La Feria del Libro homenajeó a Mario Vargas Llosa con voces y anécdotas

La Feria del Libro homenajeó a Mario Vargas Llosa (1936-2025) con la presencia de los escritores y periodistas Jorge Fernández Diaz, el español Juan Cruz Ruiz y Raúl Tola, a cargo de la catedra Vargas Llosa.
Durante mucho tiempo, los tres mantuvieron un estrecho contacto con el renombrado escritor de Arequipa. Su devoción por Buenos Aires, su relación con Borges y Cortázar, la inolvidable pelea con García Márquez, sus grandes obras y la celebración del Nobel de Literatura fueron algunos temas que resonaron con nostalgia en la Sala Victoria Ocampo (Pabellón Blanco) entre historias, anécdotas y vivencias, para recordarlo con afecto.
La familia de Vargas Llosa fue especialmente invitada para este acto pero estuvo ausente en la sala. “Nosotros habíamos convocado a Patricia Vargas Llosa, esposa de Mario, y a su hijo Álvaro Vargas Llosa. Ellos están en Buenos Aires pero todavía están muy afectados con este reciente acontecimiento”, se excusó Alejandro Vaccaro, expresidente de la Fundación El Libro. El sábado pasado ambos participaron de otra actividad en memoria del escritor.
Jorge Fernández Díaz comenzó con la lectura de un largo texto. Destacó la pasión que tenía Vargas Llosa por Buenos Aires, su relación con Cortázar y el rechazo que tenía sobre peronismo.
“Buenos Aires le parecía a Mario Vargas Llosa una de las ciudades más literarias y entrañables del mundo. Durante su remota infancia en Perú, la familia entera recibía cada semana tres ansiadas revistas: su padre leía Rio Plano, su madre Para Ti y Mario se instruía con las coloridas páginas de Billiken”, recordó Fernández Díaz.
“Luego, a los 17 años, ya con la vocación decidida y firme, evaluó si debía desarrollarse como escritor en Buenos Aires o en París. A Vargas Llosa como a casi cualquier latinoamericano ilustrado de entonces. Esos dos destinos les parecían parejamente míticos, prestigiosos y estimulantes”, amplió el ganador del Premio Nadal 2025 por la novela El secreto de Marcial.
,Homenaje a Mario Vargas Llosa con la presencia de los escritores y periodistas Juan Cruz Ruiz, Raúl Tola, a cargo de la catedra Vargas Llosa y Jorge Fernández Diaz. Foto: Juano Tesone.
También dijo que Vargas Llosa “eligió París pero siempre mantuvo un ojo en nuestra ciudad, la ciudad junto al río de color león. En su vejez no comprendía cómo era posible que nadie hubiese escrito todavía la novela más obvia de todas, una que retrataba de manera definitiva y veraz la dolorosa y espectacular decadencia desde aquel país culto y próspero a esta nación un tanto burda y paupérrima en la que se había convertido”.
“Uno de sus amigos fue Julio Cortázar, que demostró al forastero el lado secreto y mágico de París, la ciudad Luz”, recordó Fernández Díaz en su texto.
El periodista y escritor argentino además señalo que el novelista y ensayista peruano “experimentó con Cortázar a partir del Mayo francés un giro ideológico en su vida y cómo de un ingenuo apolítico”.
“El padre de Casa Tomada se había transformado en un férreo y obtuso defensor del estalinismo y del régimen cubano. Esa discrepancia fundamental no logró enemistar, sin embargo, a Mario y a Julio”.
“Los dos mantuvieron su afecto hasta la muerte de Cortázar, a quien Vargas Llosa recordaba en público toda clase de alabanzas artísticas y disculpaba en privado sus radicalizaciones ideológicas explicando que Cortázar siempre había sido poco menos que un analfabeto político”, recordó.
