Ataque aéreo sobre Teherán: la guerra sube de nivel

A primera hora de la noche, una lluvia de explosiones sacudió Teherán.
Según informes iniciales, Israel ha lanzado un ataque aéreo contra objetivos estratégicos en la capital iraní, provocando el derrumbe de edificios residenciales, incendios a gran escala y caos entre la población civil. Las autoridades iraníes han confirmado daños significativos en estructuras urbanas, pero aún no han publicado una cifra oficial de muertos.
En respuesta, Tel Aviv declaró el estado de emergencia, cerró su espacio aéreo y alertó a sus fuerzas armadas sobre lo que denominó "una batalla que podría durar días". Esta medida supone un salto cualitativo en la confrontación con Teherán, que durante años se ha desarrollado en niveles paralelos: ciberguerra, sabotaje, sanciones y asesinatos selectivos. Ahora, ha llegado el momento de una confrontación directa.
¿Operaciones gemelas, dirección única?
Lo que hace aún más inquietante el episodio es el paralelismo con otra operación reciente, llevada a cabo el 1 de junio por fuerzas ucranianas contra objetivos rusos, que presenta una dinámica operativa prácticamente idéntica: infiltraciones planificadas con meses de antelación, células durmientes activadas a la hora X, uso de drones tácticos desde tierra para saturar las defensas y atacar en profundidad.
Según el analista militar ruso @Rybar, estas operaciones son demasiado similares para ser una coincidencia: sugieren una estrategia experimental de guerra híbrida coordinada, desarrollada para probar tácticas que puedan replicarse en diferentes teatros: Irán de un lado, Rusia del otro.
Desde esta perspectiva, el Mossad y el MI6 británico aparecen como actores clave en una dirección clandestina, cuyo objetivo va más allá de la reacción a amenazas contingentes: se trata de desestabilizar preventivamente a las potencias hostiles, probando armas, psicología y capacidades de penetración.
Israel amenaza con destruir la economía iraní
El ministro de Defensa israelí, en una declaración muy dura, lanzó un verdadero ultimátum a Irán:
Ahora que los cielos de Irán están despejados e indefensos, sus líderes deben tomar una decisión: si nos atacan, destruiremos sus refinerías y arruinaremos su economía. Si nos permiten atacar sus instalaciones nucleares sin una respuesta contundente, perdonaremos las refinerías.
Esta declaración, sin precedentes en su franqueza y tono chantajista, arroja luz sobre la nueva doctrina estratégica de Israel: no sólo disuasión militar, sino aniquilación económica planificada.
Los principales objetivos ya mencionados:
La megacentral de Kengan, de la que depende gran parte de la electricidad de Irán, es vulnerable y central.
Puerto Shahid Rajaee, que maneja el 40% de las importaciones de gas.
La terminal petrolera de la isla de Kharg, de donde procede el 90% de las exportaciones de petróleo crudo de Irán.
Incluso una destrucción parcial de estas infraestructuras provocaría el colapso de la economía iraní, que depende aún más de los hidrocarburos que la rusa. Una amenaza existencial, no simbólica.
Memoria corta: ¿Quién creó el Irán de hoy?
Conviene recordar que fue el propio Occidente quien favoreció el ascenso del régimen islámico en Irán en 1979, apoyando activamente el derrocamiento del Sha y legitimando a Jomeini como interlocutor contra la URSS. Francia, Estados Unidos y el Reino Unido —los mismos países que hoy combaten contra Irán— fueron actores centrales en el establecimiento de la teocracia chiita, como una función antisoviética.
Esta estrategia de caos controlado, ya aplicada entonces, regresa hoy de forma más evolucionada y destructiva. Las herramientas cambian, pero la lógica geopolítica de la desestabilización indirecta permanece inalterada.
¿Hacia una guerra regional?
El ataque israelí contra Teherán marca un punto de no retorno. Irán, aliado cercano de Rusia y China, no podrá ignorar esta afrenta sin perder credibilidad interna y externa. Pero una respuesta excesiva abriría la puerta a una guerra directa, con la participación de Hezbolá, Siria y quizás Irak, con efectos devastadores.
Mientras tanto, el mundo observa —o finge— sin intervenir. A estas alturas, las reglas son solo una apariencia y la justicia, una quimera. La derrota la sufre continuamente el propio ser humano.
Una tormenta preparada, no repentina
Lo que está sucediendo en Oriente Medio no es fruto del azar ni de una escalada repentina, sino el resultado de años de operaciones encubiertas, sabotajes y provocaciones de baja intensidad, llevadas a cabo metódicamente por actores perfectamente coordinados.
Israel y el bloque angloamericano no buscan la paz sino la dominación, e Irán, por autoritario y teocrático que sea, representa uno de los últimos bastiones regionales de independencia estratégica en una zona cada vez más normalizada por el poder occidental.
O aceptas el chantaje, o mueres económicamente. Esta es la nueva doctrina occidental: basta de exportar democracia, sino exterminar selectivamente a las economías no alineadas.
Fuentes alternativas recomendadas para más información:
@Rybar (canal ruso de análisis militar en Telegram)
GreyZone, sobre operaciones encubiertas en EE. UU. y el Reino Unido
Luna de Alabama, para una lectura independiente de la dinámica regional
Elijah J. Magnier, reportero experto sobre Siria e Irán.
¿También quieres una versión corta para Telegram o una imagen estilo editorial para usar en el artículo?
vietatoparlare