Tu corazón lo nota: por qué deberías caminar más rápido desde hoy
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Cuando se trata de una actividad física simple y accesible, caminar se mantiene como una de las opciones más recomendadas por los expertos en salud. Ahora, una nueva investigación publicada en Heart liderada por la Universidad de Glasgow en el Reino Unido añade un argumento más a favor de esta práctica cotidiana: caminar a paso ligero podría reducir significativamente el riesgo de sufrir arritmias cardíacas.
El estudio analizó datos del UK Biobank, una base de datos biomédica masiva, que incluyó a 420.925 adultos de mediana edad. En un grupo de más de 81.000 participantes se pudo medir con precisión la velocidad al caminar. Los resultados fueron contundentes: quienes caminaban a un ritmo medio o rápido tenían hasta un 43% menos de riesgo de desarrollar trastornos del ritmo cardíaco, en comparación con quienes caminaban lento.
La velocidad importa. En cifras, los caminantes de velocidad media (entre 4,8 y 6,4 km/h) mostraron un 35% menos de riesgo de desarrollar arritmias, mientras que los que caminaban a más de 6,4 km/h alcanzaron una reducción del 43% en el riesgo.
Las arritmias registradas incluían condiciones como fibrilación auricular (latidos irregulares), taquicardia (latido acelerado) y bradicardia (latido lento).
Según Jill Pell, especialista en salud pública de la Universidad de Glasgow, esta es la primera vez que se explora el vínculo entre el ritmo al caminar y las arritmias, y se señala que factores metabólicos e inflamatorios podrían estar involucrados. “Caminar más rápido disminuyó el riesgo de obesidad e inflamación, lo que a su vez redujo el riesgo de arritmia”, explicó la investigadora.
Los datos también revelaron que un mayor tiempo caminando a paso moderado o rápido se relacionó con una reducción del 27% en el riesgo total de desarrollar estas condiciones. Parte de esta protección, según los científicos, se debe a cómo el caminar afecta la presión arterial, el índice de masa corporal y la inflamación sistémica.
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Este efecto protector fue aún más evidente en ciertos grupos: mujeres, personas menores de 60 años, individuos con hipertensión, sin obesidad y con múltiples afecciones previas.
Aunque se trata de un estudio observacional —y por tanto no puede establecer una relación causal directa—, la evidencia acumulada sigue reforzando la idea de que caminar a buen ritmo es un hábito de alto impacto para la salud cardiovascular.
La conclusión parece clara: caminar más rápido podría ser una medicina preventiva al alcance de todos. Así que la próxima vez que salgas a caminar, vale la pena preguntarte: ¿puedo ir un poco más rápido?
El Confidencial