Millones de jubilados deberían pasar menos frío este invierno


Manifestación frente al Parlamento para protestar contra el recorte al subsidio de calefacción en invierno, en el centro de Londres, el 7 de octubre de 2024.
El gobierno británico anunció el lunes que revertiría la abolición de la prestación universal de calefacción para pensionistas, anunciada el otoño pasado como parte de los recortes presupuestarios, pero que fue ampliamente criticada, incluso dentro del propio Partido Laborista. Esto representa un importante cambio de política para el primer ministro Keir Starmer, quien había justificado la eliminación de esta prestación por la necesidad de restablecer el equilibrio de las finanzas públicas.
En concreto, el gobierno elevará el umbral para obtener esta prestación, de modo que «ningún pensionista con ingresos bajos o medios quede excluido», según declaró el Tesoro en un comunicado de prensa, lo que beneficiará a «la gran mayoría —más de tres cuartas partes— de los pensionistas de Inglaterra y Gales». Esta decisión, muy impopular entre la ciudadanía, también lo fue en el Partido Laborista, donde la oposición conservadora aprovechó al máximo sus ataques contra el gobierno.
Todos los pensionistas con ingresos anuales inferiores a 35.000 libras (30.000 francos suizos) volverán a beneficiarse de esta ayuda, es decir, alrededor de 9 millones de personas, un umbral muy superior al nivel de ingresos de los pensionistas en situación de pobreza, según destaca el comunicado de prensa. El importe de la ayuda gubernamental es de 200 libras por hogar o 300 libras para los mayores de 80 años.
Esta reversión le costará al gobierno alrededor de 1.250 millones de libras en gasto anual. Sin embargo, la prestación se seguirá recortando para los pensionistas más adinerados (unos 2 millones de personas), lo que supondrá un ahorro de unos 450 millones de libras en comparación con el sistema anterior. «Destinar el apoyo a la calefacción en invierno fue una decisión difícil, pero necesaria debido al legado del anterior gobierno conservador», declaró la canciller Rachel Reeves, citada en el comunicado de prensa.
Desde su regreso al poder hace casi un año, el Partido Laborista se ha fijado el objetivo de sanear las finanzas públicas, con importantes subidas de impuestos, en particular en las cotizaciones patronales, así como recortes a la asistencia social y al gobierno central. Justifican estas decisiones alegando un "agujero negro" de 22 000 millones de libras (25 000 millones de francos suizos) en las arcas, que afirman haber heredado de los conservadores.
Keir Starmer, cuya popularidad se ha desplomado, sufrió un revés a principios de mayo cuando el partido de extrema derecha Reform UK, liderado por Nigel Farage, ganó una elección parcial en Inglaterra y tomó el control de varios consejos regionales.
20 Minutes