Thionville. La vieja barcaza Le Lotus se aferra a la orilla.

Su casco está oxidado, corroído por la vegetación circundante. La vieja barcaza Le Lotus flota como un barco fantasma a orillas del Mosela, en Thionville, a tiro de piedra de la Pasarela de Europa en la orilla derecha. El lugar parece abandonado; una gruesa cadena con candado cierra una de las entradas. Una farola de obra está encendida afuera, a plena luz del día, pero nadie responde. La vieja discoteca, que se incendió hace casi veinte años, ha perdido claramente su atractivo.

Con la llegada del verano, la destartalada barcaza está resurgiendo. Su futuro se debatió recientemente en una reunión del ayuntamiento donde se debatieron los eventos "Rive et cœur de ville en fête", organizados del 22 de junio al 31 de agosto de 2025, "por 17.ª edición consecutiva". Este año no hay cambios que informar. Hay proyectos en marcha para 2026. "Dependerá de las elecciones, de quién me sustituya", predice el alcalde Pierre Cuny.

El diputado comunista de la oposición, Philippe Noller, ya está barajando la idea de una barcaza con piscina en la ribera : "¡Como en París, es magnífica!". Más allá del coste de la operación, el alcalde se muestra inquieto: "No estoy seguro de que Voies Navigables de France la hubiera aceptado, porque es una vía muy transitada". Fue en este punto que Le Lotus (re)apareció en las noticias. "Solicito a mis servicios que revisen este negocio de barcazas, que debe ser desmantelado sin reservas. Tenemos que acabar con esta verruga", afirma el alcalde. Aunque, en realidad, no es tan sencillo.

El casco de la barcaza está hormigonado. El barco, aparcado en Thionville desde los años 80, no se moverá con facilidad . Sobre todo porque su dueño se aferra a él.

Tiene un litigio con VNF. Al ser contactada, Voies Navigables de France no proporcionó detalles. El operador nacional mencionó que el propietario del Lotus está siendo objeto de un proceso judicial "debido al incumplimiento de la normativa aplicable a la navegación marítima, por un lado, y al estacionamiento en propiedad pública, por otro". Según se informa, una sentencia ordenó el desmantelamiento de la barcaza. Sin embargo, el propietario del local ha apelado. "Sigo sosteniendo que se trata de locales comerciales permanentes abiertos al público y sujetos al derecho territorial".

Mickaël Hadoui, de 61 años, nos asegura que lleva trabajando en un proyecto de renovación desde 2015. «Los inversores están aquí para transformar la barcaza en un yate y organizar eventos, de acuerdo con la normativa vigente. Algo con clase», promete. No lo parece, pero, según dicen, está pintando el interior.

A priori, Voies Navigables de France lo desconoce: «No se ha iniciado ningún plan de negocio desde hace varios años, a pesar de las numerosas conversaciones entre el propietario y las distintas autoridades públicas implicadas. El barco no se ajusta, hasta la fecha, a las ambiciones de desarrollo fluvial de la región». Más información en el próximo episodio.