Estos trucos climáticos para salvar los polos podrían ser totalmente contraproducentes

El año pasado, las Naciones Unidas predijeron que la temperatura media de la Tierra podría aumentar más de 5,4 grados Fahrenheit (3 grados Celsius) para 2100 si no reducimos las emisiones globales. Ese nivel de calentamiento causaría daños catastróficos e irreversibles a los ecosistemas, lo que subraya la urgente necesidad de frenar el ritmo del cambio climático.
Aun así, la cantidad de gases de efecto invernadero que los humanos expulsan a la atmósfera sigue aumentando . Ante la falta de avances suficientes en el ámbito de las emisiones, algunos científicos han sugerido otra vía: contrarrestar artificialmente el calentamiento global mediante la geoingeniería. Muchas de estas controvertidas soluciones buscan mitigar el deterioro climático en las regiones polares , pero un análisis publicado el martes en Frontiers in Science concluye que incluso las propuestas más reconocidas probablemente causen más perjuicios que beneficios.
“Me parece que se ha confundido la urgencia con la prisa”, declaró a Gizmodo el coautor Ben Orlove, profesor de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia. “Si bien reconocemos la urgencia de actuar, esto nunca debería servir de excusa para que las propuestas sigan adelante sin una revisión completa”.
Regiones polares bajo presiónLas regiones polares de la Tierra se están calentando a un ritmo superior a la temperatura media global. Los expertos predicen que esto tendrá consecuencias graves e irreversibles tanto a nivel regional como global, como el colapso de los ecosistemas locales y el aumento del nivel del mar. Quienes defienden la geoingeniería suelen citar esto como un factor impulsor de los esfuerzos para implementar dichas estrategias en el Ártico y la Antártida, pero ninguna de ellas está respaldada por pruebas sólidas y a gran escala en el mundo real.
Para esta revisión, un equipo internacional de investigadores evaluó cinco conceptos de geoingeniería diseñados para ralentizar el deshielo en las regiones polares. Las ideas incluyen la pulverización de partículas reflectantes a la atmósfera , el uso de cortinas submarinas gigantes para proteger las plataformas de hielo del agua cálida, el engrosamiento o aumento artificial de la reflectividad del hielo marino, el bombeo de agua desde el subsuelo de los glaciares y la adición de nutrientes a los océanos polares para estimular la proliferación de fitoplancton que secuestra carbono.
Más problemas que solucionesLos investigadores evaluaron el alcance de implementación, la eficacia, la viabilidad, las consecuencias negativas, el coste y la gobernanza de cada solución propuesta en relación con su implementación a gran escala. Según su evaluación, las cinco ideas provocarían daños ambientales, como la alteración de hábitats, rutas migratorias, el ciclo químico natural del océano, los patrones climáticos globales, etc.
Además, los autores estiman que la implementación y el mantenimiento de cada propuesta costaría al menos 10 000 millones de dólares. Afirman que es probable que esta sea una subestimación, señalando los costos ocultos que sin duda surgirían a medida que se introdujeran las consecuencias ambientales y logísticas. Además, las regiones polares carecen de la gobernanza suficiente para regular estos proyectos, lo que requiere una extensa negociación política y nuevos marcos antes de su implementación a gran escala.
Incluso si estas tácticas ofrecieran algún beneficio, ninguna podría escalar lo suficientemente rápido como para abordar de manera significativa la crisis climática dentro del tiempo limitado disponible para hacerlo, concluyeron los investigadores.
“Para nosotros es evidente que los enfoques evaluados no son viables y que seguir investigando estas técnicas no sería un uso eficaz de un tiempo y unos recursos limitados”, escriben los autores, subrayando la importancia de centrarse en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en realizar investigaciones fundamentales en las regiones polares.
No todas las soluciones valen el riesgoOrlove espera que estos hallazgos animen a la comunidad científica y a los responsables de la toma de decisiones a reflexionar con cautela antes de invertir tiempo y dinero en proyectos de geoingeniería polar. «Una de las cosas que me preocupa es la afirmación de que el cambio climático es tan grave que necesitamos probar todos los métodos posibles, y que bloquear cualquier solución posible es un error», declaró.
“Existe una larga trayectoria en la investigación médica de no realizar ciertos experimentos en seres humanos vivos ni intentar curas extremas que simplemente parecen poco éticas”, dijo Orlove. “Pero cuando se trata de experimentar en el planeta —y su efecto inmediato en las personas—, esa conciencia no se manifiesta”.
gizmodo