Skirly Crag por Helen Percy: Capellán que encontró consuelo con un tipo diferente de rebaño

Por Constance Craig Smith
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Skirly Crag ya está disponible en Mail Bookshop
¿Qué herramientas necesita llevar consigo la pastora moderna en la época del parto?
Además de cuerdas, guantes, yodo y biberones, también llevará una botella de líquido lavavajillas, que funciona de maravilla como lubricante para sacar a los corderos atrapados del vientre de su madre.
Sin embargo, las marcas blancas del supermercado no funcionan: son demasiado líquidas y espumosas para cumplir su función.
Este relato de la vida de una pastora itinerante está lleno de detalles interesantes y poco glamorosos. En primavera, el uniforme de Helen Percy es «impermeable, la misma camisa usada durante una semana, vaqueros manchados con fluido del parto».
Los horarios son brutales, a veces empiezan a las cuatro de la mañana y terminan cerca de la medianoche, con diez minutos robados aquí y allá para engullir frijoles horneados de una sartén sin lavar. «Me he intoxicado con comida en más de una ocasión», admite alegremente.
La época de partos es la más ocupada. Puede empezar como partera de un rebaño temprano en Inglaterra, seguir con una temporada en una granja de las tierras bajas de los Borders en marzo y abril, y terminar al final de la temporada en las Highlands. Castrar corderos es solo una de las tareas que asume con naturalidad.
En otras épocas del año es muy solicitada para realizar baños (sumergir a las ovejas en una solución química para eliminar parásitos como piojos, garrapatas y ácaros) o esquilarlas.
Percy no proviene de una familia de agricultores, pero decidió cuando tenía 13 años que iba a ser pastora.
En lugar de eso, terminó estudiando teología y trabajó como ministra religiosa y capellana de prisión.
Abandonó la iglesia después de ser abusada sexualmente por uno de sus feligreses (tema de su primer libro, Escandaloso, Inmoral e Improper) y encontró trabajo en una granja de ovejas escocesa.
Helen Percy dejó la iglesia para dedicarse a la vida como pastora.
No sabía conducir un tractor ni un quad y no tenía perro pastor, pero demostró su valía: sus pequeñas manos le resultaron muy útiles en la época del parto porque podían caber dentro del cuello uterino de una oveja.
Percy está maravillado por las habilidades de los collies con los que trabaja. Uno de sus perros pastores tiene una extraña habilidad para saber cuándo un cordero, a lo lejos, está en apuros.
Aunque claramente disfruta de su vida como pastora, hay partes de este libro que resultan angustiosas. Conoce a demasiados granjeros que dejan morir de hambre a sus rebaños y mantienen a sus perros con cadenas cortas en perreras diminutas.
En una granja particularmente horrible, mete a escondidas en su caravana un cordero abandonado con hipotermia para envolverlo en una bolsa de agua caliente. Percy tiene un afecto especial por los animales heridos: su colección (que suele viajar con ella) incluye una liebre epiléptica y un pato domesticado.
Este libro episódico, a veces elíptico, ofrece una mirada a un estilo de vida duro pero gratificante. En su carrera anterior, el trabajo de Percy consistía en encontrar maneras de ayudar a personas en situaciones difíciles.
Ahora hace lo mismo con un tipo diferente de rebaño.
Daily Mail