‘Sirât’: La travesía del desierto tiene un fin

Desde que debutó, hace ya quince años, con Todos vosotros sois capitanes, una película rodada en Tánger, donde él mismo aparecía con los jóvenes alumnos de una improvisada escuela de cine, Oliver Laxe ha seguido buscando su destino, con calma y lo que parece una fe inquebrantable en sí mismo. Esa primera película se estrenó, con reconocimiento de la crítica internacional, en la Quincena de los Realizadores de Cannes, y las siguientes se presentaron en diversas secciones del festival – Mimosas (2016), también rodada en Marruecos, en la Semana de la Crítica, y Lo que arde (2019) en Una cierta mirada (todas están disponibles en Filmin)–, escalando posiciones hasta la sacrosanta Sección Oficial, donde acaba de llevarse el Premio del Jurado.
En Sirât, Sergi López es un padre de familia que anda en busca de su hija, presuntamente desaparecida, y sigue los pasos de un grupo de auténticos punks antisistema que se dedican a organizar raves en medio del desierto. No cuesta mucho imaginar a esa banda de punks como un reflejo de la banda del propio Laxe, que reside en una apartada aldea gallega y vive cada nueva película como una auténtica aventura en los límites del sistema. “Sí, nos vemos un poco como una banda de rock: Oli tiene una idea, y entonces los músicos llegamos con nuestros instrumentos”, comenta el guionista Santiago Fillol, que se incorporó a la banda con Mimosas. “Ahí empezamos a construir un guion a partir de imágenes, y a terminar de construirlo durante el rodaje, que es como lo hemos seguido haciendo en las otras películas”.

Sergi López, Oliver Laxe y Stefania Gadda durante el rodaje
Quim Vives“Aunque Oliver y yo nos conocimos en mi primer año como profesor en la Universitat Pompeu Fabra. Él era uno de los alumnos, los dos éramos muy fanáticos de Joaquim Jordà, y pasábamos mucho tiempo en su casa de la calle de la Cera”, recuerda. El resto de la banda la forman el director de fotografía Mauro Herce, que ha filmado como nadie el desierto marroquí; la sonidista Amanda Villavieja –el sonido es particularmente importante en Sîrat, donde se rinde culto a los graves, a la música que se siente en el cuerpo–, y el ayudante de dirección Luis Bértolo. “Cuando tocamos todos juntos, siento que hay una resonancia muy especial que no se parece a nada”, dice Fillol.
⁄ La película pasa del viaje exterior al interior; esos momentos de conexión que se dan en los momentos más durosLa primera parte de la película, en la que Sergi López sigue, acompañado de su hijo pequeño y de su perrito, esa comitiva de camiones que parecen salidos de Mad Max, es puro cine de aventuras, tan auténtico como visualmente deslumbrante. “Lawrence de Arabia era una película que ya orbitaba mucho en nosotros cuando rodamos Mimosas. Son películas que llevas dentro, que te dejan una emoción. En este mundo donde el turismo se lo ha comido todo, y donde ya no quedan lugares en los que descubrir una alteridad que te haga tambalear tus presupuestos, hemos querido recuperar la experiencia del viaje transformador. ¿Para qué hacer una película? Para no ser el mismo cineasta que fuiste antes de hacerla”.
En el último tercio de la película, sin ánimo de espoilear, el personaje de Sergi López sufre una transformación, que lo lleva a adentrarse en un territorio que Fillol califica de místico. “En ese momento, la película pasa del viaje exterior al interior. El personaje de Sergi López empieza a preguntarse: ¿Qué quiere la vida de mí? Esos momentos de conexión más trascendental suelen darse en los momentos más duros”.

Los actores Sergi López, Bruno Núñez y Stefania Gadda en 'Sirât'
Quim VivesSirât es una película-viaje, una película que plantea su visionado como toda una experiencia. “No queremos que el cine sea simplemente un lugar al que se va a consumir una historia. Me gusta pensar en los espectadores de cine como un piano al que le suenan cuatro o cinco notas, y que, de repente, cuando van a la sala, se encuentran con una experiencia fuerte que les recuerda que tienen quince o veintitrés notas. Ojalá salgan del cine con más acordes. Así son las experiencias transformadoras. Igual ese es nuestro trabajo como cineastas, y nos lo tomamos muy en serio”.
⁄ El sonido es primordial en ‘Sîrat’, donde se rinde culto a los graves, a la música que se siente en el cuerpoLa música, en cualquier caso, va más allá de las metáforas. Es primordial en Sirât. Para asegurar ese tecno-trance atronador, Laxe fue a buscar a Kangding Ray, un músico afincado en Berlín. “Oliver lo tenía fichado desde hacía tiempo. Fue un encuentro alucinante. La cultura del baile es muy importante en Sirât. Al principio de la película, estábamos muy fascinados con Nietzsche que, en Así habla Zaratustra, dice algo así como ‘no podría creer en un Dios que no sepa bailar’. Es esa energía. La música, la fiesta, es un lugar donde lo dionisíaco arma comuna. Si preguntas a gente, de entre veinte y sesenta años, dónde han creado los lazos más poderosos de su vida, probablemente te dirán al final de una noche de fiesta. Hay una conexión espiritual muy poderosa que no se da en otros ámbitos de la vida. Creo que es interesante pensar esto: cómo esa especie de exceso que es la fiesta produce algo constitutivo, que forja algo así como una familia alternativa”. Se recomienda vivir la experiencia en una sala con las mejores condiciones acústicas, como el Phenomena, de Barcelona. Pump Up the Volume.

El guionista Santiago Fillol
‘Sirât’Dirección: Oliver Laxe. Guion: Oliver Laxe y Santiago Fillol. Actores: Sergi López, Bruno Núñez, Jade Oukid, Tonin Janvier, Richard Bellamy, Stefania Gadda, Joshua Liam Henderson.Estreno en cines: 6 de junio.Premio del Jurado en el Festival de Cannes

Oliver Laxe durante el rodaje en el desierto
Quim Viveslavanguardia