La EPA de Trump podría desmantelar el amianto cancerígeno

En 2024, el gobierno de Biden prohibió el último tipo de asbesto que aún se utiliza en Estados Unidos debido a su relación con el cáncer. El gobierno de Trump no está tan seguro de que debamos proteger a la gente de estas cosas. A principios de esta semana, el New York Times informó que la Agencia de Protección Ambiental de Trump retrasará la prohibición del material y reconsiderará la norma por completo. Porque, ¿cuándo un poco de cáncer le ha hecho daño a alguien?

El material central de este debate político es el amianto crisotilo, también conocido como "amianto blanco". Si bien lleva un tiempo en declive, dista mucho de haberse eliminado. El amianto blanco todavía se utiliza en algunos materiales para techos, textiles, cemento y se encuentra en pastillas de freno y otras piezas de automóviles. También se utiliza a veces para fabricar cloro. Su uso continúa a pesar de que se ha vinculado con cáncer de pulmón, cáncer de ovario, cáncer de laringe y mesotelioma, un cáncer que afecta el revestimiento de los pulmones, el abdomen, el corazón o los testículos. La EPA estima que la exposición al amianto está relacionada con más de 40.000 muertes en Estados Unidos.

Por estas razones, más de 50 países ya han prohibido el uso de este material por completo. Estados Unidos se unió a ellos en 2024, cuando la administración Biden anunció su prohibición el año pasado, aunque incluso esta tuvo un plazo muy largo para su entrada en vigor. Según la normativa introducida por la EPA durante el gobierno de Biden, la prohibición del amianto blanco tenía un periodo de eliminación gradual de 12 años, lo que significa que no se habría prohibido por completo hasta 2036.

Pero ¿cómo se supone que un fabricante de productos químicos puede operar con más de una década de conocimiento? Es demasiado pedir. Mejor sería eliminar la norma por completo. El Times informó que la administración Trump está considerando modificar la norma para levantar la prohibición de la importación y el uso de asbesto en la producción de cloro y el uso de juntas de láminas que contienen asbesto en las plantas de fabricación de productos químicos.

Si se pregunta por qué la administración Trump daría marcha atrás con esta norma que parece bastante obvia, especialmente para la administración que afirma querer que Estados Unidos vuelva a ser saludable, hay una respuesta relativamente simple disponible: los grupos de presión dirigen el espectáculo. Según el Times, el expediente judicial de la EPA que indica que está reconsiderando la norma fue firmado por Lynn Dekleva . Antes de unirse a la administración, Dekleva fue funcionaria del Consejo Estadounidense de Química, donde presionó para bloquear las regulaciones sobre el carcinógeno formaldehído. Y antes de eso, pasó 32 años en DuPont, una empresa identificada repetidamente como un importante productor de peligrosos "químicos permanentes". Ahora está a cargo de aprobar los productos químicos para su uso en la EPA. Buena suerte al resto de nosotros.