Controladores de pisos turísticos ilegales

La compra de una vivienda es una de las decisiones más ilusionantes y económicamente relevantes en la vida de una persona. Sin embargo, las cosas no siempre salen bien. “En el 2014, fui a comprar un piso con mi mujer. Lo visitamos, nos gustó y negociamos el precio de compra con el propietario. No obstante, en el momento de materializar la operación, el vendedor nos dijo que un grupo inversor acababa de comprar todo el inmueble para dedicarlo a pisos turísticos”, explica Francesc Serrano.

A partir de esta experiencia, Serrano decidió centrar el negocio de su startup Talk & Code en el control de este tipo de viviendas. “Construí un sistema de monitorización que cruza datos de todo tipo con el fin de detectar si estos alojamientos cumplen con la legalidad y poseen las licencias necesarias. Hablé con el Ayuntamiento de Barcelona para preguntarles cómo regulaban los alquileres turísticos y cuando me dijeron que no contaban con ninguna herramienta, les presenté la mía”, señala el emprendedor. Serrano convenció al ayuntamiento de la capital del Barcelonès, al que siguieron la Diputació de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, en un momento en el que este tipo de negocios empezaban aún a florecer.

“Cogemos la información de las plataformas de nuestros clientes y la contrastamos con los registros oficiales y la legislación vigente para garantizar que todos los alojamientos cumplen con la legalidad y que poseen las licencias necesarias”, explica el fundador. Sin embargo, la clave del éxito de la herramienta de Talk & Code son “las muchas horas que nos hemos pasado al lado de los inspectores, creando y adaptando la herramienta según sus necesidades”, indica

Serrano.

Talk & Code controla medio millón de viviendas, sobre todo de España, pero también de otros países como Andorra, Italia, el Reino Unido, Irlanda y Francia, donde están en pleno proceso de expansión. También están en conversaciones para entrar en aquellas comunidades autónomas en las que aún no están presentes.

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La pandemia de la covid supuso un importante parón para la actividad de esta empresa con sede en Barcelona, pero ahora está creciendo rápidamente y con menos mano de obra gracias a la automatización de procesos. El emprendedor prevé multiplicar por entre dos y tres la facturación este año, hasta alcanzar el millón de euros, e incrementar la plantilla de los actuales cuatro empleados a siete. “Tenemos aún mucho recorrido por delante, por eso cuando nos vinieron a comprar unos canadienses, dijimos que no”, explica el fundador.