¿Colombia dejó de ser atractiva para energías renovables? Lo que piden para evitar que más empresas salgan del país

Pese a que en La Guajira el viento sopla al doble de la velocidad mundial y la radiación solar supera en un 66 por ciento el promedio global, desarrollar proyectos de energías renovables no convencionales en este departamento se volvió un dolor de cabeza para muchas empresas.

En los últimos seis meses, empresas europeas como EDP Renewables y Statkraft anunciaron que se iban de Colombia, mientras que Celsia y Enel Green Power renunciaron a los parques eólicos que estaban desarrollando en La Guajira.

“Cada anuncio público de un proyecto que se abandona o de una empresa que se va del país desmotiva mucho a los inversionistas que quedan y les cuesta más trabajo convencer a sus casas matrices de quedarse y seguir creyendo en Colombia”, reconoció la presidenta de Ser Colombia, Alexandra Hernández.

En Colombia solo hay dos parques eólicos pequeños que suman 32 megavatios en total, porque aún no se ha logrado construir ningún megaproyecto, que son aquellos que superan los 100 megavatios.

Los parques solares han corrido con mejor suerte y actualmente se tienen 1.298 megavatios conectados a la red nacional. “En este momento, y aduras penas, se está pudiendo hacer parques solares en Colombia. Es una pena”, comentó Rafael Jiménez, director ejecutivo de la española Ecoener para Latam.

Para evitar que más empresas se vayan de Colombia y que los grandes parques eólicos puedan despegar, los empresarios urgen al Gobierno Nacional a tomar medidas que ayuden a superar las dificultades que están enfrentando para sacar adelante sus proyectos.

Por ejemplo, el gerente general de AES Colombia, Federico Echavarría, aseguró que el apoyo del Gobierno Nacional y la institucionalidad es fundamental porque “La Guajira tiene grandes retos” para poder desarrollar parques eólicos.

Esta empresa tiene seis megaproyectos eólicos en La Guajira y en abril anunció una alianza con Ecopetrol para poder construirlos. “Uno de los mensajes más importantes es que solos no íbamos a ser capaces de desarrollar La Guajira”, afirmó.

De acuerdo con Federico Echavarría, la clave para sacar adelante estas iniciativas está en desarrollar una asociación público-privada, porque será muy difícil lograrlo si las empresas actúan solas.

Entre tanto, Rafael Jiménez considera que en Colombia hay riesgos y retos “de todos los colores y sinsabores”. Entre ellos, desataca las dificultades con el licenciamiento ambiental y los desafíos constructivos, financieros, de seguridad y exploración comercial.

El director general de Ventus Colombia, Víctor Manuel Tamayo, también coincide en que uno de los grandes problemas que tienen en el país es la demora en la expedición de licencias ambientales.

A esto se suma la falta de coordinación interinstitucional que genera retrasos importantes en los proyectos, además de los procesos de consulta previa porque “se han vuelto muy difíciles y complicados”.

“Tiene que haber un acompañamiento más activo del Gobierno Nacional. Los empresarios estamos dispuestos a trabajar en las consultas previas, pero de una manera organizada y coherente”, aseguró.

Para Víctor Manuel Tamayo, es necesario que el Ministerio de Interior haga un mejor mapeo de las comunidades que están en las zonas de influencia de los proyectos y se les explique en qué consisten las consultas previas para que no las “vuelvan un negocio”.

“El tema social y de consultas previas nos está llevando al fracaso. La mayoría de las empresas se fueron de La Guajira porque se aburrieron de las comunidades, les hacían unas peticiones insólitas que ellos no podían cumplir”, señaló el senador José David Name.

Adicionalmente, afirmó que “la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y el Ministerio de Ambiente se han convertido en los enemigos número uno del desarrollo de las energías renovables en este país”.

Otro tema que se debe mejorar, según el director general de Ventus Colombia, es la conexión de los proyectos de generación al Sistema de Interconexión Nacional (SIN), pues “hay una situación muy difícil en este momento para inyectar nueva energía”.

Por eso, propone un cambio en el proceso que tiene la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) para aprobar los puntos de conexión. Hoy en día las empresas deben hacer la solicitud y esperar que la entidad se las apruebe.

“La Upme debería informarnos dónde hay disponibilidad de puntos de conexión para energías renovables y a través de una convocatoria entregárselos a los proyectos más favorables para Colombia”, explicó.

Aunque las empresas enfrentan múltiples dificultades y se deben mejorar varios aspectos, Víctor Manuel Tamayo aseguró que Colombia sigue siendo atractiva para las energías renovables no convencionales debido a que tiene “un potencial muy interesante”.

“Lo que necesitamos como empresarios son unas reglas de juego claras que sí existen. La regulación ha avanzado muchísimo y nos ha dado condiciones muy favorables. Hay simplemente unos temas institucionales que se tienen que mejorar”, destacó.