Cine: Marine Vacth, una mujer decidida y luchadora en "Badh"

La actriz deja que sus puños hablen en la película de acción Badh, donde interpreta a una luchadora vengativa.
En Badh, interpretas a una mujer de acción. ¿Es esta una oportunidad para jugar con el cuerpo de forma diferente?
El cuerpo es el instrumento de todo actor. Era la primera vez que entrenaba tanto. Volví a hacer ejercicio cinco meses antes del rodaje, trabajando durante la fase final con Ale, el coordinador de especialistas, y su equipo. Aprendí a manejar armas, movimientos tácticos, a dar y recibir golpes, y a caer, todo mientras simulaba. Hay que saber dónde dar cada golpe según la cámara. Es un proceso de aprendizaje.
¿Era agotador este entrenamiento físico? ¿Era la fantasía de una actriz protagonizar una película de acción?
Sí, fue agotador. Comí más para no estar demasiado seco, para estar en forma. Hacía tiempo que quería probar una película de acción. Lo que me gustó fue la intensidad física, el movimiento, pero también la interioridad del personaje, sus defectos, sus dificultades. Estos aspectos fueron fascinantes.
¿Te interesan las transformaciones físicas? ¿Estarías dispuesto a llegar tan lejos como un actor como Tahar Rahim, quien perdió 22 kilos para Alpha, de Julia Ducournau, bajo el cuidado de cardiólogos?
No fue para demostrar nada, sino porque quería colaborar con Guillaume de Fontenay. Su primera película, Sympathy for the Devil, me impresionó por su dirección y actuación. Aunque no escribió este proyecto, su presencia prometía un resultado interesante en este sentido.
El realismo crudo y visceral de las escenas de acción es impactante. ¿Cómo lo conseguiste?
Guillaume se inspiró en Jason Bourne de Paul Greengrass, con su energía nerviosa y áspera, cercana a los actores, palpable. A diferencia de John Wick, donde las peleas son más estilizadas, aquí los golpes son realistas, creíbles, no necesariamente bonitos, un poco sucios. Dado mi físico, la coreografía tenía que ser rápida, efectiva, letal, sin movimientos superfluos como patadas giratorias.
Parece que últimamente el cine se ha inclinado más a retratar a las mujeres en acción. ¿Te atrae especialmente?
De hecho, hay más películas de acción con mujeres, y eso es bueno. Lo que me gustó es que el personaje no está erotizado. Nos centramos en su interioridad, sus defectos, sin recurrir a clichés como una escena de ducha. Esto le da al personaje mayor profundidad y credibilidad, aunque los papeles más sensuales puedan ser interesantes.
¿Tenías miedo de erotizarte demasiado, sobre todo después de tus primeros papeles, entre ellos Jeune et Jolie, de François Ozon?
No es miedo, porque elegí estas películas. Pero Guillaume vio en mí un nuevo potencial para un papel como este, que nunca había explorado.
¿Cultivas el misterio en tu juego, con esa mirada intimidante y esquiva?
No es intencional. Los personajes que interpreto suelen tener ese aspecto elusivo, inquieto, quizá intimidante. Pero no es calculado; puede que sea simplemente mi rostro o la naturaleza de los papeles.
¿Sabías de la célula Alfa de la DGSE antes de la película?
No. Leí fragmentos del libro de Vincent Crouzet, uno de los asesores de la película. Esta célula clandestina entrena a agentes en asesinatos selectivos, operaciones no reconocidas por el Estado. Es sorprendente.
Var-Matin