El museo en el que puedes sostener un Balenciaga o tocar un cuadro de Picasso

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El museo en el que puedes sostener un Balenciaga o tocar un cuadro de Picasso

El museo en el que puedes sostener un Balenciaga o tocar un cuadro de Picasso

El pasado 31 de mayo, Londres acogió una de las experiencias más innovadoras del panorama cultural internacional. El V&A East Storehouse (una de las instituciones más grandes de arte y diseño del mundo, aunque muy difícil de catalogar) ha concebido una propuesta que sin duda ha dado un giro radical a la relación entre el público y el arte. Lleva más de diez años de desarrollo y finalmente ha nacido con la intención de replantear la experiencia tradicional de los museos: no solo muestra piezas históricas o culturalmente significativas, sino que permite que sus visitantes las toquen o interactúen con ellas. Funciona, de alguna forma, a modo de gran almacén.

Erigido en cuatro imponentes plantas, el museo, que lleva el nombre de la reina Victoria y su consorte Alberto de Sajonia, solo opera en las tres que están actualmente abiertas al público. Entre sus estanterías se encuentran más de 250.000 objetos que incluyen desde frescos romanos (o una pintura de Simone Martini del siglo XIV) hasta piezas de alta costura de diseñadores como Schiaparelli, o las contemporáneas Comme des Garçons y Vivienne Westwood, señala la CNN.

Lo que marca la diferencia es la forma en la que se exhiben estas obras. Mientras que los museos tradicionales las tienen protegidas tras vitrinas o directamente acordonadas, para que el visitante solo pueda admirarlas a distancia, aquí la accesibilidad se lleva al extremo: el público no solo puede observar, sino también tocar las piezas (aunque bajo supervisión de conservacionistas que los guían para que sepan cómo deben manipular adecuadamente los objetos). Algo transgresor en uno de los primeros museos que decidió que la pintura, la moda o los restos arqueológicos podían convivir sin problemas.

A lo largo de las décadas, el V&A ha acumulado una impresionante colección de arte y objetos de valor incalculable, muchos de los cuales permanecían en almacenes, fuera de la vista del público. Con el nuevo enfoque de accesibilidad, se permitirá que esas piezas que nunca han sido expuestas antes, o que llevan años ocultas, finalmente se vean en su esplendor. Un ejemplo claro de esta renovación es el techo dorado de madera blanda de Altamira (Toledo), que data del siglo XV, y que por fin saldrá del olvido para ser admirado por los visitantes.

A lo largo de las décadas, el V&A ha acumulado una impresionante colección de arte y objetos de valor incalculable

No es lo único español que podrá verse. Hay una deslumbrante recreación de diez metros de altura de Dos mujeres corriendo por la playa (1922) de Picasso, aunque este pintado por el príncipe y artista Aleksander Chachba, exhibido por primera vez en más de diez años. El lienzo frontal, usado por una compañía de ballet itinerante en 1924, incluso fue firmado por el propio Picasso, que quedó impactado al verlo.

La creatividad y el eclecticismo son la base de este proyecto. Diller Scofidio + Renfro, los responsables del diseño, han dispuesto las piezas de una forma no cronológica ni alfabética, sino de manera que fomenten la curiosidad y el descubrimiento. Según la arquitecta Elizabeth Diller, se trata de algo parecido a un gabinete de curiosidades del siglo XVI, y describe el proceso como un ejercicio de "adentrarse en el delirio" donde pueden encontrarse armaduras, telas de escenario, motocicletas, marionetas y fragmentos de edificios.

Hay una recreación de una obra de Picasso pintada por el príncipe Aleksander Chachba. Fue usado por una compañía de ballet en 1924

Entre las obras más solicitadas por el público se encuentra un vestido de Cristóbal Balenciaga de 1954, cuya seda parece casi iridiscente cuando se examina de cerca. El museo ha abierto un portal de reservas online que ya está recibiendo miles de solicitudes de curiosos, desde investigadores hasta futuras novias en busca de inspiración para su vestido de bodas. Al museo-almacén se unirá, además, el próximo 13 de septiembre el David Bowie Center, un lugar con más de 90.000 objetos relacionados con el cantante.

El enfoque, además de acercar al público a las piezas, también subraya la importancia de la preservación. Las condiciones del centro de investigación, que mantienen una temperatura controlada entre 16 y 25 grados y una humedad del 40-60%, garantizan que las piezas sean manipuladas sin poner en peligro su conservación.

El pasado 31 de mayo, Londres acogió una de las experiencias más innovadoras del panorama cultural internacional. El V&A East Storehouse (una de las instituciones más grandes de arte y diseño del mundo, aunque muy difícil de catalogar) ha concebido una propuesta que sin duda ha dado un giro radical a la relación entre el público y el arte. Lleva más de diez años de desarrollo y finalmente ha nacido con la intención de replantear la experiencia tradicional de los museos: no solo muestra piezas históricas o culturalmente significativas, sino que permite que sus visitantes las toquen o interactúen con ellas. Funciona, de alguna forma, a modo de gran almacén.

El Confidencial

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