De la pasión al amor: cuando el cerebro lidera la danza

El amor, ese gran misterio que hace latir nuestros corazones, no es sólo cuestión de poesía o destino. Detrás de la magia de las primeras miradas, las mariposas en el estómago y la euforia de los comienzos, hay en realidad un mecanismo cerebral tan preciso como fascinante. Lucy Vincent, neurobióloga y autora del libro El cerebro de los amantes (Odile Jacob), se ha propuesto deconstruir las ideas preconcebidas: no, el amor no es sólo una historia de azar o de romance, es ante todo una necesidad biológica, orquestada por nuestras neuronas y nuestras hormonas.
Pero ¿cuál es el verdadero uso de la pasión temprana? ¿Por qué se evapora tan rápido? Y sobre todo, ¿cómo podemos transformar nuestro conocimiento cerebral en consejos concretos para que una relación dure? Lucy Vincent nos guía a través de las etapas del amor, desde el amor a primera vista hasta el apego profundo, y comparte consejos para mantener viva la llama.
¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando nos enamoramos?
Está pasando por una verdadera tormenta química. Durante la edad reproductiva, las hormonas sexuales influyen en la producción de oxitocina y vasopresina, dos sustancias claves para el apego. Entonces nos volvemos particularmente sensibles a ciertas señales sensoriales, como una voz, una mirada o un olor, que nuestro cerebro asocia con la amabilidad.
Si la persona que tienes enfrente cumple estos criterios, estas señales activan el centro de recompensa y desencadenan una liberación masiva de endorfinas: esto es la euforia y el sentimiento de adicción al amor. La amígdala, una zona del cerebro implicada en la gestión de las emociones, nos empuja a idealizar a los demás y en ocasiones a sentir celos, reacciones todas ellas que fortalecen el vínculo romántico.
¿Tiene este amor naciente una función biológica?
Sí, absolutamente. El amor apasionado de las primeras relaciones no tiene como objetivo principal hacernos felices, sino asegurar la supervivencia de nuestra descendencia. Esta fase intensa empuja a dos adultos a permanecer juntos el tiempo suficiente para que su hijo se vuelva menos vulnerable. Cuando el niño empieza a caminar, a desenvolverse por sí solo o a coger alimentos, alrededor de los 3 años, alcanza un umbral de viabilidad en el que la presencia de un solo progenitor puede ser suficiente. Ya no existe ninguna ventaja evolutiva en obligar a dos padres a permanecer juntos si ya no es necesario para el niño.
¡A la evolución no le importa nuestra felicidad después de la reproducción! Este mecanismo, observado en muchas especies monógamas, explica por qué el amor intenso del principio no dura para siempre.
¿Esta pasión fugaz significa el fin del amor?
No, todo lo contrario. La fase pasional permite crear un vínculo fuerte y unir a la pareja. Una vez transcurrido este periodo, toma el relevo el apego, basado en la complicidad, la amistad profunda y la intimidad.
Este nuevo amor, menos exaltado pero más estable, ofrece muchas ventajas: favorece la salud, el bienestar y la longevidad. Entender este mecanismo te ayudará a transitar las diferentes etapas de la vida en pareja sin dudar de la relación cuando la pasión se desvanece. Podemos entonces decirnos: “Hemos pasado la fase en que el cerebro está en ebullición, ¿cómo vamos a escribir el resto de nuestra historia?”
¿Puedes entrenar tu cerebro para amar a largo plazo?
¡Sí, y ese es precisamente el punto! Las diferentes áreas del cerebro implicadas en el apego pueden estimularse a lo largo de la vida de pareja. Se trata de reinventar la relación, sorprender al otro, compartir nuevas experiencias y cultivar la intimidad para mantener los circuitos de placer y apego (ver recuadro).
Cada gesto tierno, cada momento compartido, ya sea un beso, una caricia, una relación sexual o una simple conversación durante la cena, favorece la liberación de oxitocina. Esta hormona del bienestar calma, fortalece el sistema inmunológico y reduce el ritmo cardíaco, contribuyendo a una sensación de serenidad.
Las parejas que continúan manteniendo estos comportamientos amorosos ven sus relaciones durar más tiempo. Ya no viven en dependencia apasionada, sino en bienestar compartido.
Reaviva recuerdos felices. Podemos sacar fotos, revivir lugares significativos de la historia de la pareja, compartir recuerdos de primeras citas o momentos especiales. De hecho, el hipocampo, la zona que gestiona los recuerdos, es particularmente receptivo a la estimulación a través de la memoria emocional compartida .
Mantener la novedad y la sorpresa . Se recomienda planificar fines de semana inesperados, descubrir nuevas actividades para hacer juntos y cambiar las rutinas. El núcleo accumbens, una región del cerebro involucrada en el circuito de recompensa, se estimula ante la sorpresa o el cambio. Reacciona positivamente a la novedad, lo que aumenta la motivación y el entusiasmo en la pareja.
Multiplica los gestos tiernos y sensoriales. La ínsula, que procesa las sensaciones, se beneficia de nuevos estímulos sensoriales. Abrazos, masajes, miradas tiernas y caricias son gestos que fortalecen la intimidad física y emocional.
Comunicarse con sinceridad y regularidad. La comunicación también es esencial para mantener el vínculo y comprender las necesidades del otro. Nos permite adaptar comportamientos, reducir tensiones y estimular las áreas del cerebro implicadas en el apego. Las palabras sinceras, los cumplidos frecuentes y la expresión de deseos y frustraciones: todo esto nutre la complicidad y fortalece el vínculo romántico a largo plazo.
Celebremos juntos los éxitos y las pequeñas alegrías. " Compartir la alegría promueve la liberación de oxitocina, la hormona del vínculo, y fortalece los vínculos".
Felicita a tu pareja. Los cumplidos sinceros estimulan la dopamina y la serotonina, dos neurotransmisores esenciales para el bienestar. La dopamina se conoce a menudo como la "molécula del placer" porque aumenta la motivación y la sensación de recompensa, mientras que la serotonina desempeña un papel clave en la regulación del estado de ánimo y la satisfacción. Por lo tanto, su liberación promueve sentimientos positivos y satisfacción en la relación.
Nice Matin