Imambara Bara de Lucknow, el palacio indio que se construía de día y se derribaba de noche

Lucknow, capital del estado de Uttar Pradesh, se encuentra estratégicamente situada en el centro de las grandes vías de comunicación que unen el norte de la India. Ha sido importante desde antiguo para conectar rutas comerciales y cohesionar territorios. De ahí que cuente con un rico patrimonio histórico y artístico.
Aunque las autoridades indias se esfuerzan por promocionar Lucknow como un destino turístico, englobándolo en el llamado Arco Patrimonial de Uttar Pradesh que incluye a Agra y Benarés, el fulgor de sus dos compañeras la anula casi por completo. Así, la mayoría de viajeros pasa de largo la ciudad o, como máximo, la utiliza como el nudo de comunicaciones que es para continuar trayecto. Se están perdiendo algo grande.
Para los estándares de las urbes indias, Lucknow es manejable. Solo tiene tres millones de habitantes y vale la pena detenerse algunos días para disfrutarla, aun cuando el abrasador clima de la llanura indogangética desanime la mayor parte del año.
De entre sus monumentos, destaca con luz propia el imambara Bara. Se trata de una estructura arquitectónica gigantesca con aspecto de sala ceremonial que, en realidad, fue construida como una tumba. Se levantó a partir de 1784 por mandato de Mirza Asaf-ud-Daula, el nabab -título indio equivalente a príncipe- de la región. No parece que tuviera mucha necesidad de ello, pero fue una insólita iniciativa económica más que artística para mantener ocupado a su pueblo.
Lee tambiénCuenta la historia oficial del complejo que en la mitad del siglo XVIII una hambruna asolaba esas tierras de Uttar Pradesh. El nabab, para que sus súbditos tuvieran un empleo con el que comprar alimentos, mandó construir esa imambara. Debía ser colosal, y mantener ocupadas a centenares de personas mientras tuvieran necesidad de ello. Por eso, lo que algunos operarios construían de día, durante la noche otras cuadrillas se encargaban de desmontarlo. Así consiguió Asaf-ud-Daula que la edificación se alargara diez años, hasta que las lluvias aparecieron de nuevo, los campos volvieron a ser fértiles y los campesinos pudieron regresar a sus habituales ocupaciones.
El resultado no pudo ser más esplendoroso. La imambara tiene el salón de ceremonias más amplio que se conoce en esa región sin el apoyo en columnas, con 50 metros de largo y 15 de alto. Encima de él, hay un laberinto de balcones y galerías, de pasillos estrechos y aberturas que, al estilo del palacio de los Vientos en Rajastán, servía para observar lo que sucedía en la calle a la vez que las corrientes de aire refrescaban el edificio.

La mezquita vista desde imambara Bara
PRABHAS ROYEl complejo cuenta también con una mezquita escoltada por dos minaretes de altura desigual que le dan más aspecto de palacio que de casa de oración. Para recibir a las visitas distinguidas e impresionarlas desde el primer momento, el nabab mandó que la puerta principal de la imambara, conocida como Rumi Darwaza, se situara en el lado occidental de los jardines, con una puerta de 18 metros de alto.
La Imambara Bara también cuenta con una cisterna clásica, el típico pozo escalonado que retenía el agua necesaria para el funcionamiento de las instalaciones.
Todo ello viene a disfrazar el uso ritual que tiene en realidad Bara: durante el mes de Muharram, la comunidad chií procesiona por la zona con réplicas de las tumbas del imán Hussain.
A 500 metros de Bara hay otra imambara, construida en 1832, también esplendorosa pero infinitamente más pequeña, Imambara Chota. Está ricamente decorada, por lo que es un buen complemento para la visita.
Cómo llegarImambara Bara está junto a la orilla del río Gumti. Aunque Lucknow tiene metro, hay que usar una combinación de ese transporte con autobuses para llegar hasta allí, lo que en el espeso tráfico de la ciudad puede llevar más de una hora. Lucknow está casi equidistante de Benarés y Agra -unos 300 kilómetros-. Tiene estación de tren.
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