Ley Duplomb: ¿Un gran retroceso medioambiental y sanitario?

La protesta contra la Ley Duplomb, aprobada el 8 de julio, se materializó en una petición que reunió dos millones de firmas (hasta el 28 de julio), suficientes para abrir un nuevo debate en la Asamblea Nacional. Los principales puntos de protesta se centran en la reintroducción de dos plaguicidas controvertidos ( acetamiprid y flupyradifurona) y la erosión de las prerrogativas de la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria (ANSES) en la comercialización de plaguicidas.
◗ Este artículo fue publicado originalmente por The Conversation
Ante esta movilización sin precedentes, el portador de la ley, el senador LR Laurent Duplomb , declaró que los cientos de miles de firmas recogidas "no le inspiran mucho" , considerando que su ley está " demonizada y explotada por la izquierda ".
Un debate altamente polarizado sobre los pesticidas
Para los ambientalistas y la izquierda, con el apoyo de una parte de la comunidad científica, los peligros de los pesticidas en cuestión están bien establecidos. Representan múltiples riesgos para la biodiversidad, en particular para las abejas, y plantean serias dudas sobre sus efectos en el desarrollo neurológico de la salud humana, según la Agencia Europea de Alimentos. La reautorización del acetamiprid, prohibido en Francia en 2023, pero aún autorizado en Europa, resulta inaceptable. Equivale a priorizar los intereses económicos en detrimento de la salud humana y ambiental.
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Por otro lado, para los agricultores y sus representantes, en particular los productores de remolacha y avellana, el acetamiprid es la única forma eficaz de combatir el pulgón verde, transmisor de la temida ictericia. En 2020, esto provocó una caída de la producción de remolacha en un tercio, lo que provocó un aumento de las importaciones de azúcar brasileño y alemán tratado con acetamiprid. En definitiva, ¿por qué debería la agricultura francesa, asustada por su actual pérdida de competitividad, pagar el precio de su prohibición?
Proteger la remolacha sin pesticidas es posible
Estas dos posturas divididas parecen ahora irreconciliables. ¿Qué dice la ciencia? En primer lugar, la evidencia es ahora lo suficientemente sólida como para establecer que los peligros de los neonicotinoides para los seres humanos y el medio ambiente son demasiado preocupantes y generalizados como para considerar su control.
La técnica de recubrimiento (es decir, el proceso mediante el cual se utilizan polvos y líquidos para formar una capa alrededor de la semilla) no limita el impacto del pesticida. Además de sus peligros para las abejas, el acetamiprid sigue siendo un riesgo ambiental a largo plazo. El producto es soluble en agua y muy móvil en el suelo, lo que supone enormes riesgos para la biodiversidad, como lo demuestra el informe conjunto de expertos Inrae/Ifremer de 2022.
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Pero ¿es realmente posible dejar a los productores aplastados por la competencia de alimentos importados, repletos de sustancias prohibidas en sus suelos? El reto político consiste, pues, en integrar la "biodiversidad" y la "agricultura" . Sin embargo, el trabajo de expertos del INRAE demuestra que la agricultura puede basarse en la biodiversidad para alcanzar un rendimiento plenamente satisfactorio.
Este enfoque fue elegido en el plan sectorial de la remolacha azucarera 2020-2023 para abordar la prohibición de los neonicotinoides. Posteriormente, el Ministerio de Agricultura estableció un plan con el INRAE y el Instituto Técnico de la Remolacha Azucarera para encontrar sustitutos de los neonicotinoides.
Se propuso otra forma de proteger los cultivos: ya no se trataba de atacar al pulgón que causa el amarillamiento, sino a los focos que lo propician. Los resultados fueron concluyentes: la eliminación de estos reservorios permitió obtener rendimientos equivalentes a los obtenidos con tratamientos químicos. Esta solución resultó imperfecta, ya que los pesticidas podían utilizarse como último recurso (aunque en cantidades mucho menores), pero solo cuando las soluciones sin químicos fallaban. Además, aún no se han encontrado soluciones para todos los cultivos, en particular para el avellano.
La ley de Duplomb, una respuesta simplista y retrógrada
La ley Duplomb, en teoría, se ajusta a estos planes, pero en realidad toma el camino opuesto: mantiene la química como solución prioritaria y solo considera alternativas superficialmente y con la mayor vaguedad. Los decretos de exención para el uso de neonicotinoides se otorgarán, según la ley, sujetos a la búsqueda de un plan alternativo . Pero ¿cómo considerará estas alternativas el nuevo Comité de Apoyo a la Protección de Cultivos previsto en el texto y bajo la supervisión del Ministerio de Agricultura? ¿Con qué medios y en qué plazo, cuando los decretos de autorización se firman simultáneamente a un ritmo acelerado?
