Manfredonia: poesía, música y risas en el Palazzo Celestini con el espectáculo de Raffaele Notarangelo

“ No sabía hablar, así que escribí” – Emociones, poesía y sonrisas en el Palazzo Celestini. Gran éxito del espectáculo “No sabía hablar, así que escribí”, presentado en el Palazzo Celestini de Manfredonia, ideal para albergar un evento que unió poesía, música y comedia en una experiencia única e intensa.
Ideado y creado por Raffaele Notarangelo, el espectáculo conquistó al público gracias a la autenticidad de las palabras, la magia de la música en vivo y la ironía de los monólogos que cuentan la vida real, con sus dificultades y sus sonrisas.
La velada estuvo elegantemente conducida por el presentador Antonio Baldassarre, quien acompañó a los espectadores en este viaje emocional con ritmo, delicadeza y pasión.
El poder de la poesíaLos protagonistas de la velada son los poemas de Raffaele Notarangelo, leídos con intensidad y sensibilidad por Rosa Vairo, Daniele Guida y Maria Mastropasqua. Versos que hablan del amor, las raíces, la infancia, la espiritualidad y la vida cotidiana, capaces de tocar profundamente el alma de los espectadores.
Música de autor en vivoEl ambiente se acentuó con la inolvidable música de Nicola Piovani (La vida es bella) y Ennio Morricone (El pianista en el océano), interpretada en directo con extraordinaria delicadeza por el maestro Leonardo Monaco al piano y Sara Tomaiuolo al clarinete . Un acompañamiento musical que elevó cada palabra, transformando momentos poéticos en pura emoción.
Monólogos cómicos: risas y recuerdosNo faltaron las sonrisas: cuatro divertidísimos monólogos cómicos provocaron aplausos y risas al narrar episodios relacionados con la infancia, la vida de penurias del pasado, las (afectuosas) diferencias entre Manfredonia y Monte Sant'Angelo, y las tragicómicas vicisitudes vividas en el entorno hospitalario. Una comedia sencilla y genuina, nacida de la observación de la realidad, y risible por su profunda veracidad.
Un evento para recordar“No sabía hablar y escribí” resultó ser mucho más que un espectáculo: fue un momento de encuentro, un abrazo colectivo hecho de memoria, identidad y compartición. El entorno del Palazzo Celestini hizo que todo fuera aún más especial, regalando a los espectadores una velada que permanecerá en sus corazones.
Un evento que demuestra cómo el arte, en sus formas más sinceras, aún puede hablar a la gente, conmoverla, hacerla reflexionar... y sonreír. Gracias por la colaboración de UISP Manfredonia y Proloco Manfredonia.
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