'Orlando', la intensidad visual

- Texto Virginia Woolf
- Adaptación y dramaturgia Gabriel Calderón y Marta Pazos
- Dirección Marta Pazos
- Escenografía Blanca Añón
- Iluminación Nuno Meira
- Vestuario Agustín Petronio
- Composición musical y espacio sonoro Hugo Torres
- Coreografía Mabel Olea
- Caracterización Johny Dean
- Interpretación y colaboración en la creación Nao Albet, Anna Climent, Alessandra García, Jorge Kent , Paula Losada, Laia Manzanares, Paco Ochoa, Mabel Olea, José Juan Rodríguez , Alberto Velasco y Abril Zamora
- Lugar Teatro María Guerrero, Madrid
Marta Pazos posee un estilo propio. Como quería Lezama Lima cuenta, relata, hace poesía escénica a través de las imágenes. Para ella la potencia visual es tan importante como la potencia conceptual. Sabe llenar nuestra mirada de sorpresa haciendo una vanguardia vitalista y colorista, con escenografías suntuosas, vestuarios imaginativos y desnudos. En las obras de Marta Pazos la interpretación tiene mucho que ver con la coreografía, es un movimiento del cuerpo siguiendo ritmos musicales, es decir, haciendo que el público cambie la emoción por el asombro.
Todo eso lo vamos a encontrar en esta versión tan libre del 'Orlando' de Virginia Woolf. Orlando es ese viajero que nunca envejece, aunque viva trescientos años, ese eterno enamorado de la poesía como forma de acercarse a la naturaleza, ese ser capaz de intimar con el curso humilde de las cosas humildes, de hacer la revolución de las cosas simples.
Su viaje en el tiempo y en el espacio es un viaje por su cuerpo. De la corte inglesa de la Reina Isabel I a la de Jacobo I, de embajador en Constantinopla de Carlos II a la época victoriana y los tumultuosos años 20 del siglo pasado, Orlando hace de su cuerpo el lugar de las encrucijadas culturales, ideológicas y políticas. Cuando de la noche a la mañana se convierte en mujer, muestra las heridas de las humillaciones, de las opresiones y los sistemas caducos: figurar, ser obediente, no poder escapar del mismo círculo. Cuando dialoga sobre la poesía, se plantea si la belleza es o no el territorio de la verdad. Él sabe que solo su cuerpo es la verdad porque está hecho de la misma materia de los árboles, de los robles, de los astros.
Marta Pazos vuelve a dar al espectador de 'Orlando' dos horas de intensidad plástica. Con un sistema compositivo del espectáculo muy simple (el discurso de la palabra al que sigue el despliegue coreográfico) es capaz de deslumbrar al público tanto como de apabullarlo. Ella crea sus propias normas escénicas, tan pop, y su fuerte e insoslayable sentido moral: nuestro mayor matrimonio es con la naturaleza, es decir, con el sentido y la visión de nuestro cuerpo.
Habrá quien diga que Marta Pazos repite fórmulas, que esa repetición lastra este 'Orlando'. Pero benditas fórmulas cuando lo que tenemos delante es un espectáculo personal, original, vivo y sorprendente. En cada uno de sus montajes nunca hay concesiones, aquí tampoco.
ABC.es