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La Ley Duplomb, en última instancia, tiene un poderoso efecto perverso: al optar por la solución más simple, retrasa la búsqueda de alternativas a los pesticidas.
¿A qué se debe este revés? Probablemente en respuesta al movimiento campesino 2024, que expresó su hartazgo con las normas ambientales y que amenaza constantemente con reanudarse. Pero estas demandas ocultan un problema profundo que he tratado de identificar en mi trabajo: la incompatibilidad entre las normas ambientales y los requisitos comerciales, que puede llevar a los productores a infringir la ley al usar pesticidas (por ejemplo, al exceder la dosis por hectárea establecida por la normativa).
Pero la ley Duplomb responde a esta indignación de forma doblemente simplista. Reitera sin cuestionamientos las demandas del movimiento 2024: exigencias de la continuación del uso de pesticidas sin alternativas, flexibilidad en la autorización de productos fitosanitarios y flexibilización de las formalidades que regulan el tamaño de las explotaciones ganaderas y el acceso al agua (megacuencas).
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Por otra parte, la ley no aborda las verdaderas limitaciones administrativas que pesan sobre los productores (declaraciones, trámites de todo tipo). Sobre todo, no aborda la raíz de las distorsiones de la competencia que se producen a nivel supranacional.
Reducir la distorsión debería implicar la armonización de las decisiones de aprobación a nivel europeo, y no solo a nivel nacional. La introducción de «cláusulas espejo» en los acuerdos comerciales internacionales permitiría prohibir la importación de alimentos producidos con sustancias fitosanitarias prohibidas en Europa.
Amenazas a Anses
¿Es la Ley Duplomb simplemente otra ley diseñada para enviar señales simbólicas a los agricultores, o es la herramienta de una política regresiva más profunda en el frente ambiental?
Una disposición de la ley justifica esta preocupación. Se refiere a las prerrogativas de la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria (ANSES) en materia de comercialización de plaguicidas.
Cabe recordar que, antes de 2014, el Ministerio de Agricultura emitía autorizaciones de plaguicidas tras una evaluación científica realizada por la agencia. En aquel entonces, Stéphane Le Foll, entonces ministro de Agricultura, transfirió esta facultad a la ANSES para ofrecer mayores garantías contra posibles colusiones de intereses entre el Ministerio de Agricultura y los del sector agrícola.
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Los redactores de la Ley Duplomb consideraron varias vías para reducir las facultades de la ANSES y restaurar las prerrogativas del Ministerio de Agricultura. Finalmente, ante la amenaza de la dimisión del director de la agencia, se llegó a una solución de compromiso: la ANSES ahora será más responsable ante los ministerios que la supervisan en caso de una liberación de plaguicidas.
El texto también establece una lista de "usos prioritarios" de plagas que amenazan el potencial de producción nacional. Por lo tanto, la ANSES deberá considerar las prioridades del Ministerio de Agricultura al establecer su calendario de revisión de las autorizaciones de comercialización. En resumen, la ANSES conserva sus prerrogativas, pero ahora avanza con un mayor control, cuando la única cuestión debería ser fortalecer sus competencias.
En los últimos años, el Ministerio de Agricultura ha intentado en numerosas ocasiones socavar su experiencia. En 2023, solicitó específicamente a la ANSES que revocara la prohibición de los principales usos del herbicida S-metolaclor. A pesar de lo imperfecta que sea la evaluación de riesgos, la agencia está realizando un trabajo considerable para consolidar el conocimiento científico sobre los peligros de los plaguicidas, en particular mediante una red de fitofarmacovigilancia única en Europa.
Así pues, la ley Duplomb parece indicar un deseo de volver a la época en que el ministerio cogestionaba toda la política agrícola del país con los sindicatos, como lo hizo hace sesenta años con el Consejo Francés de Agricultura (CAF). ¿A costa de suspender los avances científicos en salud y medio ambiente si socavan la competitividad agrícola a corto plazo? Las futuras decisiones políticas nos permitirán responder a esta pregunta con mayor certeza.
Este artículo es un artículo de opinión, escrito por un autor externo al periódico y cuyo punto de vista no refleja las opiniones del personal editorial.

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