Por qué Angela Rayner aún podría ser culpada por un error en el impuesto de timbre

La explicación de Angela Rayner sobre no haber pagado el impuesto de timbre correcto sobre su casa en Hove se basa en la afirmación de que le informaron incorrectamente sobre su exposición fiscal cuando compró la propiedad a principios de este año.

Después de que los medios de comunicación informaran que había evitado impuestos por hasta £40.000, recibió un nuevo consejo y ahora reconoce que debería haber pagado el recargo del impuesto de timbre para la segunda vivienda, lo que elevó el impuesto adeudado sobre la propiedad de £800.000 de £30.000 a £70.000.

Ella dice que la confusión radica en la complejidad de sus asuntos domésticos , que surgen de los arreglos hechos para cuidar a su hijo, que tiene "discapacidades de por vida" y necesidades educativas especiales.

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En 2020, se otorgó un premio al hijo de la Sra. Rayner luego de lo que ella llamó "un incidente profundamente personal y angustiante" cuando era un bebé prematuro, y se estableció un fideicomiso para administrar el premio y sus intereses.

Ella no es explícita en su declaración pero se presume que el "premio" fue monetario, posiblemente en compensación.

La Sra. Rayner dice que ella y su entonces esposo Mark Rayner se comprometieron a transferir su interés en la casa familiar en Ashton-under-Lyne al fideicomiso, del cual su hijo es el único beneficiario.

En 2023, la pareja se divorció, pero acordó que sus hijos permanecerían en el hogar familiar mientras ellos se mudaban y salían regularmente para cuidarlos, un acuerdo conocido como anidamiento. En ese momento, la Sra. Rayner explicó que parte de su participación en el hogar familiar pasó al fideicomiso de su hijo.

En enero de 2025, la viceprimera ministra afirma haber vendido la parte restante de la propiedad al fideicomiso de su hijo y haberla utilizado como depósito para un piso en Hove, valorado en unas 800.000 libras. Contrató una hipoteca para cubrir el resto de la compra.

En ese momento, dice, recibió asesoramiento fiscal y le dijeron que, dado que ya no poseía ninguna otra propiedad, solo debía pagar el impuesto de timbre estándar, que habría ascendido a alrededor de £ 30,000.

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Según informes de los medios de comunicación del mes pasado, ella dice que buscó nuevo asesoramiento de un "asesor fiscal senior" y le dijeron que, de hecho, estaba obligada a pagar el recargo del impuesto de timbre para segundas residencias, un cargo fijo adicional del 5%, debido a lo que ella llama "disposiciones de presunción complejas" relacionadas con el fideicomiso de su hijo.

Las disposiciones de presunción son un dispositivo legal que crea una “ficción legal” para simplificar cuestiones complejas, a menudo relacionadas con los impuestos.

La Sra. Rayner no da detalles de las disposiciones, pero una explicación es que si ella tiene derechos bajo los términos del fideicomiso para vivir en la casa familiar de por vida, esta debería ser considerada como su residencia principal a los efectos del impuesto de timbre.

La guía de HMRC sobre la tasa más alta del impuesto de timbre establece que los padres de menores de 18 años son tratados como propietarios de la propiedad residencial "incluso si la propiedad está en fideicomiso y ellos no son los fideicomisarios".

Ella dice que la propiedad de Ashton-under-Lyne sigue siendo el hogar de su familia, donde está registrada para fines oficiales, financieros y médicos.

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En diciembre de 2024, a la Sra. Rayner se le concedió el uso de un apartamento en régimen de gracia y favor en Admiralty House en Whitehall en su función de viceprimera ministra, y renunció a una propiedad alquilada en Londres para mudarse. Ella había clasificado esta como su segunda residencia a efectos del impuesto municipal, que, en consecuencia, es pagado por el gobierno.

El consejo que cuenta ahora es el que Sir Laurie Magnus da al primer ministro. El asesor ético independiente del gobierno podría querer saber si la Sra. Rayner proporcionó toda la información sobre el fideicomiso y su domicilio principal a su primer asesor fiscal, o si, por omisión, la culpa es suya.