Desde Ferraz sin amor

“Es tu misión si decides aceptarla” y Leire Díez, como Ethan Hunt en Misión: Imposible, aceptó. Dice ella que no fue fontanería, que fue para escribir un libro. Si nunca sospechaste que M. Rajoy pudiera ser M. Rajoy es posible que te tragues esto, pero hasta la suspensión de la credulidad tiene límites. Nos podemos creer algo que no sea verdad, pero al menos le exigimos que sea verosímil y lo de Leire Díez no lo es. Podemos conceder –sobre todo después de ver a Ethan Hunt en acción en sus películas– que el mundo del espía es increíble y que lo de Leire Díez no fue casual: en esa mujer había vocación.
En unas imágenes televisivas en las que no se ha reparado, PS0E-007 aparece recomendando un libro de Daniel Silva a Miquel Iceta. Qué poco sutil: Silva es el mejor escritor vivo de novelas de espionaje. ¿Habría un mensaje cifrado en la página 92? ¿Se autodestruyó el libro cinco segundos después de que lo tocara Iceta? Todo es posible.
Solo los peores medran, están ahí, pase lo que pase, custodiando votos u organizando misiones suicidasCuando una misión de espionaje fracasa, el gobierno se desentiende de sus agentes y aborta la misión. Piensen en el trágico destino de los miembros del Equipo A, otro cuerpo de élite echado a perder. Me aventuro a imaginar la escena en la que un cargo del PSOE decide bajar a las cloacas a jugar al mismo juego que jugaban los otros y, dada la misión, sugiere: “Encárgaselo a Leire”. Plas, plas, plas. Instantes en los que la selección negativa de los partidos exhibe todo su esplendor: solo los peores medran, se mantienen, están ahí, pase lo que pase, custodiando votos u organizando misiones suicidas.
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Ethan Hunt se juega el tipo cada cinco minutos, pero, por fortuna, acababa salvando al mundo. Sacrifica –muy a su pesar– su vida personal por unos ideales sin escatimar precio. Hunt es insoportable en esa solvencia de superhombre. Es difícil identificarse con él. Incluso con Tom Cruise. En cambio ser Koldo, Leire o Aldama parece estar más al alcance de la mano. Basta con ser mediocres, corruptos, troleros y torpes. Uno ya ha estado en sus casas y en sus vidas sin necesidad de visitarlas. No hay nada bonito en ellas. Por eso son espías. Para tener la oportunidad de ser otros y redimirse en una misión, pero se equivocan siempre y el túnel del aire acondicionado que eligen para escapar es el de las letrinas.
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