Aprendizaje y humildad: Bari, aquí está Caserta

Lunes, 16 de junio de 2025, 12:03
De los polvorientos campos de Calabria al gran escenario de la Serie A. Del duro aprendizaje en la C a la posibilidad (ahora inminente) de llegar al San Nicola. Fabio Caserta es el ejemplo más clásico de alguien acostumbrado a luchar por conquistarlo todo en solitario. Le pasó como futbolista y ahora está listo para el reto más difícil también como entrenador. Con trabajo, humildad, pero también determinación y personalidad.
Este es el perfil del hombre que, salvo imprevistos sensacionales, tomará las riendas del Bari esta semana. El acuerdo se formalizó el fin de semana pasado: tras su divorcio del Catanzaro, el técnico calabrés ha aceptado el proyecto rojiblanco y en las próximas horas firmará un contrato de dos años con probable opción de prórroga en caso de ascenso a la Serie A, con un salario cercano a los 200.000 euros. Sin embargo, primero, el club apuliano tendrá que lidiar con el asunto de Moreno Longo: el técnico piamontés, a pesar de ya no formar parte del proyecto del área técnica liderada por los directores deportivos Giuseppe Magalini y Valerio Di Cesare, mantiene contrato por una temporada más, con un salario de unos 300.000 euros, uno de los más altos de la categoría. Una solución conjunta para resolver esta situación solo sería plausible si otro club se interesara de inmediato por el técnico turinés, pero por el momento solo existen sondeos sencillos. Por lo tanto, es fácil proceder con el despido: hoy se programará una reunión inicial entre los abogados de las partes para determinar la estrategia a seguir. Solo tras la separación de Longo comenzará oficialmente la era Caserta.
Un duro aprendizaje Nacido en Melito di Porto Salvo (como Nunzio Zavettieri, el entrenador de la «maravillosa temporada fallida 2013-14») el 24 de septiembre de 1978, un antiguo centrocampista versátil con buenas habilidades de inserción y una técnica apreciable, Caserta comenzó entre los aficionados de Locri, luego, tras una temporada en Cremapergo, destacó en Igea Virtus, en C2. El primer punto de inflexión en su carrera llegó con la llamada de Catania: dos temporadas en B y el ascenso a A, donde permaneció durante seis campeonatos consecutivos vistiendo también las camisetas de Palermo, Lecce, Cesena y Atalanta. Luego, regresó a B en Juve Stabia, donde permaneció durante otras cinco temporadas entre la cadetteria y Lega Pro. Después de su carrera competitiva, en 2016 comenzó su carrera como entrenador asistente de Gaetano Fontana, pero pronto se vio catapultado al primer equipo. Logró el ascenso a la Serie B en 2019, pero no salvó al equipo de Campania de un regreso inmediato a la Serie C. Después, ganó otro campeonato de la Serie C en Perugia. Una hazaña que le valió la llamada del ambicioso Benevento: con los "brujos" primero logró un séptimo puesto en la Serie B (eliminado en la semifinal de los playoffs), luego fue destituido en el torneo siguiente. Las cosas no fueron mucho mejor en Cosenza, donde fue relevado de sus funciones a pesar de estar fuera de la zona de playoffs. Finalmente, se redimió por completo en Catanzaro: sexto puesto y otra eliminación en la semifinal de los playoffs. La semana pasada se separó de los Giallorossi debido a la falta de acuerdo sobre la continuación de la relación (a pesar de otro año de restricciones), y luego recibió la llamada del Bari.
Elasticidad y empatía. Caserta es lo opuesto a un fundamentalista. En su carrera como suplente, ha adoptado muchos módulos: del 4-3-1-2 al 4-2-3-1, hasta el 4-3-3, pasando luego a una defensa de tres hombres y experimentando con el 3-4-2-1 y el 3-5-2 que caracterizaron el último torneo en Catanzaro. Es posible que a partir de esta configuración construya su Bari. Compacidad defensiva, contraataques rápidos, espíritu de sacrificio: estas son las consignas de un fútbol orientado a la ofensiva, pero con la obligación de preservar el equilibrio. Sus equipos se caracterizan por mantenerse apegados al resultado, manteniendo la lucidez incluso en los momentos más complicados. No es casualidad que su Catanzaro sea el equipo que más ha empatado en la última B (incluso veinte signos X, más que el Bari, que ha recogido 18). En su carrera, de 267 banquillos profesionales, acumula 113 victorias, 84 empates y 70 derrotas. Además, su juventud le hace preferir el diálogo con los jugadores: la empatía y el espíritu de equipo son esenciales para organizar el trabajo. Bari no será una parada cualquiera en la curiosa maraña que ha unido a Apulia y Calabria durante dos años. Ciro Polito (exjugador de los Galletti) fue el "mentor" que (tras su militancia común en Catania) lo catapultó como entrenador en la Juve Stabia y lo encarriló de nuevo en Catanzaro. El lugar desde el que Giuseppe Magalini llegó a Apulia el año pasado. Destinos que se cruzan. Pero en Caserta importará poco: del polvo siempre ha llegado al paraíso. Y Bari podría ser la parada ideal para continuar su ascenso.
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