Giorgio Conte canta sobre la vida y sus malentendidos. Una velada de música e ironía en el escenario del Spirito

25 de mayo de 2025

El espectáculo del cantautor fue un éxito, entre el humor y la melancolía. Un homenaje a Teo Ciavarella, pianista y amigo del Gruppo dei 10.
Vamos a tocar una canción que yo clasificaría como 'canción de autobús'. Cuanto más desvencijado sea el estribillo, mejor: lo daremos todo. El humor y el entusiasmo con que Giorgio Conte interpreta el acercamiento a la música resultan casi desconcertantes; Conocerlo a través de una selección de su repertorio es crucial. Avanza a grandes pasos y aparece acompañado de su banda en el escenario del Spirito di Vigarano Mainarda, en una tarde fría y reflexiva, como la del viernes. Conte, voz y guitarra, Alessandro Nidi, piano, Alberto Parone, batería y bajo vocal (un instrumento muy raro y emocionante), Bati Bertolio, acordeón, piano y vibrandoneón. Camina con timidez, decíamos, con (fingida): quizá para medir la fiebre del público, que se calienta enseguida después de un par de canciones. A pesar del título del concierto, ' Prólogos y canciones ', el comienzo es todo música y pocas palabras. La banda comienza con el tema musical de 20th Century Fox, el del redoble de batería, que todo el mundo ha escuchado al menos una vez en el cine o en la televisión. Éste es el tema: crear un clima colectivo desde ya. Dados los objetivos, Giorgio Conte, en la provincia de Ferrara, encontró algo de su agrado: un gran éxito de público, escribirían buenos periodistas. El concierto fue la última fecha de la temporada de primavera del Grupo de los 10.
El presidente de la asociación musical, Massimo Cavalleretti, presentó a la banda, dedicando unas palabras a la memoria de un gigante de la música italiana , pianista de jazz de renombre nacional, compositor y amigo del Gruppo dei 10, fallecido el pasado 16 de mayo: Teo Ciavarella , que el 31 de enero tocó en Vigarano, junto a Andrea Poltronieri, rindiendo homenaje a Lucio Dalla 'Tra Ferrara e la luna'. La melancolía del recuerdo ha dado paso a la única forma de celebrar la personalidad de Ciavarella: la música. La música de Giorgio Conte, siempre precedida de breves prólogos (precisamente). Más apropiadamente, tratándose de versos, sería definirlos como proemios: sin embargo, no hay ninguna invocación a las musas. La de Conte es una invocación a la vida y a sus incomprensiones. "No sé por qué", dijo, "cada vez que la gente habla de mí, mencionan mi relación: 'Giorgio Conte, hermano del más famoso Paolo...'. En cierto momento, me resigné". Una resignación propia de esa ironía saboyana que lo distingue a él y a su repertorio, desde 'Gnè, Gnè' hasta JM, campeón de apnea y comedor serial de ajo, hasta Mongolfiera, la historia de un hombre que se liberó de su obsesión: "Le gustaría no ser su Fiat 500 en la carretera, sino un globo aerostático con la puerta abierta: tirar dos bolsas de arena y volar". Volar, aunque sea por un momento: el regalo de Giorgio Conte a quien lo escucha.
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