El Hamburgo SV, antigua gloria del fútbol alemán, regresa a los terrenos de juego de la Bundesliga

Cincuenta y cuatro años, 261 días, 36 minutos y 2 segundos. El 12 de mayo de 2018, el reloj del Volksparkstadion, estadio del Hamburg SV, dejó de contar. Ese día, el club disputaba la última jornada de la primera división alemana de fútbol en casa contra el Borussia Mönchenglabach. La tensión era máxima. Durante el tiempo añadido, aficionados descontentos lanzaron bombas de humo al campo. El partido se suspendió durante unos quince minutos. Entonces, el árbitro pitó el final del encuentro.
El equipo local gana (2-1), pero es demasiado poco y demasiado tarde. "Der Dino", el dinosaurio, es penúltimo en la clasificación. Tras algunos sustos en temporadas anteriores, esta vez, su desaparición de la élite está sentenciada. Un terremoto para el único equipo que ha jugado ininterrumpidamente en la Bundesliga desde su creación en 1963: 54 años, 261 días, 36 minutos y 2 segundos, en otras palabras.
Algunos pensaron entonces que este descenso solo duraría un año, dos como máximo, para la antigua gloria con seis títulos de liga alemana —tres de ellos antes de la creación de la liga— y ganador de la Copa de Europa de Clubes Campeones (precursora de la Liga de Campeones) en 1983. Siete años le tomó al Hamburg SV volver a pisar los campos de primera división. Y es precisamente con una visita a Mönchenglabach que hará su gran regreso a la Bundesliga, el domingo 24 de agosto.
La cruel desilusión del 28 de mayo de 2023Mientras tanto, el reloj ha sido retirado del Volksparkstadion y trasladado al Museo Alemán del Fútbol en Dortmund, en la región del Ruhr. Una reliquia de la gloria de un equipo cuya historia reciente se ha visto empañada, como lo demuestran los siete entrenadores —más tres interinatos— que se han sucedido al mando desde el descenso. También estaban las esperanzas de ascenso, frustradas en el último minuto, la más cruel de las cuales seguirá siendo la de la temporada 2022-2023.
El 28 de mayo de 2023, pocos días después del cuadragésimo aniversario de su victoria en la Champions League contra la Juventus de Turín de Michel Platini, el Hamburgo SV disputó la última jornada de la segunda división en Sandhausen. El club ganó 0-1 y creyó haber asegurado el segundo puesto, sinónimo del ascenso. El locutor del estadio incluso lo anunció. La afición, exultante, inundó el campo, eclipsando así el duelo de larga distancia con el Heidenheim, que tenía un punto de ventaja en la clasificación antes del inicio del partido. Tras ir perdiendo durante un largo rato en el campo en Ratisbona, finalmente ganaron en el tiempo añadido. El HSV retrocedió hasta los puestos de play-off y no logró consolidar su regreso a la máxima categoría.
La salvación llegó dos temporadas después, al final de una temporada en la que el equipo de Hamburgo por fin encontró la consistencia que le faltaba: no perdió dos partidos consecutivos e incluso pudo presumir de una racha de 16 partidos invicto. Además, terminó con el mejor ataque: 78 goles marcados, muy por delante de sus rivales.
Un derbi esperado contra el Sankt PauliEl Hamburgo debe este éxito en parte a un joven local, Merlin Polzin, de 34 años. Un hombre que pasó los primeros trece años de su carrera como entrenador como segundo entrenador o en las categorías inferiores, pero que triunfó donde la leyenda del club Horst Hrubesch o el especialista en ascensos Dieter Hecking fracasaron. Un hombre convocado como entrenador interino a finales de noviembre de 2024, que finalmente mantuvo el puesto y guió a su equipo al ansiado regreso a la máxima categoría, tras una contundente victoria por 6-1 sobre el Ulm.