Bilateral con EU y aeropuertos

A estas alturas del segundo gobierno de Trump, queda muy claro que sus métodos de presión y el éxito de sus negociaciones son directamente proporcionales al nivel de dependencia que tenga el contrincante. Por eso logró una negociación con la Unión Europea que incluye aranceles del15%, inversiones multimillonarias y compras de productos, energía y equipos militares de Europa a Estados Unidos.
Por ello, también, ya se prepara la reunión con Xi Jinping, de China, donde se avizora un acuerdo muy favorable para el país asiático que ya ha mostrado su músculo. Aún no sabemos qué será del T-MEC, cuya negociación se había adelantado para este año pero, al final, quedó para el 2026 con la advertencia de que será un nuevo tratado y condiciones bastante más duras que las que hoy se tienen con el tratado que se negoció con su primera administración.
En el camino, sin embargo, tendremos que ver qué va a ocurrir con el Convenio Bilateral de Aviación que, ya lo habíamos comentado, fue incumplido por México cuando se dieron con los decretos para mudar a las aerolíneas exclusivas de carga del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al Felipe Ángeles (AIFA) y luego al limitar hasta un 30% los slots en el aeropuerto capitalino.
En las diversas comunicaciones que se cruzaron los gobiernos de Estados Unidos y México se nota una completa divergencia en las interpretaciones de las cláusulas del Bilateral, pero no se percibe un acercamiento de posiciones o una preocupación por clarificar lo que cada parte quiere de la otra. Hay molestia de parte de EU por la limitación de slots en el AICM y la hipotética ampliación de los espacios terrestres que no quedó clara.
Entre los reclamos del DOT está que las inversiones prometidas en el AICM para ampliar las áreas terminales no se han concretado y los slots que le quitaron “provisionalmente” a algunas aerolíneas de Estados Unidos no se han devuelto, mientras que las reglas de operación de slots basadas en IATA aún no se han publicado, aunque se dice que sí se adoptarán.
Diversos actores de la industria señalan que si bien la limitación de slots ha sido complicada para todos los operadores porque han tenido que elegir qué destinos servir y cuáles dejar en segundo término, de alguna manera ha propiciado que crezcan otros aeropuertos como hubs, como es el caso de Cancún, Guadalajara, Tijuana y en menor medida Monterrey.
Por otro lado, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes ha anunciado por todo lo alto inversiones en infraestructura aeroportuaria de todo el país por 33,000 millones de pesos y creación de 200,000 empleos. Las inversiones correrán sobre todo a cargo de los grupos privados, pero no se ha explicitado cómo y dónde, lo que lo haría más tangible.
De cualquier manera, sigue faltando un plan de ruta concreto. Se habla de aviación regional, pero no hay un plan que lo impulse y si dentro de todo este embrollo se lograra que el gobierno mexicano opte por una política de Estado que le dé viabilidad al sector estaríamos frente a la mejor alternativa para salir del embrollo, pero pasan los días y no hay nada concreto. Ya va siendo hora de tomar ruta.
Eleconomista