Ben Habib se enfrenta a Nigel Farage con un nuevo partido, y ya era hora

Tras catorce años de desgobierno conservador y ahora un gobierno laborista que dirige el barco con un desenfreno aún más temerario, algo se ha vuelto evidente: Gran Bretaña clama por un cambio. No más de lo mismo con un matiz diferente, sino un cambio real, significativo y patriótico.
Los votantes no son tontos. Han visto cómo la clase política —roja, azul y ahora incluso Reform UK— juega a las sillas musicales mientras el país decae. Los salarios se estancan, la delincuencia aumenta, nuestras fronteras se derrumban y el orgullo nacional se considera una mala palabra. Hay un profundo anhelo en esta nación por un partido que defienda a Gran Bretaña con orgullo y sin complejos.
Un partido que valora la soberanía, la tradición, la seguridad y la identidad nacional. Y aunque muchos recurrieron a Reform UK desesperados, ahora empiezan a comprender algo importante: Reform no es la solución. Sí, Reform captó un sentimiento. Pero captar la frustración no es lo mismo que ofrecer liderazgo.
Lo que comenzó como una reacción de principios a la decadencia del establishment se ha convertido en un vehículo de vanidad personal, una puerta giratoria de luchas internas, giros y eslóganes huecos. No hay visión. No hay brújula moral. No hay filosofía más allá de gritar a gritos y perseguir titulares.
Y así, los votantes de toda Gran Bretaña se encuentran en un limbo cruel. Saben que el Partido Laborista no ofrece nada. Saben que los conservadores están agotados. Esperaban que la Reforma les abriera camino. En cambio, les han dado más de lo mismo, solo que con una imagen más enojada. Pero esa desesperación está empezando a disiparse.
Porque ahora está surgiendo un nuevo partido, no por ego ni por teatro mediático, sino por principios. Un partido con una clara brújula moral. Un partido que sabe lo que representa y no se disculpará por quedarse ahí. Me refiero, por supuesto, al nuevo movimiento que está moldeando Ben Habib. Y ese partido se llama Advance UK.
Esto no es solo una renovación de la misma política desgastada. Es una ruptura radical. Un regreso a la Nación, la Libertad, la Democracia y la Igualdad ante la ley, no como palabras de moda, sino como verdades innegociables. Este partido entiende que el Reino Unido es una nación soberana, no un juguete de Bruselas, la ONU ni ONG internacionales no electas. Respeta las Actas de la Unión y defiende el legado cultural, legal y constitucional que ha hecho grande a Gran Bretaña.
Defiende la libertad de expresión, no condicionada a ideologías de moda, sino absoluta. Reconoce el derecho de los padres a criar a sus hijos sin adoctrinamiento estatal. Busca un gobierno limitado, porque un gobierno que intenta hacerlo todo termina sin hacer nada bien. Y es clarísimo: en este país rige una sola ley: la británica. No hay tribunales de la sharia. No hay jurisdicción extranjera. No hay doble moral. Una nación. Un pueblo. Un sistema legal.
Esto no es retórica marginal. Es la voz sensata de millones de personas que han sido ignoradas durante demasiado tiempo. Me presenté como candidato de Reform UK. Creí en su misión, cuando la tenía. Pero me marché cuando quedó claro que Reform no tenía fuerza, unidad ni rumbo. Y no estoy solo. En todo el país, quienes una vez apoyaron Reform se están dando cuenta de que se aferraban a ella no por convicción, sino porque no había otra opción.
Ahora sí. Ha llegado un nuevo movimiento, con principios y preparado. Un movimiento que no cederá ante la presión mediática ni se inmutará ante la controversia. Un movimiento que habla por Gran Bretaña, no por cumplir requisitos, sino porque lo dice en serio. El establishment ha fracasado. La reforma ha fracasado. Es hora de algo real. Y esta vez, no pedimos un cambio. Lo estamos construyendo.
Es hora de Advance UK.
express.co.uk