Electrónica de potencia, un activo estratégico para Europa: hasta 465.000 millones en 2030

La electrónica de potencia es una tecnología crucial para la gestión y optimización de la energía eléctrica en los sistemas modernos: juega un papel fundamental en la transición energética hacia fuentes renovables y en la seguridad de las infraestructuras energéticas .
En términos sencillos, la electrónica de potencia es el conjunto de tecnologías que permiten controlar y convertir eficientemente la energía eléctrica , gestionando los flujos energéticos desde la generación hasta el almacenamiento, desde la transmisión hasta el uso final. Esta "inteligencia" del sistema energético es esencial para garantizar el uso óptimo de los recursos renovables, mejorar la eficiencia operativa de las infraestructuras y garantizar la estabilidad y la seguridad del sistema eléctrico, incluso frente a amenazas de ciberataques y ataques geopolíticos.
En los próximos años, la electrónica de potencia será el foco de inversiones masivas a nivel mundial: Europa se prepara para destinar entre 310.000 y 465.000 millones de dólares a estas tecnologías para 2030 , como parte de una inversión de 1,55 billones de dólares en energías renovables, sistemas de almacenamiento y redes de distribución. Este esfuerzo está motivado por el aumento previsto del 79% de la generación de electricidad a partir de fuentes renovables para 2030 , lo que requiere un sistema energético inteligente y flexible para gestionar la creciente electrificación y descarbonización.
La Unión Europea es la segunda economía más grande del mundo en exportaciones de electrónica de potencia, con un valor de 19.600 millones de dólares, justo después de China (58.300 millones de dólares). Sin embargo, las importaciones de tecnologías europeas relacionadas con la electrónica de potencia han crecido más rápido que las exportaciones (+162 % frente a +103 %), lo que ha provocado una creciente dependencia de proveedores externos, principalmente de China. Esta dinámica plantea importantes riesgos para la competitividad industrial europea y para la seguridad energética y tecnológica, en un contexto geopolítico cada vez más complejo.
El estudio estratégico «Tecnologías de cero emisiones netas para la competitividad y la seguridad de Europa», realizado por el Grupo TEHA (The European House – Ambrosetti), destaca la urgencia de actualizar las políticas europeas, derivadas del Pacto Verde, para realinear el mercado interior con los nuevos objetivos de competitividad industrial y seguridad. En particular, propone potenciar la electrónica de potencia como tecnología clave para la transición verde, integrándola explícitamente en la normativa europea, como la Ley de Industria de Cero Emisiones Netas (NZIA), e introduciendo criterios ESG obligatorios para el acceso al mercado, con el fin de impulsar el desarrollo industrial interno y reducir los desequilibrios competitivos con otros actores globales.
“Para garantizar la competitividad , la sostenibilidad y la seguridad de la Unión Europea, es esencial reconocer la electrónica de potencia como una tecnología clave para abordar los desafíos de la transición verde y la descarbonización ” , subrayó Alessandro Viviani, Socio Asociado y Director del GreenTech Hub de TEHA Group, durante la presentación del estudio .
Desde una perspectiva de seguridad, la electrónica de potencia también desempeña un papel estratégico en la protección de las infraestructuras críticas de Europa contra ciberataques, sabotajes y apagones, que podrían comprometer gravemente los sistemas económicos y sociales. Por ello, TEHA propone un enfoque de "Seguridad Total", que abarca las dimensiones militar, económica, tecnológica y energética , para garantizar la independencia tecnológica y la resiliencia de Europa.
Las estrategias sugeridas para fortalecer la cadena de suministro de electrónica de potencia europea incluyen:
- Situar la electrónica de potencia en el centro del debate europeo sobre la transición verde , actualizando la legislación para reconocerla como una tecnología estratégica y promoviendo criterios de sostenibilidad y seguridad en las cadenas de producción.
- Integrar el papel de las infraestructuras energéticas y las tecnologías relacionadas en los objetivos de defensa europeos, reduciendo el umbral de dependencia exterior previsto por la NZIA e incluyendo criterios de resiliencia, sostenibilidad y ciberseguridad en los mecanismos de apoyo.
- Promover una llamada a la acción entre las empresas europeas para aprovechar el conocimiento tecnológico y fortalecer la competitividad industrial, al tiempo que defienden la seguridad de las infraestructuras críticas.
- Fortalecer las capacidades de producción y las cadenas de suministro europeas para reducir la dependencia de China, que domina el mercado global con políticas de apoyo e inversiones en investigación y desarrollo muy superiores a las de Europa.
Estas acciones, según el informe, podrían revertir la tendencia comercial actual, con una reducción del 70% de las importaciones y un aumento del 50% de las exportaciones, generando hasta 705.000 millones de dólares de valor añadido acumulado en los países de la UE entre 2026 y 2030, un valor tres veces mayor que el crecimiento esperado del PIB europeo en el bienio 2024-2025.
La Repubblica