Por su parte, Fernández Díaz enfatizó la turbulenta relación entre el escritor peruano y el autor de El Aleph. “En un viaje a Buenos Aires quiso entrevistarlo y lo visitó en su piso de la calle Maipú. Al descubrir el techo con goteras y las paredes descaradas le preguntó abiertamente: ‘¿Cómo puede ser que usted viva en este departamento, Borges?’”.
“Su interlocutor se levantó de inmediato: ‘bueno, que le vaya bien. Los caballeros argentinos no hacemos alardes. Al día siguiente, Borges le comentó a un tercero. Vino a verme un peruano que debe trabajar en una inmobiliaria”, compartió Fernández Díaz la entrañable anécdota entre Borges y Vargas Llosa entre risas generalizadas de los asistentes en la sala.
,Homenaje a Mario Vargas Llosa con la presencia de los escritores y periodistas Juan Cruz Ruiz, Raúl Tola, a cargo de la catedra Vargas Llosa y Jorge Fernández Diaz. Foto: Juano Tesone.
“Vargas Llosa siempre tenía presente ese episodio borgeano (cuando fue despedido de la Biblioteca Nacional) y adjudicaba a la idiosincrasia justicialista la vergonzosa debacle argentina”, enfatizó Fernández Díaz.
En otros pasajes de su lectura, el escritor y periodista del diario La Nación recordó que el escritor peruano “vino a Buenos Aires no menos de 15 veces en los últimos 25 años y en un momento dado hasta tuvo la intensión de vivir al menos unos seis meses” (…). “Cada una de esas visitas era una indagación acerca del deterioro y la hecatombe de nuestro país y un cuestionamiento cada vez más duro hacia a gran culpable: el peronismo”, subrayó.
Luego, las palabras del periodista y escritor peruano Raúl Tola. Aseguró que “entrevistarlo era un arte relativamente sencillo”.
“Uno afrontaba las entrevistas con Vargas Llosa muy asustado por la irrupción del personaje pero cuando uno estaba en la conversación descubría que ese personaje tan enorme, tan universal, era al mismo tiempo tan cercano, tan generoso, tan afectuoso. Además, socorría de una manera tan generosa a los periodistas que las entrevistas podrían volverse incluso sencillas”, relató.
,Homenaje a Mario Vargas Llosa con la presencia de los escritores y periodistas Juan Cruz Ruiz, Raúl Tola, a cargo de la catedra Vargas Llosa y Jorge Fernández Diaz. Foto: Juano Tesone.
Sobre su relación con Cortázar, dijo que el autor de Rayuela “fue la persona que le mostró a Vargas Llosa ese país oculto (Francia) que él conocía bien”.
En cambio, “con Borges le pasó la historia de la entrevista que devino en el desencuentro. A Borges no le gustó que comentara las goteras que tenía en el techo de su casa”, explicó Tola.
“En alguna conversación empezamos a especular si Borges había leído a Vargas Llosa. Yo tenía el dato: Borges visitó Perú fue entrevistado por Enrique Chirino Soto, un periodista y después político peruano. “Cuando le preguntó por Vargas Llosa, Borges dijo una frase reveladora: ‘ese muchacho Vargas Llosa escribe bien pero es muy mentiroso porque fue a mi casa y me encriptó unas goteras”, recordó el Director de la Cátedra Vargas Llosa.
Tola, de 49 años, dijo que todos los autores de su generación en América Latina o de habla hispana comenzaron a ser escritores gracias a Mario Vargas Llosa. “Nos enseñó que nuestra materia prima, nuestra condición de latinoamericano, se podía hacer altísima literatura comparable a esos grandes clásicos como Víctor Hugo, Flaubert, Faulkner, Hemingway y otros más que nosotros leímos, justamente, con el propio Vargas Llosa”.
Por último, la palabra de Juan Cruz Ruiz, quien recordó a Vargas Llosa como un personaje “extraordinario”.
