Concluye restauración de 27 sahumadores recuperados en 2016 en Cuautitlán: INAH

Concluye restauración de 27 sahumadores recuperados en 2016 en Cuautitlán: INAH
Se hallaron depositados uno sobre otro en tres capas // Datan de entre 1350 y 1521 dC, informó el instituto
▲ Cinco de las piezas fueron intervenidas en el Seminario Taller de Restauración de Cerámica, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía; las 22 restantes, por el equipo del Taller de Restauración del Departamento de Conservación-Restauración, del Cinahem.Foto cortesía del INAH
Silvia Chávez González
Corresponsal
Periódico La JornadaSábado 7 de junio de 2025, p. 4
Cuautitlán. Méx., Expertos en conservación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) concluyeron la restauración de los 27 sahumadores recuperados en 2016 en las inmediaciones del parque Juárez del centro del municipio de Cuautitlán, informó la dependencia.
El instituto recordó que los objetos fueron descubiertos por un equipo de salvamento arqueológico del Centro INAH estado de México (Cinahem), durante la supervisión de obras públicas que se realizaban en el parque municipal.
Detalló que se hallaron depositados uno sobre otro en tres capas, tal como fueron colocados entre 1350 y 1521 dC, cuando Cuautitlán era tributario de la Triple Alianza, como parte de una ceremonia religiosa.
Cinco de las piezas fueron intervenidas en el Seminario Taller de Restauración de Cerámica, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, y la mayoría restante, 22 sahumadores, por el equipo del Taller de Restauración del Departamento de Conservación-Restauración, del Cinahem.
La identificación, limpieza general y unión de fragmentos, fijado de capa pictórica, reposición de faltantes, resanado y reintegración cromática de 22 de las piezas se hizo por temporadas, entre 2022 y 2024.
Treinta bolsas con fragmentos se trasladaron del Repositorio de Bienes Muebles al taller de restauración. Tres estudiantes de la licenciatura en arqueología de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), prestadoras de servicio social y de prácticas profesionales, colaboraron en la identificación de cada fragmento, para armar el rompecabezas de cada objeto.
El INAH detalló que los sahumadores, cuyo nombre en náhuatl es tlémaitl (mano de fuego
), tienen forma parecida a la de una cuchara grande. Constan de una cazoleta hemisférica para la combustión de incienso, así como de un mango largo y hueco que contenía esferas de barro, rematado con la forma de una cabeza de serpiente.
Doble funcionalidad
Su diseño se relaciona con una función doble: para contener plantas y resinas aromáticas, principalmente copal –considerado regalo precioso capaz de sacralizar edificios, personas y objetos–, y como instrumentos sonoros que imitaban el cascabeleo de las serpientes.
La colección incluye diferentes tipos. Su tamaño es diverso, las piezas más grandes varían entre 50 y 60 centímetros de longitud, y su cazoleta posee un diámetro de 40 centímetros, mientras las más chicas miden de 40 a 45 centímetros de largo, y su cazoleta, de 20 a 30. Los remates serpentiformes de estas últimas no tienen pigmentación. También destaca que uno de los cuencos es liso, sin las características acanaladuras.
Las piezas estaban frágiles y requirieron una reintegración formal mediante pastas a base de carbonatos de calcio, en reposiciones y resanes. Para dar continuidad visual, se hizo la reintegración cromática con pigmentos minerales mezclados con las pastas, y la técnica de puntillismo (nutrido de color), limitándose a la parte exterior, dejando intacta la cazoleta para diferenciar el original de la intervención.
Finalmente, se elaboraron embalajes con material amortiguante y libre de ácidos, con el fin de garantizar el resguardo, protección y conservación de esta valiosa colección arqueológica, destacó la institución.
Urbes fortificadas de mauritania

▲Foto Afp
Periódico La JornadaSábado 7 de junio de 2025, p. 4
Oualata, en el sureste de Mauritania, ubicada en la región de Hodh el Charqui, forma parte de un cuarteto de antiguas ciudades fortificadas o ksour
, declaradas patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en 1996, por sus características edificaciones construidas con adobe rojizo y decoradas con pinturas tradicionales de la región. Durante décadas, su población ha ido menguando a medida que sus residentes se mudan en busca de trabajo, sin que nadie se ocupe del mantenimiento de los edificios históricos
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