Materias primas: volatilidad y tendencias encontradas

Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los mercados de materias primas, al igual que otros mercados financieros, han presentado una inusualmente alta volatilidad en el último mes, principalmente por los anuncios de política comercial de la nueva Administración de los Estados Unidos liderada por Donald Trump. Con ello, por ejemplo, el precio del petróleo materializó caídas cercanas al 15% en pocos días, desde niveles en torno a los 75 dólares el barril Brent a los 65 (con amplia fluctuación). Pero, por el contrario, el oro en el último mes presentó una valorización cercana al 8% y algunos productos agrícolas reportaron avances similares (el precio del café se revalorizó un 8% y los futuros sobre el maíz se apuntaron una subida del 6%).
Este comportamiento se relaciona estrechamente con las potenciales disrupciones al comercio global con repercusiones económicas en la mayoría de países del mundo, lo que en principio significa un menor nivel de comercio, producción y, por ende, demanda de materias primas. Sin embargo, también existe detrás algún factor de relocalización de aquellas plantas agrícolas que pueden causar presiones alcistas en precios, así como mayor demanda por otras que actúan como refugio. Este escenario de volatilidad llevará a una revisión generalizada de las proyecciones no sólo de actividad, sino también de precios para las materias primas, aunque con diferencias dependiendo de su naturaleza.
Entre las que mayor efecto han materializado se encuentran las energéticas, con petróleo y gas a la cabeza. En el primer caso, al nuevo escenario más complejo en actividad se suma la decisión de la OPEP+ de acelerar la normalización de su producción, los avances hacia posibles negociaciones entre Rusia y Ucrania, y el acercamiento reciente, aunque todavía incipiente, entre Estados Unidos e Irán. Todas presuponen una posible mayor oferta de petróleo.
En un frente más estructural, hay fuertes tendencias encontradas que dificultan la formulación de un escenario para las materias primas en el largo plazo. Por una parte, se espera una mayor demanda de estas para atender las necesidades de las nuevas tecnologías, incluidos los requerimientos para alimentar los desarrollos de la inteligencia artificial. Pero por otra, se encuentra la política de expansión sin restricción alguna de la producción de materias primas en Estados Unidos y su alejamiento de los objetivos de contención del avance del cambio climático. Al final, en el corto plazo, estamos abocados a un escenario de bajo precio con fines productivos o industriales, pero si ampliamos el análisis de las commodities a un plazo mayor, no parece que estemos remando coordinadamente hacia una solución estructural a las necesidades de la transición energética, con lo que es probable que se mantengan precios relativamente altos para materias primas como gas, petróleo y metales.
Alejandro Reyes González, BBVA Research.
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