El chocolate cada vez es más escaso. ¿Cuándo se agotará por completo? ¿Cederá ante el clima y la fiebre del oro?

¿Qué pasaría si dentro de unas décadas el cacao ya no estuviera disponible para la compra? Ya hoy en día, obtener cacao es cada vez más complicado: los precios siguen subiendo y la producción sigue disminuyendo. En 2024, ambos fenómenos alcanzaron niveles fuera de escala. Un ejemplo es Costa de Marfil, el principal productor mundial, donde la producción ha caído de 2,2 millones a 1,4 millones de toneladas.
En enero de 2025, el precio del cacao, según informaron productores y distribuidores, pasó de 5,5 euros el kilo a 18 euros el kilo. Las razones son muchas y, como suele ocurrir cuando se habla de cambio climático y de fenómenos extremos, no se trata sólo de clima: la explotación humana y ambiental, y la lógica del lucro, superan cualquier perspectiva humana, incluso ecológica, sustentable.
Explotación de tierrasHablar de producción de cacao también significa hablar de explotación de la tierra . Como muchos cultivos intensivos, el cacao también requiere mucho espacio, especialmente debido a la altísima demanda mundial. Los mayores productores son los países africanos, donde, para responder al mercado, se utilizan cada vez más tierras para cultivos intensivos, a menudo contaminadas por fertilizantes y pesticidas.
Esta situación tiene consecuencias directas sobre la productividad. A los efectos del clima se suman los daños ambientales: sequías alternadas con lluvias anómalas han devastado las tierras y los cultivos, no acostumbrados a tanta agua. El exceso de humedad ha acabado favoreciendo la propagación de enfermedades en las plantas de cacao, reduciendo progresivamente su productividad hasta su muerte.
El impacto de la crisis climáticaEl cacao, como el café , es uno de los cultivos más vulnerables a la crisis climática. Las caídas de la producción y los aumentos de precios son ahora sistémicos. En África Occidental, donde se produce alrededor del 70% del cacao mundial, los ecosistemas son delicados y dependen de un equilibrio que los fenómenos climáticos extremos están alterando: sequías, inundaciones, cambios de temperatura y nuevos patógenos comprometen la salud de las plantas durante meses.
A principios de 2025, los precios internacionales del cacao se situaban en 10.325 dólares por tonelada . Entre las causas, el hecho de que éste es el tercer año consecutivo de caída de la producción. Sólo en Ghana, por ejemplo, la producción estuvo en su nivel más bajo en trece años.
La caída de la producciónLa disminución de la producción no sólo significa menos cacao: significa que millones de personas corren el riesgo de sufrir inestabilidad económica. Antes de la crisis, la producción mundial alcanzaba los tres millones de toneladas. El 90% estaban gestionadas por pequeños agricultores y empresas familiares. Se estima que 14 millones de personas trabajan en la cadena de suministro del cacao, incluidos 6 millones en África occidental.
Una crisis prolongada afecta directamente a estas comunidades. En un mercado ya de por sí profundamente injusto, donde circulan miles de millones y sólo quedan migajas, la crisis deja tierras contaminadas y familias empobrecidas. El futuro del cacao parece frágil, incierto y cada vez más injusto.
La caza del oroEn algunos países, la producción de cacao, a menudo apoyada por redes comunitarias o de mujeres, se ve obstaculizada por intereses económicos más fuertes. En Ghana, la fiebre del oro ha afectado a tierras que antes estaban plantadas con cacao. Hoy, el metal precioso vale más que el chocolate (en marzo de 2025, el precio del oro superó por primera vez los 3.000 dólares la onza) y la minería ilegal ha devastado zonas productivas enteras.
Muchos agricultores están vendiendo sus tierras a los mineros de oro, quienes contaminan el agua y el suelo con sustancias tóxicas. Esta destrucción del medio ambiente se produce a menudo con la complicidad de la política: los informes hablan de excavadoras compradas con fondos públicos y de complicidad a nivel local y nacional.
Así que no sería sólo culpa del clima. Sería culpa de un sistema que ha puesto el lucro por encima de la tierra, el agua e incluso la vida. Sería culpa de quienes hicieron del chocolate un lujo . ¿Qué podemos hacer? Ciertamente comer más amargo, es decir, conscientemente.
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