Partido Socialista y LFI: dos estrategias, misma presión al gobierno

Olivier Faure y Jean-Luc Mélenchon adoptan estrategias opuestas ante las protestas, pero indirectamente unen su presión sobre el gobierno. Entre amenazas de censura y la negativa a dialogar, los socialistas y la LFI exigen respuestas concretas sobre reformas y justicia social, sumiendo al ejecutivo en la incertidumbre.
Este texto es un fragmento de la transcripción del informe anterior. Haga clic en el vídeo para verlo completo.
Olivier Faure expresó su deseo ayer al salir de Matignon. Hoy, frente a sus seguidores, comprende el alcance de sus expectativas.
Un estudiante desafía al primer secretario del Partido Socialista: "Es difícil ir a nuestras universidades a defender al Partido Socialista hoy. Porque sé que estamos haciendo esfuerzos, pero ¿qué sigue? ¿Es la disolución? ¿Sigue siendo un compromiso?". La respuesta de Olivier Faure es rápida: "De ahora en adelante, la pregunta no se nos plantea a nosotros, se le plantea al gobierno. ¿Qué está dispuesto a hacer? Escuchar a todas estas personas que se están manifestando, que tiene la capacidad de comprender que este país quiere un cambio. Si no lo escucha, en los próximos días lo censuraremos".
Los socialistas, listos para la lucha. Pero ¿qué podría lograr mientras el Elíseo y Matignon vigilan las manifestaciones? "Tendremos que ceder", dice un amigo cercano de Emmanuel Macron. "Si no, es censura, y entonces el presidente estará en primera línea". Un pilar del Bloque Central añade: "Podríamos gravar a los más ricos sin aplicar el impuesto Zucman, ahorrando 35 mil millones en lugar de 44. Y para las pensiones, un acuerdo sobre las dificultades, que fracasó con Bayrou".
La Francia Insumisa, por su parte, no espera nada de Sébastien Lecornu. Una marcha en solitario en Marsella y un discurso radical. "¡Trabajad! ¡Trabajad bien! Porque os necesitamos. En cuanto lleguemos al poder, tendremos que empezar de cero", dijo Jean-Luc Mélenchon a los manifestantes.
LFI se niega a consultar con el nuevo primer ministro. Durante una rueda de prensa, el líder de LFI fue categórico: «Por lo tanto, insto a que detengamos esta farsa de tira y afloja que finge ser un diálogo que no lo es, pero que termina dando la impresión de una estafa general que repugna al pueblo francés. Acabemos con esto».
Dos estrategias muy diferentes, pero cada una poniendo al gobierno bajo presión.
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