Lago Scardovi. Llamamiento del Eko Club: «Necesitamos más civismo».

"¿El bagre? El problema aquí son los vándalos que dañan y destruyen, y los arrogantes, los que sueltan a los perros que luego matan a los patos y gansos ". Aldo Brusa, presidente de la sección Castellana del Eko Club, quien se ofrece como voluntario para cuidar el estanque de Scardovi , demuestra que no tiene intención de rendirse. El estanque, después de todo, es su segundo hogar. O quizás el primero, ya que "Llevo aquí desde el 92, más de treinta años", dice mientras nos lleva en su Multipla por los 740 metros de sendero que bordea todo el perímetro del estanque, deteniéndose en cada contenedor.
"¿Ves esto? Una vez lo quemaron, mientras que al otro, ese de allá, lo desprendieron y lo tiraron al lago". La misma suerte corrieron algunos bancos e incluso la cerca: "Hay quienes vieron a los agresores", dice Brusa. "Atacaron en tres o cuatro, sacudiéndolo hasta que lo levantaron del suelo y luego lo empujaron al estanque".
La última redada, sin embargo, tuvo como objetivo las tablas de una mesa de madera elevada, mientras que bajo el título "Malos modales y dónde encontrarlos" se menciona a los miembros del grupo que "sembraron basura por todas partes después del picnic". ¿La invasión de bagres se cuenta en los videos publicados en Facebook? Un cuento de hadas, nos sonríe Brusa.
La realidad es que hay quienes, antes, como ahora, los traían aquí ocasionalmente, y nosotros, como ocurrió hace apenas unas semanas, los retiramos —observa—. Claro que también ha habido ejemplares de 60-70 kilos, ahora ya no tienen ese tamaño, pero es evidente que hay que hacer un trabajo adicional para reducir su presencia. Sin embargo, que destruyan el ecosistema es un disparate.
Alguien dice que los patos ya no entran al agua por miedo a ser comidos: ¡Menuda tontería, repito! —continúa Brusa en el análisis—. ¿Saben cuál es el peligro para los patos y los gansos ? Quienes llevan a su perro al estanque, donde está prohibido, y no quedan satisfechos, los sueltan: así, a lo largo de los años, hemos encontrado patos, cisnes y gansos descuartizados. Probablemente sean los mismos que, cuando los detienes y les dices «no puedes traer a tu perro aquí», te insultan, como ocurrió la semana pasada.
Y luego las bicicletas, aunque están prohibidas, zumbando por la entrada, y las bolsas de excrementos de perro llenando los contenedores, «que luego, obviamente, tenemos que retirar». Hoy hay siete voluntarios que trabajan junto a Aldo, pero varios, lamenta, «han izado la bandera blanca, hartos de los continuos episodios de incivilidad y arrogancia».
Brusa, sin embargo, aunque desanimado, no se da por vencido. Dice que «se necesita más control, y para ello necesitamos ayuda concreta del Ayuntamiento», y que «sería necesario un camión lleno de grava para esparcir en la avenida, además de terminar la valla». Y después de dar de comer a los gansos, Brusa nos acompaña a la salida, contándonos sobre la cortadora de césped que también recuperaron del estanque, porque la estupidez no tiene límites.
Claudio Bolognesi
İl Resto Del Carlino