La NASA aumenta las probabilidades de que el asteroide 'destructor de ciudades' choque contra la Luna en 2032

El pasado mes de febrero todas las alarmas se encendieron cuando se descubrió que el asteroide bautizado como 2024 YR4 tenía un 3,1% de posibilidades de chocar contra la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Se trataba de la mayor probabilidad jamás registrada para una roca espacial potencialmente peligrosa, si bien los expertos pidieron calma: los días siguientes, los nuevos datos rebajaron la amenaza, que hoy se encuentra totalmente descartada.

Pero, mientras las probabilidades disminuían para nuestro planeta, aumentaban para otro mundo: nuestra Luna. Y lo han hecho incluso más, pues el último pronóstico de la NASA sobre 2024 YR4 es que tiene un 4,3% de posibilidades de impactar contra nuestro satélite.

Aunque los datos puedan parecer preocupantes, los expertos llaman a la calma. En realidad, un 4,3% sigue siendo un porcentaje muy bajo. Además, dadas las características del asteroide, que mide entre 50 y 70 metros de diámetro -lo que le colocaría dentro del género apodado como 'destructor de ciudades', por la capacidad que tendría que devastar un núcleo urbano en el caso de que impactara contra la Tierra-, este choque no representaría consecuencias catastróficas para nuestro satélite ni para su órbita.

Ahora, utilizando nuevas observaciones del telescopio espacial James Webb obtenidas en mayo de 2025, los astrónomos dirigidos por Andy Rivkin, del Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins, han refinado ese cálculo y han aumentado del 3,8% al 4,3% las probabilidades de impacto sobre la Luna.

Sin embargo, esta no será la última palabra: el asteroide ahora viaja muy lejos de la vista de nuestros telescopios, por lo que las predicciones se hacen en base a los últimos vistazos que nuestros 'ojos espaciales' fueron capaces de realizar. Pero habrá más oportunidades, porque 2024 YR4 pasa cerca de la Tierra cada cuatro años. Así, en 2028 habrá una segunda oportunidad para verlo, recabar más información y afinar en las predicciones que, de momento, son muy preliminares.