Del decreto Rave a Ilva, el gobierno de Meloni llega a 100 decretos leyes

Cien decretos-ley , una cifra considerable para el gobierno de Meloni desde su toma de posesión: 84 se han convertido en ley, cuatro están en proceso de conversión y 12 han caducado. Un promedio mensual de 3,03 decretos, similar al del gobierno de Draghi (3,07) y Conte bis (3,07), pero no al de Conte uno (1,69). Sin embargo, la esencia de los últimos años reside en que los "casos extraordinarios de necesidad y urgencia", previstos por la Constitución para que el gobierno, además del Parlamento, pueda ejercer su propia prerrogativa legislativa, son cada vez más numerosos.

Se empezó con el famoso decreto rave, de cárceles, de justicia y de obligaciones de vacunación, pasando por el decreto de seguridad, del Puente sobre el Estrecho o los proyectos de ley de sanidad e impuestos, o de Administración Pública, deporte y Jubileo, para terminar con los últimos del jueves pasado: uno con disposiciones urgentes en materia fiscal y otro con medidas urgentes de apoyo a los sectores productivos que contiene en particular disposiciones sobre el ex Ilva.

Las leyes de este tipo tienen efecto inmediato, es decir, desde su publicación en el Diario Oficial, que se produce en promedio después de 4,7 días. Sin embargo, caducan si no son convertidas en ley por las Cámaras en un plazo de 60 días, por lo que es como si nunca hubieran existido. ¿Algunos ejemplos de decretos abortados? El decreto Ex Ilva bis (enero de 2025), el decreto sobre la reorganización del sistema escolar (enero de 2025), el decreto sobre países seguros (octubre de 2024) y el decreto sobre combustibles y Marcas (noviembre de 2022).

Al analizar los datos disponibles, Openpolis ha verificado que, desde 1996 hasta la fecha, se han aprobado un total de 2.853 leyes. De estas, 730 son conversiones de decretos (25,6 %), mientras que 979 son ratificaciones de tratados internacionales (34,3 %). Esto significa que, en la práctica, la mayoría de las leyes aprobadas provienen de fuentes externas al Parlamento. En la mayoría de los casos, y este es el hecho político de las últimas legislaturas, los ejecutivos han utilizado los decretos-ley no para eventos verdaderamente extraordinarios, sino para aprobar rápidamente puntos programáticos o, en cualquier caso, para abordar situaciones de carácter político contingente.

El asunto no parece preocupar demasiado a la mayor parte del centroderecha: durante el próximo Consejo de Ministros, que se celebrará el viernes por la tarde, podrían llegar al gobierno tres decretos más, para los Ministerios de Economía y Finanzas, Deporte y Universidad, respectivamente. Sin embargo, en agosto del año pasado, el presidente de la Cámara , Lorenzo Fontana, escribió una carta a Giorgia Meloni para denunciar el "uso excesivo" de decretos de emergencia, cuyo uso estaba "degradando" al Parlamento. Un análisis realizado por Openpolis hace seis meses señaló que, al hacerlo, "existe el riesgo de pasar de un estado de emergencia (temporal) a un estado de excepción (estructural), tal como se define en el ámbito académico. Por lo tanto, monitorear y denunciar estas dinámicas es de fundamental importancia para evitar el riesgo de una deriva de los sistemas democráticos. Sistemas de los que esperamos respuestas en un contexto internacional tan complejo como el actual".