El Pentágono creó los ovnis

Antes que la extrema derecha imaginara la existencia de Qanon, la trama secreta de pedófilos protegida por políticos demócratas, ya estaban los ovnis. Los objetos volantes no identificados están ahí mucho antes de que miembros de ‘La Familia’ de Charles Manson asesinaran en 1969 a cuatro personas en la casa de Sharon Tate y Roman Polanski, desatando el terror en la comunidad artística de Los Ángeles. Antes incluso del atentado contra John F. Kennedy en noviembre de 1963, origen de la más genuina y fértil saga conspirativa de la historia estadounidense. De hecho, los ovnis, la creencia en la llegada de extraterrestres a la Tierra, ha fascinado a los norteamericanos desde que en 1938 Orson Welles lanzara a las ondas la versión radiofónica de La guerra de los mundos, provocando el pánico de los más desprevenidos.

Una nube-ovni en Llívia.
Montserrat Roselló / ArchivoLos ovnis han sido la gran conspiración de antes de las redes sociales. La más universal. Con ramificaciones en la cultura popular local como la historia de los dos trabajadores del textil del Vallès que en 1972 se suicidaron en las vías del tren para poder así “viajar” hasta un planeta lejano, y que recoge Platillos volantes, una película de Óscar Aibar. O la fe extraviada de centenares de personas que suben cada año a la montaña de Montserrat para observar la lluvia nocturna de ovnis (y que aparecen en la serie televisiva La Mesías).
Desde los años cincuenta, el Pentágono amplificó el mito de los ovnis para esconder experimentos con armas secretasLa leyenda de los ovnis se construyó entre el secretismo de la administración de EE.UU. La explicación con más adeptos decía que el Pentágono ocultaba de forma sistemática pruebas de avistamientos de naves extraterrestres. En el 2024, a instancias de legisladores republicanos (hay más creyentes en sus filas que entre los demócratas) el Pentágono publicó un informe que debía ser definitivo. Los ovnis, de existir, no eran de procedencia extraterrestre.
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Pero el informe no decía toda la verdad. En realidad lo que ha hecho el Pentágono estos años ha sido alimentar el mito de los ovnis. Un largo reportaje de The Wall Street Journal explica que en los ochenta, el Pentágono envió a un coronel a un bar cercano al Área 51, una hermética base en el desierto de Nevada, para repartir fotografías falsas de ovnis. En el Área 51 se experimentaba con cazas ultramodernos, pero era preferible que los vecinos pensaran que eran ovnis que no armas secretas. No fue el único caso. Al menos desde los años 50, el Ministerio de Defensa exageró y envolvió en un halo de misterio presuntos observaciones para encubrir operaciones secretas.
No es probable que la revelación acabe con los ovnis. Seguramente dará más argumentos a los creyentes. En las conspiraciones, lo que no mata engorda.
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