Piastri y Norris no son Alonso y Hamilton, pero la sombra de 2007 se cierne sobre McLaren

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Piastri y Norris no son Alonso y Hamilton, pero la sombra de 2007 se cierne sobre McLaren

Piastri y Norris no son Alonso y Hamilton, pero la sombra de 2007 se cierne sobre McLaren

Al terminar el Gran Premio de Canadá de 2007 (sexta prueba del campeonato), Lewis Hamilton lideraba la clasificación con 48 puntos, 8 más que Fernando Alonso. Felipe Massa tenía 33, y Kimi Raikkonen, 27, ambos con Ferrari. (El sistema de puntuación era diferente al actual). Tras la reciente cita canadiense, Oscar Piastri cuenta con 198, Lando Norris 176, Max Verstappen 155, y George Russell 136.

Comparativamente, las diferencias eran muy similares a las de la actualidad. McLaren y sus pilotos perdieron el título de Pilotos y Constructores (este, por sanción) al terminar aquella famosa temporada. Como en 2007, McLaren domina con su monoplaza el campeonato. Entonces, la rivalidad y la gestión interna arruinaron aquella temporada.

Por primera vez desde entonces el equipo británico disfruta de una posición privilegiada, aunque aún quedan catorce carreras por delante. El desenlace del Gran Premio de Canadá ha dado un trompetazo en los oídos a sus responsables. ¿Debía Andrea Stella haber cogido por las riendas a sus pilotos? ¿Acertó al permitirles luchar en una pista de gran dificultad para adelantar? El eterno dilema de las carreras se plantea de nuevo en una temporada donde McLaren tiene todo por perder.

"Llegará el momento"

Lando Norris se sintió abrumado y aliviado a partes iguales. Por un lado, le honró su reacción inmediata, disculpándose ante Piastri, Stella y todo el equipo y asumiendo inmediatamente la responsabilidad. Sin embargo, también debió sentir un escalofrío ante la imagen de los dos monoplazas papaya estrellados en una recta. Hubiera supuesto una desastrosa imagen para el equipo y un serio golpe de credibilidad en la capacidad de gestión de sus responsables.

"Sé que todos están esperando el momento, y creo que llegará cuando compitan muy duro y alguien se equivoque, pero no me preocupa el resultado. Como lo hemos hablado, sabemos que es más una cuestión de cuándo ocurrirá que de si ocurrirá", admitía Zak Brown hace un par de meses. "Los pilotos pueden competir muy duro y limpio, y de vez en cuando, alguien se equivoca. Si tienes dos coches, uno al lado del otro, 24 veces al año, va a pasar". Ha pasado, y por muy poco, casi con los dos coches.

Brown quizás hablaba desde la tranquilidad del dominio en pista del MCL39. Pero el Gilles Villeneuve confirmó que el monoplaza británico tiene días, circuitos y condiciones. No siempre se va a ganar. Como también sus pilotos, con un Norris desacertado tanto sábado y domingo, además de errático nuevamente en el cuerpo a cuerpo. ¿Hubiera pensado igual el responsable de McLaren con sus dos monoplazas despanzurrados en la recta del Gilles Villeneuve?

Los escenarios más temidos

El eterno y endiablado debate: la pugna entre mantener el espíritu deportivo y la libertad de acción en pista... o la defensa de los férreos intereses del equipo. “Ser libres para competir es un valor que queremos intentar ejercer y respetar al máximo, en lugar de tener que controlar desde el muro de boxes cada vez que haya proximidad entre los dos coches", explicaba Stella al terminar la carrera.

Un discurso honesto, justo y deportivo, no exento de riesgos, como tantas veces ha demostrado la experiencia. "Queremos darles a Lando y a Oscar oportunidades de competir y de estar al final de la temporada en la posición que merecen, basándose en sus méritos y rendimiento, en lugar de darnos cuenta de que los puntos han sido controlados más por el equipo que por la calidad de sus pilotos". ¿Cómo en 2007?

placeholder Una situación complicada. (AFP7)
Una situación complicada. (AFP7)

Un responsable de equipo afronta dos escenarios de complejos: impedir que sus pilotos luchen entre sí en la pista (como Ferrari en los compases finales de las últimas 24 Horas de Le Mans), o decidir la posición de uno en detrimento de otro. Una fuente segura de conflictos internos e impopular con los aficionados. "Esto no es necesariamente un ejercicio sencillo y directo, pero queremos intentar hacerlo lo mejor posible, así que no preveo que el episodio de hoy cambie nuestro enfoque. De hecho, reforzará la idea de que nuestros principios exigen mayor precaución por parte de nuestros pilotos", explicaba el domingo Stella.

Extraordinario líder, elegante y equilibrado, Andrea Stella podría enfrentarse a escenarios muy diferentes en los próximos meses. No era igual ir a la caza de Verstappen en 2024 que tener a los dos pilotos propios por delante, ambos con opciones al título. Porque según avance la temporada, maniobras como la de Montreal entre los pilotos de McLaren aún adquirirán mayor importancia y, por tanto, riesgo.

La pugna más cercana en el tiempo entre compañeros de un mismo equipo dominador fue en 2016, con Lewis Hamilton y Nico Rosberg. Entonces, en el Gran Premio de España no hubo la suerte de Montreal. Los dos pilotos acabaron fuera de la pista cuando se disputaban la primera posición, ante el monumental enfado de Toto Wolff, que cortó por lo sano al día siguiente en una reunión en la sede del equipo, en la que amenazó con sanciones económicas a sus pilotos e incluso bajarles del monoplaza si se repetía un incidente semejante. No fue el caso.

Foto: En Montreal, Fernando Alonso siempre pone un punto de su parte. (Alberto Vimercati/DPPI/AFP7)

Hamilton y Alonso no son Norris ni Piastri. Ni Brown y Stella los Ron Dennis del presente. Hasta el momento, el equipo británico intenta evitar la percepción de una escuadra rígida, injusta con sus pilotos e impopular hacia los aficionados. Pero de mantenerse el dominio de McLaren, llegará el momento de las decisiones drásticas para la lucha en pista, o priorizar a un piloto sobre otro. Porque Max Verstappen amenaza con su aliento.

La experiencia de Montreal despierta a equipo y pilotos ante los peligros de mantener tan bienintencionada política. Verstappen y Russell no van a tener oposición interna alguna si Horner y Wolff necesitan subordinar más adelante a Tsunoda y Antonelli. Como apuntaba Brown, el duelo entre Norris y Piastri será inevitable en el seno de McLaren. Quizás, en el fondo, Brown y Stella celebren íntimamente el incidente de Canadá para apretar las tuercas a sus pilotos. 2007 es una lección demasiado dolorosa en la historia de McLaren.

El Confidencial

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