¿Por qué bandas como 'Grupo Fugitivo', de regional mexicano, son perseguidas por los narcos y carteles?

El 2 de junio fueron detenidas tres personas en el estado de Tamaulipas, al norte de México, como sospechosas por la muerte de cuatro integrantes de ‘Grupo Fugitivo’ y del mánager de la banda mexicana de corridos y cumbias.

De acuerdo con la fiscalía, mientras se dirigían a un concierto en una camioneta, los cinco integrantes de la agrupación fueron secuestrados y posteriormente asesinados. Sus cadáveres fueron hallados en un predio de la ciudad de Reynosa el jueves de la semana pasada.

En Tamaulipas opera el Cártel del Golfo, denominado hace tres meses por el presidente de Estados Unidos como organización terrorista.

Este no es el primer caso en el que músicos mexicanos se ven afectados por la violencia del crimen organizado que está en el país. De hecho, en 2013, en el estado de Nuevo León, situado al noreste de México, 17 músicos de la agrupación Kombo Kolombia fueron asesinados por el cártel de Sinaloa, como un “castigo” por su presunto vínculo con sus rivales.

Días después de la desaparición de los integrantes de ‘Grupo Fugitivo’, en el estado de Morelos, Julio Eusebio Labra, vocalista de ‘Los Conquistadores de la Sierra’, una banda de corridos mexicanos, también fue asesinado mientras se presentaba en un bar.

Otros casos populares fueron los del cantante Valentín Elizalde, asesinado también en Reynosa cuando salía de una presentación en 2006 y el de Sergio Gómez, vocalista del grupo K-Paz de la Sierra, abatido en Michoacán en 2007. Entre 2006 y 2013, unos cincuenta músicos de narcocorridos fueron víctimas de estos grupos de crimen organizado.

Estos carteles y narcotraficantes en muchas ocasiones les pagan por componer e interpretar “narcocorridos” enalteciendo a sus líderes, lo que crea una “lealtad” con estos grupos al margen de la ley.

A pesar de estos crímenes, los corridos siguen siendo populares en el país, por lo que, el gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lanzó en abril un concurso binacional de música "por la paz y contra las adicciones", que busca contrarrestar su auge entre jóvenes de México y Estados Unidos.

La hermana de uno de los músicos, que no se identificó por seguridad, dijo a la prensa que había recibido llamadas extorsivas tras su desaparición. También denunció el robo de dos vehículos de la agrupación.

Los familiares, junto a colegas de otros grupos musicales, realizaron el miércoles una protesta frente a la alcaldía de Reynosa y luego bloquearon el puente internacional que comunica la localidad con la ciudad estadounidense de Pharr, en Texas.

Por años, músicos mexicanos del género regional han sido blanco de amenazas y agresiones de grupos del crimen organizado, que les pagan por componer e interpretar canciones que exalten a sus líderes, conocidas como "narcocorridos".

En enero de este año, medios reportaron que una avioneta arrojó en Culiacán (noroeste) panfletos con amenazas a una veintena de artistas e influencers por supuestos tratos con Los Chapitos, una de las facciones en guerra por el control del cártel de Sinaloa, fundado por el detenido Joaquín "Chapo" Guzmán.

Entre los amenazados figuraba el cantante de corridos tumbados Peso Pluma, quien ha admitido haber escrito canciones por encargo de narcotraficantes. La violencia en Sinaloa deja unos 1.200 muertos desde septiembre pasado.

Varias regiones de México han prohibido la difusión de narcocorridos, lo que recientemente desató disturbios durante un concierto en el estado de México, luego de que un cantante se negara a interpretar algunos de sus más populares sencillos.