Novela intergeneracional: ‘Entredós’, un relato de amor, costura y vínculos familiares

¿Cómo se acompaña la adolescencia desde la madurez?, ¿cómo es tener un amor diferente después de muchos años?, ¿de qué manera se les da lugar a los nuevos sentimientos y a los nuevos proyectos? En Entredós (Edelvives), de Melina Pogorelsky y Maricel Santin, se relata la historia de una adolescente y de su abuela, que a pesar de una gran ausencia, entretejen sus vidas y comparten sus experiencias de amores y desamores.
La novela sigue las historias de ambas, quienes, a pesar de lidiar con una ausencia significativa, construyen juntas un puente entre el pasado y el presente. Desde una cocina impregnada de recuerdos hasta un taller de costura que simboliza la unión, la obra explora el amor, la madurez y los retos de la vida cotidiana con una sensibilidad única.
Escrita a cuatro manos, Entredós combina el talento literario de sus autoras con anécdotas y reflexiones que surgen de la vida real. Inspirada en observaciones del día a día, la novela se sumerge en los matices de las relaciones intergeneracionales, donde el amor y la sabiduría trascienden las diferencias de edad. Con diálogos teatrales, personajes entrañables y un ritmo envolvente, Pogorelsky y Santin construyen una historia que invita al lector a reflexionar sobre las conexiones que transforman.
Melina Pogorelsky.
–¿Cómo nació la idea del libro?
Maricel Santin: –Nosotras ya habíamos escrito una novela, la segunda parte de la saga Las súper 8, y ya veníamos con ganas de volver a escribir juntas, entonces Meli vio una escena en el vestuario de la pileta a la que va con frecuencia, me la contó y fue el germen de toda la novela.
Melina Pogorelsky: –Al salir de nadar me cruzaba con un grupo de mujeres que venían de aquagym. Una vez escuché el comienzo de un diálogo en el que una le pedía el teléfono a otra. Tal vez no era más que la gestión para organizar un regalo para la profe, pero en mi cabeza eso funcionaba como el comienzo de una historia de amor entre dos señoras. Como con Maricel, además de colegas, somos amigas, mantenemos una conversación constante sobre el cotidiano. Salí del vestuario, conté lo que había escuchado y lo que quería escribir y, por suerte, ella se tiró de cabeza.
–¿Cómo es escribir a cuatro manos?
Maricel Santin: –Para nosotras es bárbaro. Nos entendemos muy fácil y rápido. Las dos tenemos un gusto por escribir diálogos, por las escenas que muestran el mundo de un modo más teatral, entonces ya tenemos la posibilidad de unificar el tono muy a mano. En lo práctico, nos juntamos a armar una estructura que nos gusta y después dividimos escenas. Después intervenimos (siempre con aviso) en todo el material hasta llegar a lo que sentimos que es la novela. Al final nos pasa algo muy loco y que nos encanta: no sabemos ni nosotras quién escribió qué.
Melina Pogorelsky: –Es fabuloso porque la escritura suele ser muy solitaria y al hacerlo juntas el proceso es todo lo contrario. Escribir con la otra permite llegar a lugares a dónde no llegarías sola y se torna también una experiencia de mucho aprendizaje al ver los procedimientos y recursos que pone en juego tu coautora.
–Es hermosa la historia abuela-nieta, ¿cómo se nutren inter generacionalmente?
Maricel Santin:–Cuando pensamos en los personajes, nos interesó mucho desarrollar este asunto de las distancias generacionales y también de los encuentros: los puntos de unión desde lo compartido y también desde lo vivido. En el amor, por ejemplo, las pasiones y sus dificultades a veces son similares. En ese vínculo quisimos mostrar cómo si hay cercanía y conversación, cada edad tiene su sabiduría y la puede trasmitir.
Melina Pogorelsky: –Uno de los asuntos de la novela que creo que más cariño nos genera a ambas, es cómo la nieta entiende lo que está viviendo la abuela antes que ella misma. Camila descubre mucho antes que Betty, que esa “amiga de aquagym” es más que una amiga. Del mismo modo, la abuela acompaña el proceso de Camila con respeto y escucha, sin preguntar de más ni tampoco dejar de poner una palabra cuando es necesaria.
–¿Por qué eligieron la costura como hilo conductor de la novela?
Maricel Santin:–Bueno, yo soy una apasionada de la costura. Y veo en esta actividad tan ancestral cuestiones metafóricas que me alucinan. Unir, cortar, lograr con trabajo artesanal que algo plano como una tela se vuelva otra cosa con volumen, que viste el cuerpo. Pienso también que es una actividad que une desde la charla. Si se hace en grupo, como yo hago en el taller de costura al que asisto, genera un tiempo, un ritmo, que invita a la conversación.
Melina Pogorelsky: –Yo, por el contrario, no sé nada de costura, pero todo ese universo nos permitía contar la intimidad y el equipo que forman juntas.
Maricel Santin.
–¿En quiénes se inspiraron para crear los personajes?
Maricel Santin: –Cuando nos juntamos las primeras veces para armar personajes y argumento, pensamos a cada uno con sus características para tener variedad de estilos y que lo vincular se viera potenciado. Fue divertido porque pensamos cada una en sus referencias de la vida real como el primer novio tan bueno o tal señora poeta en su energía, pero también pensamos quienes actuarían la película. O sea, tenemos un casting espléndido para llevar la novela a audiovisual.
Melina Pogorelsky: –Partimos de lo que cuenta Maricel, pero enseguida tuvimos construidos a todos los personajes de un modo que nos funcionaba tan bien, que rápidamente cobraron autonomía. A tal punto que, si alguien nos hubiera escuchado nuestras charlas durante el proceso de escritura, tal vez no se hubiera dado cuenta de que nos referíamos a personajes de ficción. Creímos en ellos y los quisimos y cuidamos mucho.
Entredós, de Melina Pogorelsky y Marisel Santin (Edelvives).
Clarin