Marcas de ropa aplican rebajas de hasta 40% tras la baja de aranceles y el avance de las importaciones

En medio de un escenario marcado por el desplome del consumo interno y la creciente apertura comercial, tres marcas de indumentaria de peso en el país —Equus, Etiqueta Negra y Gola— anunciaron fuertes reducciones en sus precios. El recorte llega hasta un 40% en algunos productos y responde a la flexibilización del régimen de importaciones, combinada con la necesidad de incentivar la demanda en un mercado deprimido.
El movimiento ocurre tras la decisión del Gobierno nacional de reducir los aranceles a la importación de textiles, hilados y calzado. En paralelo, las ventas locales se resienten y el consumidor migra hacia productos de origen extranjero, cada vez más accesibles gracias al nuevo esquema normativo.
A esto vinimos. A devolverle los recursos al sector privado, ahorrando desde el Estado para bajar impuestos. Es decir, exactamente lo opuesto al Kirchnerismo, que duplicó el gasto del Estado, cobrándole más y más impuestos al sector privado, sometiéndolo a un ajuste brutal.… https://t.co/2GIqVyqkx6
— totocaputo (@LuisCaputoAR) May 7, 2025
Equus fue una de las primeras en comunicar oficialmente la medida: aplicará descuentos de hasta el 40% en múltiples categorías de prendas, con valores que retrotraen los precios a los niveles del año pasado. Sweaters y pantalones desde $49.900, camisas a $59.900, jeans por $64.900 y camperas a partir de $84.900. Los abrigos, por su parte, arrancan en $159.900.
«Estamos convencidos de que como argentinos debemos acompañar a nuestros consumidores en este momento clave de recuperación económica», afirmaron Pedro y Martín Wolfsohn, CEOs de Equus. La marca cuenta con 69 locales exclusivos, más de 70 puntos de venta mayoristas y canal online, lo que le otorga una fuerte presencia nacional.
A esta política se sumó Federico Álvarez Castillo, dueño de Etiqueta Negra y Gola, quien confirmó: «Bajamos nuestros precios en función de la reducción de aranceles a la importación». Según explicó, la empresa ajustó su estructura de costos a las nuevas condiciones del mercado, y eso se trasladó al valor final al consumidor.
De esta manera, prendas como remeras que costaban $79.000 ahora se ofrecen a $76.000, aunque el promedio de reducción ronda el 10%. La firma opera con un esquema mixto: parte de su producción es nacional, pero también importa insumos y productos terminados.
Las cifras acompañan el fenómeno. De acuerdo a la Fundación Pro Tejer, las importaciones de textiles e indumentaria marcaron un máximo histórico en el primer trimestre del año. En volumen, crecieron 86% y 109% interanual, respectivamente. A la vez, las compras por courier —muchas de ellas de particulares— se dispararon al punto de generar cuellos de botella logísticos en los aeropuertos del país.
Hoy, siete de cada diez prendas consumidas en Argentina son de origen importado. En el canal de shoppings, esa proporción trepa al 75%. La producción nacional apenas representa el 33% del mercado, en un retroceso que preocupa a los actores del sector.
Desde Pro Tejer alertan sobre un proceso de “debilitamiento estructural” del entramado productivo nacional. Advierten que esta tendencia puede derivar en el cierre de fábricas, pérdida de empleo y destrucción de eslabones clave en la cadena textil.
La fundación también salió al cruce de los cuestionamientos por los elevados precios de las prendas nacionales. Según indicaron, el 80% del precio que paga un consumidor por una remera de marca en un shopping responde a costos ajenos a la producción, como alquiler, marketing y estructura comercial.
El Gobierno apuesta a que la baja de precios estimule el consumo sin disparar la inflación. Pero el costo de esa estrategia podría ser alto para la industria nacional, que denuncia condiciones desiguales frente a competidores extranjeros.
Mientras tanto, las marcas se adaptan. Algunas bajan precios, otras intentan reconvertirse, y todas navegan un nuevo escenario donde las reglas del juego cambiaron.
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