Este pueblo de Granada 'inunda' este junio sus calles con pistolas de agua y cubos

Si hay algún pueblo andaluz cuyo nombre esté ligado al agua, ese es sin duda Lanjarón. El municipio granadino, de algo menos de cuatro mil habitantes y puerta de entrada a la Alpujarra, no sólo tiene un conocido balneario al que acude gente de toda España; por si eso fuera poco, hay una marca de agua mineral que lleva su nombre, y una fábrica en las afueras donde se embotella.
Esta vinculación es muy probablemente el motivo de que, desde el año 1980, se celebre allí la Fiesta del Agua, también conocida como Carrera del Agua. Coincide con las fiestas locales en honor a San Juan y tiene lugar cada 23 de junio. La fiesta ya ha sido declarada de Interés Turístico de Andalucía.
Dicen que todo arrancó con la costumbre de lavarse la cara en la noche de San Juan, la más corta del año. En la costa suele hacerse con agua de mar y en Lanjarón, al no ser eso posible, utilizaban las fuentes. Como otras muchas cosas, lo que empezó siendo algo a pequeña escala desembocó en una fiesta con todos sus elementos. El agua sigue siendo protagonista, por supuesto, pero ahora lo es a lo grande.
Los participantes –en torno a cinco mil en los últimos años- acuden armados con cualquier recipiente que sirva para almacenarla: valen globos, cubos, pistolas… disfrutan de ese ambiente de diversión los niños, los jóvenes y los mayores, y hace ya años que se adoptó la buena costumbre de recoger el agua que se arroja en la parte inferior del pueblo, a modo de presa, para que no se pierda y sirva para regar. Que este año ha llovido y todavía está llegando agua del deshielo de Sierra Nevada, pero tampoco es cuestión de desperdiciar algo tan preciado.

La fiesta comienza por la mañana con actividades dirigidas sobre todo a los más pequeños, aunque en rigor hay que decir que por entonces la protagonista no es el agua sino otro producto típico de la zona, el jamón de la Alpujarra, que llega de los numerosos secaderos ubicados en lugares cercanos como Pitres o Trevélez.
Allí se regala un jamón, pero hay que trabajárselo. Se coloca en lo alto de un palo metálico al que untan de grasa para que sea resbaladizo. La primera persona que consiga llegar hasta arriba del todo, descolgarlo y regresar al suelo de una pieza, se lo lleva. El récord está en 40 segundos, pero también hay que decir que muchos fracasan en el intento, no es nada sencillo.
Cuando se acerca la noche, comienza la batalla. Se refieren a ella como carrera de agua, pero en realidad no es ninguna competición. Si se llama así es porque la gente corre para lanzársela a otros o para impedir terminar empapado, que es algo que de todas formas termina ocurriendo. Para este lunes 23 se espera que por la noche los termómetros no bajen de los 27 grados, así que el riesgo de resfriarse es mínimo.
No sólo hay agua: también baile, música –sobre todo a cargo de disc jockeys- y por supuesto fuegos artificiales, que para eso es la noche de San Juan. Dura lo que el cuerpo aguante, aunque los más amantes de la tradición reservan fuerzas para acudir a la mañana siguiente a la romería en honor de San Juan Bautista, patrón de Lanjarón.
ABC.es