entre la Vera de los inicios y la actual?Hay mucha madurez. Cuando cambias de entorno y entras en uno donde no tienes que forzar ninguna personalidad y gustas tal cual eres, lo que haces es lo que más dentro de ti está. Creo que hay mucha realidad en lo que compongo y en las melodías que hago.

¿Qué ha descubierto de usted misma en este camino?Me ha sorprendido la capacidad que tengo de darle mucho más peso a las cosas buenas que a las malas y creo que por eso como que me estoy dedicando a esto y estoy llegando a donde quiero llegar.

Las redes son un escaparate para los artistas a la hora de promocionar sus proyectos. ¿Para usted son una herramienta más de trabajo?Sí, por suerte y por desgracia. Estamos en una era que nos facilita muchísimo llegar a la gente así, yo sé de muchos artistas que admiro que si no fuera por Instagram, TikTok o Spotify, no me conocerían. Pero, por otro lado, siento esa presión de que si eres artista parece que tienes que ser también creadora de contenido y no es así. A mí se me da bien hacer música, pero crear contenido no. Siento una presión que me atormenta, pero bueno, hay que asumirla. Como en todos los trabajos hay cosas que no nos gustan y, para mí, son las redes.

¿Qué importancia les da fuera del ámbito profesional?Antes tenían mucho más peso, sentía como que si no subía historias, mis amigos no iban a saber cómo estaba. Ya llevo un tiempo en el que me he desintoxicado bastante de ellas y prefiero saber de mis amigos por un WhatsApp o una llamada, que por lo que veo en Instagram. Es difícil, porque el móvil es estimulante, y más cuando te llegan notificaciones, ya sean buenas o malas; por eso intento usar las redes solo para el trabajo.

Es una artista emergente, ¿quiénes son tus influencias?Mis influencias son de todo menos urbanas. Es más, cuando me dicen que soy una artista urbana, entiendo que es porque lo urbano me ayuda a experimentar con todos los estilos. Cosa que otro estilo, como por ejemplo en el flamenco, si mezclas tres cosas ya te están diciendo que 'eso no es flamenco', pero con lo urbano no sucede. Mis mayores referentes son Dellafuente, Valeria Castro, Israel Fernández, Guitarricadelafuente, y obviamente Rosalía y C. Tangana.

Actualmente, se catalogan a muchos artistas dentro de la música urbana cuando en realidad no hacen este género del todo. ¿En qué grupo se incluye?A mí me cuesta también identificar ahora mismo qué es lo urbano. Creo que habría que buscarle un nuevo nombre a esta era de artistas que estamos saliendo y que tenemos sonidos urbanos, pero jugamos con otros estilos. Al final, que a mí o a Judeline, que también la consideran artista urbana, nos pongan en el mismo sitio que a Saiko, no tiene sentido porque somos muy diferentes.

¿Con quién le gustaría colaborar?Me encantaría con Dellafuente. Creo que haríamos cosas muy grandes en el estudio. Ojalá algún día.

Zahara me contaba que las artistas jóvenes llegan con las ideas más claras, con menos y sin ganas de escuchar historias por parte de los hombres. ¿Lo siente así?En el caso de artistas como Zahara, me puedo imaginar que han tenido que vivir muchísimas situaciones que no tendrían por qué. Yo he tenido la suerte de que he empezado en un momento donde el feminismo es un tema de conversación muy presente y también de rodearme de hombres reconstruidos. Creo que no he vivido tanto esas situaciones, pero sí que he sentido alguna vez que no se me ha prestado tanta atención en una sala o en un estudio lleno de hombres, es como 'quiero alzar la voz y me están tapando diciendo lo mismo que yo', Aun así, siento que estamos evolucionando y me alegro un montón. Eso sí, hablo en mi lugar, del entorno que me rodeo y de la música que hago. Pero, por ejemplo, si te vas a un festival de reggaetón, métete en el camerino de alguno, ¿sabes? No puedo generalizar porque hay de todo, pero yo he escuchado conversaciones que es como, 'madre mía', pero bueno, son diferentes sectores.

Después de todo lo vivido en estos cinco años, ¿qué mensaje le mandaría a aquellos artistas que están empezando ahora?Tiene que tener toda la energía en eso. Y, aunque de miedo o pereza porque el camino sea difícil, pero que inviertan esa energía, el dinero y la esperanza.

¿Qué proyectos tiene para el futuro?Voy a hacer mi primera gira, que será sobre todo por Andalucía, pero tendré fechas en Madrid, Barcelona, Valencia y Murcia. Estoy superemocionada porque tengo que aprender a cómo se hace una primera gira. Va a venir mi familia, todos mis amigos, y el resto historia; los que vengan, genial, y los que no, pues no pasará porque estará mi círculo cercano que es lo importante.