Relaciones entre China y el Vaticano: un equilibrio delicado

Recientemente, la Asociación Patriótica Católica y la Conferencia Episcopal de China, ambas bajo la influencia del gobierno de Beijing y del Partido Comunista, enviaron un mensaje de felicitación al nuevo Papa León XIV por su elección. Este gesto, reseñado por la agencia estatal Xinhua, marca un momento significativo en las relaciones entre China y la Santa Sede, que siguen caracterizándose por una complejidad intrínseca.
Acuerdo sobre el nombramiento de obisposA pesar de la falta de relaciones diplomáticas oficiales, China y el Vaticano han extendido hasta 2024 el histórico acuerdo de 2018, deseado por el Papa Francisco, sobre el nombramiento conjunto de obispos en China. Este acuerdo fue concebido para promover la libertad religiosa, permitiendo a los católicos vivir su fe más pacíficamente. Sin embargo, ha suscitado críticas, especialmente entre los miembros de la Iglesia clandestina, que siguen siendo leales a la Santa Sede y ven el acuerdo como una posible traición.
Los desafíos de la sinizaciónEn los últimos años, China ha intensificado sus políticas de sinización de las religiones, una iniciativa impulsada por el presidente Xi Jinping. Estas políticas pretenden garantizar que todas las prácticas religiosas estén en línea con las directivas del Partido Comunista, creando tensiones internas entre las diferentes facciones católicas. La Santa Sede, por su parte, mantiene relaciones oficiales con Taiwán, lo que complica aún más la situación. A pesar de la apertura del Papa Francisco hacia China, las recientes exclusiones de obispos chinos de eventos importantes, como el funeral de Francisco, plantean preguntas sobre las verdaderas intenciones de Beijing hacia la Iglesia Católica.
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