“Era una persona sin miedo y sin capacidad para odiar a la gente. Era escritor pero, especialmente para mí, era una persona que se estrenó frente a las consecuencias que tienen las vidas de vivir creyendo que todo iba a ser mejor cuando, de pronto, se encontró que todo podía ser peor: fue cuando descubrió que tenía padre (Ernesto Vargas Maldonado), y ese padre a lo largo del tiempo lo convirtió a él en una persona triste hasta que, finalmente, la literatura lo fue salvando”.
,Homenaje a Mario Vargas Llosa con la presencia de los escritores y periodistas Juan Cruz Ruiz, Raúl Tola, a cargo de la catedra Vargas Llosa y Jorge Fernández Diaz. Foto: Juano Tesone.
El periodista y editor español, uno de los fundadores del diario El País de España, dijo que El pez en el agua “es el libro más importante” de Vargas Llosa. “Fue el que una manera u otra lo fue acompañando a lo largo del tiempo para explicarse así mismo que lo que había pasado con el padre porque él se sintió tan atemorizado por ese hombre.”
“Muchas veces le pregunté por ese libro. Me pareció el libro más humano de los libros que ha escrito el boom latinoamericano pero también muchos libros de la historia de la literatura forman parte de lo que Mario Vargas Llosa explicó también en otros libros sobre otras vidas u otros hechos. Siempre estuvo ahí ese momento, cuando tenía 10 años, y de pronto aparece el hombre, el padre”, recordó Cruz Ruiz.
También contó que, cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010 en Estocolmo, lo vio corriendo desde el hotel en busca de un médico que le salvara la voz. “Estaba realmente despavorido. Le pregunté qué le pasaba. Me dijo que había perdido la voz”, recordó Cruz Ruiz.
“La sensación que tuve fue que esa voz que Vargas Llosa había perdido y que luego la hizo recuperar un médico era una visión mayor de su alma y de su modo de estar en la vida en ese momento, como si de pronto un episodio terrible, que era el recuerdo de su padre, hubiera entrado en ese episodio que tenía que ser feliz”.
Cruz Ruiz reveló que lo vio llorar a Vargas Llosa tras haber recuperado la voz. “Siento que era un llanto limitado por su manera de ser. Era un hombre bastante contenido pero no me puedo olvidar de ese momento: ahí no estaba solo la presencia de Patricia, su mujer y su prima, sino que estaba la presencia de toda su vida como si, de pronto, en ese episodio de alegría por el Premio Nobel de Literatura él estuviera sin palabras, sin escritura, haciendo el más potente recordatorio de la raíz de su modo de abordar con la literatura los espejismos tristes de la vida”.
Además, señaló que Vargas Llosa “fue el que escribió el mejor libro del quien con el es el mejor es el mejor escritor de su generación: Gabriel García Márquez”.
“Historia de un deicidio explica perfectamente la generosidad literaria y la capacidad para entender la literatura de otros que Mario Vargas Llosa”.
“Me he negado reiteradamente por qué ocurrió aquel acontecimiento triste, el de la pelea con el autor de Cien años de soledad, -reveló Cruz Ruiz, y siguió-: “siempre me he negado a saber detalles de ese hecho: prefiero leer a lo largo del tiempo todo lo mucho que él escribió acerca del autor de ese libro y de tantos libros importantes”.
,Homenaje a Mario Vargas Llosa con la presencia de los escritores y periodistas Juan Cruz Ruiz, Raúl Tola, a cargo de la catedra Vargas Llosa y Jorge Fernández Diaz. Foto: Juano Tesone.
“Con Vargas Llosa he vivido muchos episodios muy hermosos, algunos complicados. Como autor era admirable, la persona más educada que haya podido tener, no el editor que llevaba la editorial sino todo el equipo. Jamás tuvo ningún gesto que humanamente lo descalificara como una de las personas más nobles, tranquilas y generosas que yo he conocido como ser humano”, cerró Cruz Ruiz.
Clarin