David Callejo, anestesista y experto en salud: "Las pesadillas frecuentes pueden ser una señal de alerta de cuadros como la ansiedad o la depresión"
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Los sueños son fenómenos universales que han intrigado a la humanidad durante siglos. Para algunos, son simples imágenes sin sentido; para otros, como el psicoanalista Sigmund Freud, una vía directa al inconsciente. En su obra La interpretación de los sueños, publicada en 1900, Freud sostenía que los sueños son manifestaciones disfrazadas de deseos y conflictos reprimidos. Hoy en día, la ciencia ha avanzado en la comprensión de estos episodios oníricos, y muchos expertos coinciden en que las pesadillas frecuentes pueden estar ligados a problemas de salud.
Uno de esos expertos es David Callejo Crespo, médico anestesista y divulgador en salud, quien advierte que las pesadillas recurrentes no deben pasarse por alto. “¿Te despiertas sudando y con el corazón a mil porque has estado soñando?”, plantea Callejo, antes de explicar que este tipo de episodios pueden revelar más de lo que parece a simple vista.
Pesadillas recurrentes: un posible aviso del cuerpo“Las pesadillas frecuentes no son solo cosa de niños. Pueden ser una señal de alerta de cuadros como la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático”, ha asegurado el especialista. Este tipo de sueños intensos, que provocan angustia, miedo o sensación de amenaza, pueden estar relacionados con desequilibrios emocionales que merecen atención clínica. Pero el vínculo no se limita solo a la salud mental: Callejo también cita un estudio con veteranos de Estados Unidos, en el que se observó una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares entre quienes sufrían pesadillas de forma habitual.
Aunque muchas personas creen que lo que se cena puede influir en los sueños, el anestesista aclara que no existen evidencias sólidas que lo confirmen. “Parece ser que esto es un mito porque no hay ningún estudio que lo pruebe”, señala, aunque reconoce que la bibliografía científica al respecto es escasa. Eso sí, advierte de que algunos fármacos y sustancias de abuso sí pueden aumentar la frecuencia de las pesadillas.
Callejo destaca que existen estrategias eficaces para reducir su aparición y ayudar a quienes las sufren a convivir mejor con ellas. “Hay terapias que consisten en escribir las pesadillas para después hacer técnicas de relajación o incluso se enseña al paciente a cambiar el final de las pesadillas para que sean más agradables”, explica. Estas estrategias psicológicas, como la reescritura guiada o el control onírico, pueden aliviar significativamente el malestar asociado. Además de los enfoques conductuales, también existe el tratamiento farmacológico. “Tenemos tratamiento con fármacos como la prazosina”, indica Callejo.
El Confidencial